Los Sanjacobos de jamón y queso son un clásico de la cocina casera, apreciados tanto por niños como por adultos. Su sencillez, su sabor reconfortante y su textura crujiente los convierten en una opción ideal para una comida rápida, una cena informal o incluso como aperitivo para una celebración. Esta receta te guiará paso a paso para lograr unos Sanjacobos perfectos, crujientes por fuera y jugosos por dentro.

Origen e Historia del Sanjacobo

Aunque la denominación "Sanjacobo" puede evocar a Santiago Apóstol y a la tradición gallega, el origen preciso de este plato es algo incierto. Algunas teorías sugieren que su nombre podría derivar de una antigua receta de empanadas rellenas de carne y especias, que con el tiempo evolucionó hacia la versión actual con jamón y queso. Otra posible explicación es que el nombre simplemente se popularizó por razones desconocidas, asociándose a la idea de un plato sencillo, rápido y sabroso.

Variaciones Regionales y Modernas

A lo largo del tiempo, el Sanjacobo ha experimentado diversas adaptaciones regionales y modernas. En algunas zonas, se le añade un toque de bechamel o se utiliza queso diferente al tradicional (como mozzarella o emmental). También existen versiones vegetarianas, con rellenos de verduras asadas, champiñones o tofu ahumado. La clave está en la creatividad y en adaptar la receta a los gustos personales.

Ingredientes Necesarios

Para preparar unos deliciosos Sanjacobos de jamón y queso, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • Filetes de ternera o cerdo: Lo ideal es elegir filetes finos y tiernos, de unos 100-120 gramos por unidad. La carne de ternera ofrece un sabor más intenso, mientras que el cerdo resulta más suave.
  • Jamón cocido: Utiliza jamón cocido de buena calidad, preferiblemente en lonchas finas.
  • Queso: El queso tradicionalmente utilizado es el queso en lonchas tipo “sandwich” (Edam, Gouda, etc.), que funde bien. También puedes optar por otros quesos que fundan bien, como mozzarella o Havarti.
  • Huevos: Necesitarás huevos para el rebozado.
  • Pan rallado: El pan rallado es fundamental para lograr una cobertura crujiente. Puedes utilizar pan rallado tradicional o pan rallado japonés (panko) para una textura aún más crujiente.
  • Harina de trigo: La harina ayuda a que el huevo se adhiera mejor a la carne.
  • Sal y pimienta: Para sazonar la carne.
  • Aceite de oliva o aceite vegetal: Para freír los Sanjacobos.

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de los filetes: Extiende los filetes sobre una superficie plana y sazónalos con sal y pimienta al gusto. Si los filetes son demasiado gruesos, puedes aplanarlos ligeramente con un mazo de cocina, teniendo cuidado de no romperlos.
  2. Relleno: Coloca una loncha de jamón cocido y una loncha de queso sobre la mitad de cada filete. Dobla el filete por la mitad, formando una especie de "libro". Asegúrate de que los bordes estén bien sellados para evitar que el queso se salga durante la cocción. Puedes usar un palillo para sujetarlos si es necesario.
  3. Rebozado: Prepara tres platos hondos. En uno, coloca la harina. En otro, bate los huevos con un poco de sal y pimienta. En el tercero, coloca el pan rallado. Pasa cada Sanjacobo primero por la harina, asegurándote de cubrirlo completamente. Luego, sumérgelo en el huevo batido, también cubriendo todas las superficies. Finalmente, empana bien en el pan rallado, presionando ligeramente para que se adhiera correctamente. Repite el proceso de rebozado una segunda vez para asegurar una capa más gruesa y crujiente.
  4. Freír: Calienta abundante aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de añadir los Sanjacobos. Fríe los Sanjacobos por ambos lados durante unos 3-4 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes. Ten cuidado de no sobrecargarlos en la sartén, ya que esto podría bajar la temperatura del aceite y hacer que queden blandos.
  5. Escurrir: Retira los Sanjacobos de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  6. Servir: Sirve los Sanjacobos inmediatamente, acompañados de tu guarnición favorita.

Consejos y Trucos para un Sanjacobo Perfecto

  • Elige ingredientes de calidad: La calidad de los ingredientes influye directamente en el sabor final del plato. Utiliza filetes tiernos, jamón cocido de buena calidad y queso que funda bien.
  • Sella bien los bordes: Asegúrate de que los bordes del Sanjacobo estén bien sellados para evitar que el queso se salga durante la cocción. Puedes usar un palillo para sujetarlos si es necesario.
  • Reboza dos veces: Rebozar los Sanjacobos dos veces asegura una capa más gruesa y crujiente.
  • No sobrecargues la sartén: Freír demasiados Sanjacobos a la vez puede bajar la temperatura del aceite y hacer que queden blandos. Fríe en tandas, asegurándote de que el aceite se mantenga caliente.
  • Sirve inmediatamente: Los Sanjacobos están más ricos cuando se sirven inmediatamente después de freír, mientras están crujientes y calientes.

Guarniciones Ideales para Acompañar los Sanjacobos

Los Sanjacobos de jamón y queso combinan a la perfección con una gran variedad de guarniciones. Aquí te presentamos algunas ideas:

  • Ensalada: Una ensalada fresca y ligera, como una ensalada mixta, una ensalada de tomate y pepino o una ensalada de lechuga y zanahoria, contrasta muy bien con la riqueza de los Sanjacobos.
  • Patatas fritas: Las patatas fritas son un clásico acompañamiento para los Sanjacobos. Puedes optar por patatas fritas caseras o patatas fritas congeladas de buena calidad.
  • Puré de patatas: Un puré de patatas cremoso y suave es otra excelente opción para acompañar los Sanjacobos.
  • Verduras a la plancha: Las verduras a la plancha, como calabacín, berenjena, pimiento o cebolla, aportan un toque saludable y sabroso al plato.
  • Arroz blanco: Un arroz blanco sencillo y ligero también puede ser una buena opción para acompañar los Sanjacobos.

Sanjacobos al Horno: Una Alternativa Más Saludable

Si prefieres una opción más saludable, puedes preparar los Sanjacobos al horno en lugar de freírlos. Para ello, precalienta el horno a 200°C. Coloca los Sanjacobos rebozados sobre una bandeja para horno cubierta con papel de hornear. Hornea durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes. Rocía los Sanjacobos con un poco de aceite de oliva antes de hornearlos para que queden más crujientes.

Variaciones de la Receta: Experimenta con Diferentes Rellenos

La receta de los Sanjacobos de jamón y queso es muy versátil y se presta a la experimentación. Puedes probar diferentes rellenos para darle un toque original al plato. Aquí te presentamos algunas ideas:

  • Sanjacobos de pollo y champiñones: Sustituye la carne de ternera o cerdo por filetes de pollo y añade champiñones salteados al relleno.
  • Sanjacobos de espinacas y queso feta: Rellena los filetes con espinacas cocidas y queso feta desmenuzado.
  • Sanjacobos de pavo y queso suizo: Utiliza filetes de pavo y queso suizo para un sabor más suave y ligero.
  • Sanjacobos de verduras asadas: Rellena los filetes con verduras asadas, como calabacín, berenjena, pimiento y cebolla.

Errores Comunes al Preparar Sanjacobos y Cómo Evitarlos

A pesar de ser una receta sencilla, es posible cometer algunos errores al preparar Sanjacobos. Aquí te presentamos algunos errores comunes y cómo evitarlos:

  • Filetes demasiado gruesos: Los filetes demasiado gruesos tardarán más en cocinarse y podrían quedar crudos por dentro. Utiliza filetes finos o aplánalos ligeramente con un mazo de cocina.
  • Relleno excesivo: Un relleno excesivo puede hacer que el Sanjacobo se rompa durante la cocción. Utiliza una cantidad moderada de relleno.
  • Rebozado insuficiente: Un rebozado insuficiente no protegerá el relleno y el queso podría salirse durante la cocción. Reboza los Sanjacobos dos veces para asegurar una capa gruesa y crujiente.
  • Aceite no lo suficientemente caliente: Si el aceite no está lo suficientemente caliente, los Sanjacobos absorberán demasiado aceite y quedarán blandos. Asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de añadir los Sanjacobos.
  • Sobrecargar la sartén: Sobrecargar la sartén bajará la temperatura del aceite y hará que los Sanjacobos queden blandos. Fríe en tandas, asegurándote de que el aceite se mantenga caliente.

Conclusión

Los Sanjacobos de jamón y queso son un plato sencillo, sabroso y versátil que se adapta a cualquier ocasión. Con esta receta y los consejos que te hemos dado, podrás preparar unos Sanjacobos perfectos, crujientes por fuera y jugosos por dentro. ¡Anímate a probarla y sorprende a tu familia y amigos con este clásico de la cocina casera!

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