El solomillo relleno de jamón serrano y queso es un plato elegante y sabroso, perfecto para ocasiones especiales o para sorprender a tus invitados con una comida memorable. La combinación de la terneza del solomillo, el sabor salado y curado del jamón serrano, y la cremosidad del queso, crea una sinfonía de texturas y sabores que deleitará a los paladares más exigentes. Esta receta, aunque sofisticada, es accesible para cocineros de todos los niveles, y con un poco de práctica, se convertirá en un clásico en tu repertorio culinario.
Si bien no se puede atribuir un origen geográfico específico a esta receta, la combinación de carne de cerdo (solomillo), jamón serrano y queso es un elemento recurrente en la gastronomía española. El jamón serrano, con su larga tradición y arraigo cultural, es un ingrediente estrella en numerosos platos. La idea de rellenar el solomillo con jamón y queso probablemente surgió como una forma de realzar el sabor de la carne y añadir un toque de sofisticación a la preparación.
La popularidad del solomillo relleno de jamón serrano y queso reside en su versatilidad. Se puede adaptar a diferentes gustos y preferencias, variando el tipo de queso, añadiendo hierbas aromáticas o especias, y acompañándolo con diversas salsas y guarniciones. Además, es un plato que se presta a la creatividad y la experimentación, permitiendo a cada cocinero imprimir su propio sello personal.
Comienza limpiando el solomillo de cualquier resto de grasa o telillas. Ábrelo por la mitad a lo largo, como si fuera un libro, teniendo cuidado de no cortarlo completamente. Extiende el solomillo sobre una tabla de cortar cubierta con papel film. Salpimienta al gusto. Puedes añadir un poco de ajo en polvo si lo deseas, pero ten en cuenta que el jamón serrano ya aporta un toque salado.
Cubre la superficie interior del solomillo con las lonchas de jamón serrano, procurando que quede uniformemente distribuido. A continuación, añade el queso, también de manera uniforme. Si utilizas hierbas aromáticas frescas, espolvoréalas sobre el queso. Con cuidado, enrolla el solomillo sobre sí mismo, formando un cilindro compacto. Envuelve el solomillo relleno con papel film transparente, apretando bien para que mantenga su forma. Refrigera durante al menos 30 minutos. Este paso ayuda a que el solomillo se mantenga compacto al cocinarlo.
Alternativa: Si prefieres, en lugar de envolverlo en papel film, puedes atar el solomillo con hilo de cocina cada 2-3 centímetros para asegurar que el relleno no se salga durante la cocción.
Calienta el aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio-alto. Retira el solomillo del papel film (o quita el hilo de cocina) y sécalo con papel de cocina. Sella el solomillo por todos los lados, dorándolo uniformemente. Este paso es crucial para sellar los jugos de la carne y evitar que se seque durante la cocción en el horno. Si lo deseas, puedes añadir en este momento la cebolla y el ajo picados a la sartén para que se sofrían y aromaticen el aceite.
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca el solomillo sellado en una fuente para horno. Si has sofreído cebolla y ajo, viértelos sobre el solomillo. Vierte el vino blanco seco sobre el solomillo (opcional). Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que el solomillo esté cocido a tu gusto. El tiempo de cocción dependerá del grosor del solomillo y de tu preferencia por el punto de cocción de la carne. Para comprobar el punto de cocción, puedes utilizar un termómetro de cocina. La temperatura interna debe ser de 63°C (145°F) para un término medio.
Una vez horneado, retira el solomillo del horno y déjalo reposar durante al menos 10 minutos antes de cortarlo. Este paso permite que los jugos se redistribuyan por toda la carne, resultando en un solomillo más jugoso y tierno. Corta el solomillo en medallones de aproximadamente 2 centímetros de grosor. Sirve inmediatamente.
El solomillo relleno de jamón serrano y queso combina muy bien con una variedad de guarniciones:
Para maridar el solomillo relleno de jamón serrano y queso, te recomendamos un vino tinto con cuerpo y estructura, como un Rioja Reserva, un Ribera del Duero, o un Priorat; También puedes optar por un vino blanco con crianza, como un Chardonnay o un Viognier. La elección del vino dependerá del tipo de queso y de la salsa que utilices para acompañar el plato.
El solomillo relleno de jamón serrano y queso es un plato rico en proteínas y grasas. El solomillo es una carne magra, pero el jamón serrano y el queso aportan una cantidad considerable de grasa. Es importante consumirlo con moderación, especialmente si sigues una dieta baja en grasas o tienes problemas de colesterol. Para reducir el contenido de grasa, puedes utilizar queso bajo en grasa y jamón serrano con menos grasa. También puedes optar por cocinar el solomillo al horno en lugar de freírlo.
El solomillo relleno de jamón serrano y queso es un plato exquisito que combina la terneza de la carne con el sabor intenso del jamón y la cremosidad del queso. Es una receta versátil que se puede adaptar a diferentes gustos y preferencias, y que es perfecta para ocasiones especiales o para sorprender a tus invitados con una comida memorable. Con un poco de práctica, podrás dominar esta receta y convertirla en un clásico en tu repertorio culinario. ¡Buen provecho!