El quiche de jamón serrano y queso es una tarta salada exquisita, perfecta para cualquier ocasión: desde un almuerzo informal hasta una cena elegante. Su combinación de sabores, la textura cremosa del relleno y la base crujiente lo convierten en un plato irresistible. Esta receta, detallada paso a paso, te guiará para crear un quiche perfecto, incluso si eres principiante en la cocina.
Si optas por hacer la masa quebrada en casa, sigue estos pasos. En un bol grande, mezcla la harina y la sal. Agrega la mantequilla fría en cubos y, con la punta de los dedos o un cortador de masa, intégrala a la harina hasta obtener una textura similar a migas de pan gruesas. Es crucial que la mantequilla esté fría para evitar que se derrita y la masa quede dura.
Añade el huevo y mezcla hasta que se integre. Agrega el agua fría, una cucharada a la vez, hasta que la masa comience a unirse. No amases en exceso, ya que esto puede desarrollar el gluten y hacer que la masa sea dura. Forma un disco, envuélvelo en film transparente y refrigera durante al menos 30 minutos. Este tiempo de reposo permite que el gluten se relaje y la masa sea más fácil de trabajar.
Si usas masa comprada, sácala del refrigerador 10 minutos antes de usarla para que sea más maleable.
En una sartén pequeña, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega el jamón serrano y cocina durante unos minutos, hasta que esté ligeramente dorado y haya liberado parte de su grasa. Esto intensificará su sabor y le dará un toque crujiente al quiche. Retira del fuego y reserva.
En un bol grande, bate los huevos con la nata líquida, la leche, la sal, la pimienta y la nuez moscada (si la usas). Mezcla bien hasta obtener una mezcla homogénea. Asegúrate de no batir en exceso para evitar que el relleno quede demasiado espumoso al hornearse.
Agrega el jamón serrano dorado y la mayor parte del queso rallado a la mezcla de huevo y nata. Reserva un poco de queso para espolvorear por encima del quiche antes de hornear.
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
En una superficie ligeramente enharinada, extiende la masa quebrada con un rodillo hasta obtener un círculo de aproximadamente 30 cm de diámetro. Si la masa se pega, espolvorea un poco más de harina. El grosor ideal es de unos 3-4 mm.
Forra un molde para quiche (de unos 22-24 cm de diámetro) con la masa. Presiona suavemente la masa contra el fondo y los lados del molde. Recorta el exceso de masa con un cuchillo o unas tijeras.
Pincha el fondo de la masa con un tenedor varias veces. Esto evitará que se hinche durante la cocción. Pre-hornea la masa durante 10-15 minutos. Este paso es importante para que la base del quiche quede crujiente y no se humedezca con el relleno.
Saca la masa del horno y vierte el relleno preparado sobre ella. Espolvorea el queso rallado reservado por encima.
Hornea el quiche en el horno precalentado durante 30-40 minutos, o hasta que esté dorado y el relleno esté firme. El tiempo de cocción puede variar dependiendo de tu horno, así que vigila el quiche de cerca.
Si la superficie se dora demasiado rápido, cubre el quiche con papel de aluminio durante los últimos 10-15 minutos de cocción.
Saca el quiche del horno y déjalo enfriar durante al menos 10 minutos antes de servir. Esto permitirá que el relleno se asiente y sea más fácil de cortar.
Sirve el quiche tibio o frío. Es delicioso solo, pero también puedes acompañarlo con una ensalada verde fresca.
La calidad de los ingredientes influye directamente en el sabor final del quiche. Utilizar jamón serrano de buena calidad y queso artesanal marcará una gran diferencia.
La cocción a ciegas de la masa es fundamental para evitar que se humedezca con el relleno. Si notas que la masa se está inflando durante la cocción, pincha el fondo con un tenedor nuevamente.
La temperatura del horno es crucial. Un horno demasiado caliente puede quemar la superficie del quiche antes de que el relleno esté completamente cocido. Un horno demasiado frío puede prolongar el tiempo de cocción y hacer que la masa quede dura.
No tengas miedo de experimentar con diferentes ingredientes y sabores. La cocina es un arte y el quiche es un lienzo en blanco. ¡Diviértete creando tu propia versión!
El jamón serrano es un producto curado emblemático de la gastronomía española. Su sabor único, resultado de un proceso de curación natural y el clima de la sierra, lo convierte en un ingrediente estrella para el quiche. La grasa infiltrada en la carne aporta jugosidad y un sabor inigualable. Seleccionar un buen jamón serrano, con un equilibrio entre magro y grasa, es crucial para el éxito de la receta. Considera la denominación de origen y el tiempo de curación al elegir tu jamón.
La elección del queso es fundamental para definir el carácter del quiche. Un gruyere aportará un sabor suave y nuez, mientras que un emmental ofrecerá un toque más dulce. El manchego, con su sabor intenso y ligeramente picante, añadirá complejidad al quiche. No dudes en mezclar diferentes tipos de queso para crear una combinación de sabores única. Considera la textura del queso: un queso que se funda bien y aporte cremosidad es ideal.
Los huevos y la nata son los encargados de ligar los ingredientes y crear la textura cremosa del relleno. Utiliza huevos frescos de buena calidad para un sabor más intenso. La nata líquida para cocinar (crema de leche) debe tener un contenido graso adecuado para lograr la consistencia deseada. No batas los huevos en exceso, ya que esto puede hacer que el relleno quede demasiado espumoso al hornearse.
El quiche, aunque popularizado en Francia, tiene raíces que se remontan a la Edad Media en la región de Lorena, Alemania. Originalmente, el quiche lorraine consistía en una masa rellena de crema, huevos y tocino ahumado. Con el tiempo, la receta evolucionó y se extendió por toda Francia y el mundo, adoptando diferentes variaciones e ingredientes.
Hoy en día, el quiche es un plato versátil y popular en todo el mundo. Se sirve en restaurantes, cafeterías y hogares, y se adapta a diferentes gustos y ocasiones. Su facilidad de preparación y la posibilidad de utilizar una amplia variedad de ingredientes lo convierten en una opción ideal para un almuerzo rápido, una cena elegante o un picnic al aire libre.
El quiche es más que una simple tarta salada; es un plato que evoca recuerdos, tradiciones y la alegría de compartir una comida deliciosa con amigos y familiares.