Los canelones de ricota y jamón son un plato atemporal, apreciado tanto por principiantes en la cocina como por chefs experimentados. Esta receta, inspirada en las técnicas y el sabor de los cocineros argentinos, busca ofrecer una guía completa, desde los fundamentos hasta los matices más sutiles, garantizando un resultado delicioso y satisfactorio. Olvídate de las recetas simplistas y prepárate para una inmersión profunda en el arte de crear canelones perfectos.
En un bol grande, combinar la ricota, el jamón cocido picado, el queso rallado, el huevo, la nuez moscada, la sal y la pimienta. Mezclar bien hasta obtener una pasta homogénea. Es fundamental probar la sazón y ajustar si es necesario. Si se opta por agregar espinacas, incorporarlas en este momento. El relleno debe tener un sabor equilibrado y no ser demasiado seco.
En un bol grande, colocar la harina en forma de volcán. Hacer un hueco en el centro y agregar los huevos y la sal. Con un tenedor, comenzar a integrar los ingredientes del centro hacia afuera. A medida que la masa se va formando, amasar con las manos hasta obtener una masa lisa y elástica. Envolver la masa en papel film y dejar reposar durante al menos 30 minutos a temperatura ambiente. Este reposo permite que el gluten se relaje, facilitando el estirado.
Una vez reposada, dividir la masa en porciones. Estirar cada porción con un rodillo hasta obtener láminas finas. Cortar las láminas en rectángulos del tamaño deseado para los canelones. Cocinar las láminas en agua hirviendo con sal durante unos minutos, hasta que estén al dente. Retirar las láminas con una espumadera y colocarlas sobre un paño limpio para que se sequen ligeramente.
En una cacerola a fuego medio, derretir la mantequilla. Agregar la harina y cocinar durante un par de minutos, revolviendo constantemente con un batidor de varillas, hasta obtener un roux dorado y fragante. Verter la leche caliente poco a poco, revolviendo continuamente para evitar que se formen grumos. Cocinar la salsa hasta que espese y tenga una consistencia cremosa. Sazonar con sal, pimienta blanca y nuez moscada. La bechamel debe ser suave y sin grumos. Si aparecen grumos, se puede pasar la salsa por un colador fino.
En una cacerola a fuego medio, calentar un poco de aceite de oliva. Agregar la cebolla y el ajo picados y cocinar hasta que estén transparentes. Agregar el tomate triturado, el azúcar, la sal, la pimienta y el orégano. Cocinar la salsa a fuego lento durante al menos 30 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que se haya espesado y los sabores se hayan integrado. Si se desea, agregar unas hojas de albahaca fresca al final de la cocción. La salsa de tomate debe tener un sabor equilibrado, ni demasiado ácido ni demasiado dulce.
Precalentar el horno a 180°C (350°F). En una superficie de trabajo, extender una lámina de masa para canelones. Colocar una porción de relleno a lo largo de uno de los bordes. Enrollar la lámina sobre el relleno, formando un cilindro. Repetir el proceso con el resto de las láminas y el relleno.
En una fuente para horno, extender una capa fina de salsa de tomate (si se utiliza) o de salsa bechamel. Colocar los canelones rellenos uno al lado del otro en la fuente. Cubrir los canelones con el resto de la salsa bechamel y la salsa de tomate (si se utiliza). Espolvorear con queso rallado extra y unos trocitos de mantequilla (opcional).
Hornear los canelones en el horno precalentado durante 20-25 minutos, o hasta que estén dorados y burbujeantes. Retirar del horno y dejar reposar durante unos minutos antes de servir. El tiempo de horneado puede variar según el horno, por lo que es importante vigilarlos para evitar que se quemen.
Es común pensar en los canelones como un plato pesado y poco saludable. Sin embargo, se pueden hacer versiones más ligeras y nutritivas utilizando ricota descremada, jamón magro, espinacas, y una salsa bechamel elaborada con leche descremada. También se pueden utilizar harinas integrales para la masa, aumentando el contenido de fibra del plato.
Otro cliché es que los canelones son difíciles de preparar. Si bien requieren un poco de tiempo y esfuerzo, siguiendo las instrucciones detalladas y los consejos proporcionados, cualquier persona puede lograr un resultado delicioso. La clave está en la organización y la paciencia.
Para principiantes: Utilizar placas de canelones pre-cocidas simplifica enormemente el proceso. Concentrarse en la preparación del relleno y las salsas. No tener miedo de experimentar con los sabores, pero seguir la receta básica como guía.
Para cocineros experimentados: Desafiar la receta tradicional elaborando la masa casera desde cero. Experimentar con diferentes tipos de ricota y jamón, buscando combinaciones de sabores más complejas. Incorporar ingredientes inusuales al relleno, como trufas, setas silvestres, o quesos artesanales. Crear salsas más sofisticadas, utilizando técnicas culinarias avanzadas.
Los canelones, como plato, tienen una historia rica y compleja. Se cree que sus orígenes se remontan a la antigua Roma, donde se preparaban platos similares con láminas de pasta rellenas. A lo largo de los siglos, la receta se ha ido adaptando y evolucionando, incorporando ingredientes y técnicas culinarias de diferentes culturas. En Argentina, los canelones son un plato muy popular, especialmente durante las celebraciones familiares y los días festivos. La receta se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose en un símbolo de la tradición y la cocina casera.
Los canelones de ricota y jamón son mucho más que una simple receta. Son una invitación a la creatividad, a la experimentación, y al disfrute de la buena comida. Siguiendo esta guía completa, podrás crear un plato excepcional que deleitará a tus amigos y familiares. No tengas miedo de personalizar la receta y agregar tu propio toque personal. Lo más importante es disfrutar del proceso y compartir el resultado con aquellos que más quieres.
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