La tortilla con jamón serrano es una variación exquisita de la tradicional tortilla española, añadiendo un toque de sabor intenso y sofisticación a un plato ya de por sí icónico. En este artículo, exploraremos la receta en detalle, profundizando en los ingredientes, la técnica, las variaciones, la historia, y los secretos para lograr una tortilla perfecta con ese sabor inconfundible del jamón serrano. Más allá de una simple receta, exploraremos el contexto cultural y gastronómico de este plato.

Ingredientes Esenciales

  • Patatas: La base fundamental. Lo ideal son patatas de una variedad que no se deshaga fácilmente al freír, como la variedad Monalisa o Kennebec. La cantidad dependerá del tamaño de la tortilla; para una tortilla mediana, alrededor de 800 gramos a 1 kg de patatas es suficiente.
  • Huevos: El aglutinante. La frescura es crucial. Utilizar huevos de corral añade un sabor más rico y un color más intenso a la tortilla. Para la cantidad de patatas mencionada, se necesitan entre 6 y 8 huevos, dependiendo del tamaño.
  • Jamón Serrano: El ingrediente estrella. Debe ser de buena calidad, con un buen equilibrio entre grasa y magro. Cortado en taquitos o virutas finas, aporta un sabor salado y curado característico. Aproximadamente 150-200 gramos son ideales.
  • Cebolla (opcional): Añade dulzor y complejidad. Si se utiliza, es importante pocharla lentamente para que se caramelice y no domine el sabor del jamón. Una cebolla mediana es suficiente.
  • Aceite de Oliva Virgen Extra: Imprescindible para freír las patatas y la cebolla (si se usa). Asegura un sabor auténtico y una fritura crujiente.
  • Sal: Para sazonar las patatas y los huevos. Es importante tener cuidado con la sal, ya que el jamón serrano ya es salado.

Elaboración Paso a Paso

  1. Preparación de las Patatas: Pelar y lavar las patatas. Cortarlas en láminas finas, de aproximadamente 3-4 mm de grosor. Es crucial que sean de un grosor uniforme para que se cocinen de manera homogénea.
  2. Pochado de las Patatas (y la Cebolla): Calentar abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén grande (preferiblemente antiadherente). Añadir las patatas (y la cebolla, si se usa) y pochar a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que estén tiernas pero no doradas. Este proceso puede tardar entre 20 y 30 minutos. Es importante que las patatas se confiten en el aceite, no que se frían. Una técnica para asegurar que se confiten es mantener la temperatura del aceite alrededor de 120-130°C.
  3. Escurrido de las Patatas: Retirar las patatas (y la cebolla) del aceite y escurrir bien. Reservar el aceite, ya que se puede reutilizar.
  4. Batido de los Huevos: Batir los huevos en un bol grande con una pizca de sal. No es necesario batir en exceso; simplemente romper las yemas y mezclar con las claras.
  5. Mezcla de Ingredientes: Añadir las patatas (y la cebolla) escurridas al bol con los huevos batidos. Remover suavemente para que las patatas se impregnen bien del huevo. Dejar reposar la mezcla durante unos minutos para que las patatas absorban parte del líquido. Este paso es crucial para una tortilla jugosa.
  6. Cocinado de la Tortilla: Calentar una cucharada del aceite reservado en la misma sartén. Verter la mezcla de huevo y patatas en la sartén. Cocinar a fuego medio, moviendo la sartén ocasionalmente para evitar que se pegue.
  7. Adición del Jamón Serrano: Una vez que la tortilla haya empezado a cuajar, añadir los taquitos o virutas de jamón serrano, distribuyéndolos uniformemente por toda la superficie.
  8. Volteo de la Tortilla: Cuando la tortilla esté casi cuajada por un lado, colocar un plato llano sobre la sartén y darle la vuelta con cuidado. Volver a poner la sartén en el fuego y deslizar la tortilla de nuevo en la sartén, cocinando el otro lado hasta que esté dorado y cuajada al gusto. El tiempo de cocción dependerá del gusto personal; algunos prefieren la tortilla más jugosa, otros más cuajada.
  9. Presentación: Deslizar la tortilla a un plato de servir. Dejar reposar unos minutos antes de cortar en porciones. Servir caliente o templada.

Variaciones Creativas

  • Tortilla con Jamón Ibérico: Sustituir el jamón serrano por jamón ibérico para un sabor aún más intenso y sofisticado.
  • Tortilla con Pimientos del Piquillo y Jamón: Añadir pimientos del piquillo asados y cortados en tiras a la mezcla de huevo y patatas para un toque dulce y ahumado.
  • Tortilla con Espinacas y Jamón: Incorporar espinacas frescas salteadas a la mezcla para un plato más nutritivo.
  • Tortilla con Queso Manchego y Jamón: Añadir dados de queso manchego curado a la mezcla para un sabor más intenso y una textura cremosa.
  • Tortilla con Champiñones y Jamón: Saltear champiñones laminados con un poco de ajo y añadirlos a la mezcla antes de cuajar la tortilla.

Secretos para una Tortilla Perfecta

  • La Calidad de los Ingredientes: Utilizar ingredientes frescos y de buena calidad es fundamental para un resultado óptimo.
  • El Pochado de las Patatas: Pochar las patatas a fuego lento es crucial para que queden tiernas y no se quemen.
  • El Reposo de la Mezcla: Dejar reposar la mezcla de huevo y patatas permite que las patatas absorban el huevo y la tortilla quede más jugosa.
  • El Control del Fuego: Cocinar la tortilla a fuego medio permite que se cuaje de manera uniforme sin quemarse.
  • El Volteo Perfecto: Utilizar un plato llano y darle la vuelta con cuidado evita que la tortilla se rompa.
  • La Jugosidad al Gusto: El tiempo de cocción determinará la jugosidad de la tortilla; algunos la prefieren más cuajada, otros más jugosa.
  • El Reposo Final: Dejar reposar la tortilla unos minutos antes de cortarla permite que los sabores se asienten y la tortilla se asiente.
  • No sobrecargar la tortilla de ingredientes: El jamón serrano es el protagonista, no debe verse opacado por demasiados aditivos.

Historia y Origen

La historia de la tortilla de patatas es un tema de debate, pero la teoría más extendida sitúa su origen a principios del siglo XIX, durante las Guerras Carlistas. Se dice que un general carlista, buscando un alimento nutritivo y fácil de preparar para sus tropas, pidió a una campesina que le preparara algo con los ingredientes disponibles, resultando en la primera tortilla de patatas. Sin embargo, otras teorías sugieren que su origen podría ser anterior, posiblemente en Extremadura. Independientemente de su origen exacto, la tortilla de patatas se ha convertido en un plato emblemático de la gastronomía española, presente en bares, restaurantes y hogares de todo el país. La adición del jamón serrano es una evolución posterior, que eleva el plato a un nivel superior de sabor y sofisticación.

Consideraciones Nutricionales

La tortilla con jamón serrano es un plato nutritivo que aporta hidratos de carbono (de las patatas), proteínas (de los huevos y el jamón), y grasas (del aceite de oliva y el jamón). Sin embargo, es importante tener en cuenta que es un plato relativamente calórico, por lo que se debe consumir con moderación. Utilizar aceite de oliva virgen extra de buena calidad y jamón serrano con un buen equilibrio entre grasa y magro contribuye a mejorar su perfil nutricional. Además, se puede reducir la cantidad de aceite utilizada en la preparación.

Maridaje

La tortilla con jamón serrano marida a la perfección con un vino tinto joven y afrutado, como un Rioja o un Ribera del Duero. También se puede acompañar con una cerveza rubia bien fría o un vino blanco seco, como un Albariño o un Verdejo. La acidez de estos vinos ayuda a equilibrar la grasa del jamón y la patata.

Conclusión

La tortilla con jamón serrano es mucho más que una simple receta; es un símbolo de la gastronomía española, un plato versátil y delicioso que se adapta a diferentes gustos y ocasiones. Desde su humilde origen hasta su presente como plato estrella en restaurantes de alta cocina, la tortilla con jamón serrano sigue conquistando paladares en todo el mundo. Animamos a todos a probar esta receta y a experimentar con sus propias variaciones, descubriendo la magia de este clásico español.

La clave para una tortilla excepcional reside en la calidad de los ingredientes, la paciencia en la cocción y el cariño en la preparación. Experimenta, prueba y disfruta del proceso. ¡Buen provecho!

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