Las croquetas de jamón son un clásico de la cocina española, una tapa irresistible que evoca recuerdos de infancia y momentos compartidos. Aunque parecen complejas, hacer croquetas caseras es más sencillo de lo que imaginas. Esta receta te guiará paso a paso para que puedas disfrutar de unas croquetas crujientes por fuera y cremosas por dentro, ¡con un sabor a jamón que te encantará! Prepárate para sorprender a tus amigos y familiares con esta delicia.

Ingredientes:

  • 100 gramos de jamón serrano picado en trozos muy pequeños
  • 1 litro de leche entera (la leche entera aporta mayor cremosidad)
  • 100 gramos de harina de trigo
  • 100 gramos de mantequilla
  • 1 cebolla pequeña picada finamente
  • Nuez moscada rallada (una pizca)
  • Sal (con precaución, el jamón ya es salado)
  • Pimienta negra molida (opcional)
  • Huevo batido (para rebozar)
  • Pan rallado (para rebozar)
  • Aceite de oliva virgen extra (para freír)

Elaboración: Paso a Paso

1. Preparación del Sofrito: La Base del Sabor

El sofrito es fundamental para el sabor de nuestras croquetas. Un buen sofrito, cocinado a fuego lento, extrae todo el sabor de la cebolla y lo incorpora a la bechamel. Una cebolla bien pochada, casi caramelizada, aporta dulzor y profundidad al plato. No te apresures en este paso, la paciencia es clave.

  1. En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio-bajo. Asegúrate de que la mantequilla no se queme, ya que esto amargaría el sofrito.
  2. Añade la cebolla picada y cocina lentamente, removiendo ocasionalmente, hasta que esté transparente y ligeramente dorada (aproximadamente 10-15 minutos). La cebolla debe estar blanda y dulce, no quemada.
  3. Incorpora el jamón picado al sofrito y cocina durante un par de minutos más, removiendo para que el jamón se impregne del sabor de la cebolla y la mantequilla. Cuidado de no quemar el jamón, ya que se endurecería y perdería su sabor.

2. La Bechamel Perfecta: Cremosa y sin Grumos

La bechamel es el alma de las croquetas. Una bechamel bien hecha debe ser suave, cremosa y sin grumos. La clave está en la paciencia y en remover constantemente para que la harina se cocine correctamente y no queden rastros de sabor a harina cruda. La proporción de harina y mantequilla es crucial para la textura final.

  1. Retira la sartén del fuego y añade la harina de golpe. Remueve vigorosamente con una varilla para integrar la harina con la mantequilla y el jamón. Este paso es importante para evitar que se formen grumos. Cocina la harina durante un par de minutos, removiendo constantemente, hasta que empiece a oler a nuez. Esto se conoce como "roux" y es la base de la bechamel.
  2. Comienza a añadir la leche caliente poco a poco, removiendo constantemente con la varilla para que la harina se vaya disolviendo en la leche. Es importante que la leche esté caliente para evitar que se formen grumos. A medida que añades la leche, la mezcla se irá espesando.
  3. Continúa añadiendo la leche poco a poco, removiendo constantemente, hasta que la bechamel tenga la consistencia deseada. La bechamel debe ser espesa pero fluida, de manera que se despegue de las paredes de la sartén al remover. Si la bechamel queda demasiado espesa, añade un poco más de leche. Si queda demasiado líquida, cocina a fuego bajo durante unos minutos más, removiendo constantemente.
  4. Añade una pizca de nuez moscada rallada, sal (con precaución, recuerda que el jamón ya es salado) y pimienta negra molida (opcional) a la bechamel y mezcla bien. Prueba la bechamel y ajusta la sal si es necesario.

3. Enfriamiento y Reposo: La Clave para la Consistencia

El enfriamiento y reposo de la masa es esencial para que las croquetas tengan la consistencia adecuada para ser moldeadas. Durante este tiempo, la bechamel se asienta, los sabores se integran y la masa se vuelve más manejable. Un buen tiempo de reposo también ayuda a que las croquetas no se abran al freír.

  1. Vierte la bechamel en una fuente o recipiente plano previamente engrasado con un poco de mantequilla o aceite. Extiende la bechamel uniformemente para que se enfríe más rápido.
  2. Cubre la bechamel con film transparente, asegurándote de que el film toque la superficie de la bechamel para evitar que se forme una costra.
  3. Deja enfriar la bechamel a temperatura ambiente durante al menos un par de horas, y luego refrigérala durante al menos 4 horas, o idealmente durante toda la noche. Cuanto más tiempo repose la masa, más fácil será darle forma a las croquetas.

4. Formado de las Croquetas: Un Arte Sencillo

Formar las croquetas es un proceso sencillo, pero requiere un poco de práctica para conseguir croquetas de tamaño uniforme y con una forma atractiva. Puedes utilizar dos cucharas, una manga pastelera o simplemente tus manos para dar forma a las croquetas. Es importante tener las manos ligeramente humedecidas para que la masa no se pegue.

  1. Saca la masa de la bechamel del frigorífico. La masa estará firme y manejable.
  2. Prepara tres platos: uno con huevo batido, otro con pan rallado.
  3. Con ayuda de dos cucharas, una manga pastelera o tus manos, toma porciones de masa y dales forma de croqueta. Puedes hacerlas redondas, ovaladas o alargadas, según tu preferencia. Intenta que todas las croquetas tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme.
  4. Pasa cada croqueta por el huevo batido, asegurándote de que quede bien cubierta. Escurre el exceso de huevo.
  5. Inmediatamente después, pasa la croqueta por el pan rallado, cubriéndola completamente. Presiona ligeramente el pan rallado para que se adhiera bien a la croqueta.
  6. Coloca las croquetas rebozadas en una bandeja. Puedes refrigerar las croquetas rebozadas durante un par de horas antes de freírlas para que el rebozado se adhiera mejor.

5. Fritura Perfecta: Crujientes por Fuera, Cremosas por Dentro

La fritura es el último paso, y quizás el más importante, para conseguir unas croquetas perfectas. El aceite debe estar caliente, pero no humeante, para que las croquetas se doren rápidamente por fuera y queden cremosas por dentro. Es importante no sobrecargar la sartén para que el aceite no se enfríe y las croquetas no absorban demasiado aceite.

  1. Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén grande o freidora a fuego medio-alto (aproximadamente 180°C). La cantidad de aceite debe ser suficiente para cubrir las croquetas por completo.
  2. Cuando el aceite esté caliente, añade las croquetas en tandas, sin sobrecargar la sartén. Cocina las croquetas durante unos minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes. Es importante darles la vuelta para que se doren de manera uniforme.
  3. Retira las croquetas de la sartén con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  4. Sirve las croquetas calientes, acompañadas de tu salsa favorita (alioli, mayonesa, etc.) o simplemente solas.

Consejos y Trucos para Croquetas Perfectas:

  • La calidad del jamón: Utiliza un jamón serrano de buena calidad para obtener el mejor sabor. Si es posible, utiliza jamón ibérico para un sabor aún más intenso.
  • La leche: La leche entera aporta mayor cremosidad a la bechamel. Si prefieres una opción más ligera, puedes utilizar leche semidesnatada, pero el resultado será menos cremoso.
  • La harina: Utiliza harina de trigo común. No es necesario utilizar harina especial para bechamel.
  • El reposo: No te saltes el tiempo de reposo de la masa. Es fundamental para que las croquetas tengan la consistencia adecuada.
  • El rebozado: Utiliza pan rallado fino para un rebozado más uniforme y crujiente. También puedes utilizar panko, que es un tipo de pan rallado japonés que aporta una textura muy crujiente.
  • La fritura: No sobrecargues la sartén al freír las croquetas. Es importante mantener la temperatura del aceite constante para que las croquetas se doren de manera uniforme y no absorban demasiado aceite.
  • Congelar las croquetas: Puedes congelar las croquetas una vez rebozadas. Colócalas en una bandeja separadas unas de otras y congélalas. Una vez congeladas, puedes transferirlas a una bolsa de congelación. Para freírlas, no es necesario descongelarlas, puedes freírlas directamente congeladas.
  • Variaciones: Puedes añadir otros ingredientes a la bechamel, como pollo desmenuzado, bacalao desmigado, setas salteadas, queso rallado, etc. ¡Deja volar tu imaginación!

Errores Comunes y Cómo Evitarlos:

  • Croquetas con grumos: Para evitar los grumos en la bechamel, añade la leche caliente poco a poco, removiendo constantemente con una varilla. Si a pesar de todo te salen grumos, puedes pasar la bechamel por un colador fino.
  • Croquetas que se abren al freír: Para evitar que las croquetas se abran al freír, asegúrate de que la masa esté bien fría y que el rebozado sea completo. También es importante no sobrecargar la sartén y freír las croquetas a la temperatura adecuada.
  • Croquetas demasiado aceitosas: Para evitar que las croquetas queden demasiado aceitosas, fríelas a la temperatura adecuada y no sobrecargues la sartén. Retira las croquetas de la sartén con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  • Croquetas sin sabor: Para evitar que las croquetas queden sin sabor, utiliza un jamón de buena calidad y sazona bien la bechamel. También puedes añadir otros ingredientes a la bechamel para potenciar el sabor, como un poco de caldo de pollo o un chorrito de vino blanco.

Conclusión:

Con esta receta detallada y los consejos proporcionados, estás listo para preparar unas deliciosas croquetas de jamón caseras. Recuerda que la clave está en la paciencia, la atención al detalle y la calidad de los ingredientes. ¡Disfruta del proceso y del resultado final! Las croquetas de jamón son perfectas como tapa, aperitivo o incluso como plato principal acompañadas de una ensalada fresca. ¡Buen provecho!

Preguntas Frecuentes (FAQ):

  • ¿Puedo usar otro tipo de leche? Sí, puedes usar leche semidesnatada o incluso leche vegetal, pero la bechamel será menos cremosa.
  • ¿Puedo usar otro tipo de jamón? Sí, puedes usar jamón cocido o paleta ibérica, pero el sabor será diferente.
  • ¿Cuánto tiempo puedo conservar las croquetas en el frigorífico? Puedes conservar las croquetas en el frigorífico durante un máximo de 3 días.
  • ¿Puedo congelar las croquetas ya fritas? No se recomienda congelar las croquetas ya fritas, ya que perderán su textura crujiente.
  • ¿Qué salsa puedo usar para acompañar las croquetas? Puedes usar alioli, mayonesa, salsa brava, salsa de tomate casera o cualquier otra salsa que te guste.

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