Los níscalos con jamón son un plato emblemático de la gastronomía otoñal, un bocado que evoca bosques húmedos, aromas terrosos y el sabor intenso de los productos de temporada. Esta receta, sencilla en su preparación, es un festival de texturas y sabores que conquista a paladares exigentes y novatos por igual; En este artículo, exploraremos a fondo la receta, desde la selección de los ingredientes hasta los trucos para lograr un plato perfecto, apto tanto para principiantes como para chefs experimentados.

Ingredientes Necesarios

  • 500 gramos de níscalos frescos: La calidad del níscalo es crucial. Busca ejemplares firmes, con un color naranja intenso y sin signos de deterioro. Evita aquellos que estén blandos o con manchas oscuras.
  • 150 gramos de jamón ibérico en taquitos: El jamón ibérico aporta un sabor intenso y salado que contrasta maravillosamente con el sabor terroso del níscalo. Si no tienes ibérico, un buen jamón serrano también funciona.
  • 2 dientes de ajo: El ajo es fundamental para aromatizar el plato. Pícalo finamente o láminado, según tu preferencia.
  • Aceite de oliva virgen extra: Un buen aceite de oliva es esencial para un sofrito sabroso y para realzar los sabores de los ingredientes.
  • Perejil fresco picado: Un toque de perejil fresco al final aporta frescura y color al plato.
  • Sal: Ajusta la sal al final, teniendo en cuenta que el jamón ya aporta salinidad.
  • Pimienta negra recién molida: Un toque de pimienta negra realza los sabores y añade un punto picante sutil.
  • Opcional: Un chorrito de vino blanco seco: Un poco de vino blanco puede añadir complejidad al sabor.

Preparación Paso a Paso

  1. Limpieza de los níscalos: Este es un paso crucial. Los níscalos suelen tener tierra adherida. Límpialos cuidadosamente con un cepillo suave o un paño húmedo. Evita sumergirlos en agua durante mucho tiempo, ya que pueden absorberla y perder sabor. Si es necesario, puedes darles un ligero lavado rápido. Corta la parte terrosa del pie.
  2. Troceado: Corta los níscalos en trozos de tamaño similar para asegurar una cocción uniforme. Si son pequeños, puedes dejarlos enteros.
  3. Sofrito: En una sartén amplia, calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade los ajos picados o laminados y sofríe hasta que estén dorados y fragantes, pero sin que se quemen. Ten cuidado de no quemar el ajo ya que amargará el plato.
  4. Incorporación del jamón: Añade los taquitos de jamón a la sartén y sofríe durante unos minutos hasta que estén ligeramente dorados y hayan liberado su grasa.
  5. Cocción de los níscalos: Añade los níscalos a la sartén y cocina a fuego medio-alto, removiendo ocasionalmente, hasta que estén tiernos y hayan liberado su agua. Este proceso puede tardar entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tamaño de los trozos. Si decides añadir vino blanco, este es el momento de verterlo y dejar que se evapore el alcohol.
  6. Sazonado: Prueba y ajusta la sal y la pimienta al gusto. Ten en cuenta que el jamón ya es salado, así que es posible que necesites poca sal.
  7. Toque final: Retira la sartén del fuego y espolvorea con perejil fresco picado.
  8. Servir: Sirve los níscalos con jamón calientes, solos como tapa o entrante, o como acompañamiento de carnes o huevos.

Trucos y Consejos para un Plato Perfecto

  • Calidad de los ingredientes: Como ya se ha mencionado, la calidad de los ingredientes es fundamental para un buen resultado. Busca níscalos frescos y firmes, y un jamón ibérico de calidad.
  • No sobrecargar la sartén: Si tienes muchos níscalos, cocínalos en tandas para evitar que se cuezan en lugar de freírse. Una sartén sobrecargada bajará la temperatura y los níscalos soltarán demasiada agua.
  • Control de la temperatura: Es importante controlar la temperatura durante la cocción. El sofrito debe hacerse a fuego medio para evitar que el ajo se queme. La cocción de los níscalos debe hacerse a fuego medio-alto para que se doren y no se cuezan.
  • No remover en exceso: Remueve los níscalos ocasionalmente, pero no en exceso, para que tengan tiempo de dorarse.
  • Variaciones: Puedes añadir otros ingredientes a esta receta, como cebolla picada, pimiento verde o un poco de nata líquida para darle un toque más cremoso. Algunos chefs añaden una pizca de pimentón ahumado para intensificar el sabor.
  • Maridaje: Los níscalos con jamón maridan muy bien con vinos tintos jóvenes y afrutados, o con vinos blancos secos y con cuerpo. Una cerveza artesanal tipo Ale también puede ser una buena opción.
  • Conservación: Si te sobran níscalos con jamón, puedes guardarlos en la nevera en un recipiente hermético durante un máximo de 2 días. Para recalentarlos, puedes hacerlo en la sartén a fuego lento o en el microondas.

Origen y Curiosidades del Níscalo

El níscalo, cuyo nombre científico es *Lactarius deliciosus*, es un hongo muy apreciado en la gastronomía de muchos países, especialmente en España, Francia e Italia. Su nombre "deliciosus" ya nos da una pista de su sabor excepcional. Es un hongo micorrizógeno, lo que significa que vive en simbiosis con las raíces de ciertos árboles, principalmente pinos. Por lo tanto, es común encontrarlo en pinares y bosques mixtos. Su temporada de recolección es principalmente en otoño, después de las primeras lluvias.

Confusiones Comunes y Cómo Evitarlas

Es importante tener cuidado al recolectar níscalos, ya que existen algunas especies similares que pueden ser tóxicas. La característica más distintiva del níscalo es el látex de color naranja que exuda al cortarlo. Sin embargo, otras especies también pueden tener látex naranja. Para evitar confusiones, es recomendable consultar a un experto o utilizar una guía de identificación de setas. Algunas especies con las que se puede confundir son el *Lactarius salmonicolor* (comestible pero menos sabroso) y el *Lactarius torminosus* (tóxico y de sabor amargo).

Beneficios Nutricionales

Además de su delicioso sabor, los níscalos son una buena fuente de nutrientes. Son bajos en calorías y grasas, y ricos en fibra, vitaminas (principalmente del grupo B y vitamina D) y minerales (como potasio, hierro y fósforo). También contienen antioxidantes, que ayudan a proteger el cuerpo contra el daño celular.

Conclusión: Un Plato que Celebra el Otoño

Los níscalos con jamón son mucho más que una simple receta. Son una celebración del otoño, de los sabores de la tierra y de la tradición gastronómica. Con ingredientes sencillos y una preparación cuidadosa, podemos disfrutar de un plato exquisito que nos transporta a los bosques y nos reconecta con la naturaleza. Anímate a prepararlos y descubre por qué este plato es un clásico atemporal que nunca pasa de moda.

Más allá de la Receta: Consideraciones sobre la Sostenibilidad

La recolección de setas silvestres, como los níscalos, debe realizarse de manera responsable y sostenible. Es fundamental respetar las regulaciones locales, que suelen establecer límites de cantidad y áreas permitidas para la recolección. Además, es importante no dañar el entorno natural, evitando remover el suelo o pisotear la vegetación. Utilizar cestas de mimbre para transportar las setas permite que las esporas se dispersen, contribuyendo a la regeneración del hongo. También es recomendable dejar algunos ejemplares sin recolectar para asegurar la continuidad de la especie.

Adaptaciones para Diferentes Dietas

Aunque la receta tradicional de níscalos con jamón incluye productos de origen animal, se puede adaptar para diferentes dietas:

  • Vegetariana: Reemplaza el jamón con seitán ahumado o tofu marinado para obtener un sabor similar. También puedes añadir otros vegetales, como champiñones o setas shiitake, para enriquecer el plato.
  • Vegana: Además de reemplazar el jamón, asegúrate de utilizar aceite de oliva virgen extra en lugar de mantequilla. También puedes añadir un poco de levadura nutricional para darle un sabor similar al queso.
  • Sin gluten: Esta receta es naturalmente sin gluten, siempre y cuando te asegures de que el jamón no contenga gluten añadido.

El Níscalo en la Cultura Popular

El níscalo ha inspirado a artistas, escritores y cocineros a lo largo de la historia. Su forma peculiar y su color naranja intenso lo han convertido en un motivo recurrente en la pintura y la fotografía. En la literatura, el níscalo aparece como símbolo de la naturaleza, la abundancia y el misterio del bosque. En la cocina, su versatilidad y su sabor único lo han consagrado como uno de los ingredientes más apreciados de la gastronomía otoñal.

Recetas Alternativas con Níscalos

Además de los níscalos con jamón, existen muchas otras formas deliciosas de disfrutar de este hongo:

  • Níscalos a la plancha: Una forma sencilla y rápida de preparar los níscalos. Simplemente, límpialos, córtalos en láminas y ásalos a la plancha con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta.
  • Níscalos en salsa: Prepara una salsa con cebolla, ajo, tomate y vino blanco, y cocina los níscalos en ella hasta que estén tiernos. Puedes añadir un poco de nata líquida para darle un toque más cremoso.
  • Níscalos revueltos: Saltea los níscalos con ajo y perejil, y añádelos a unos huevos batidos. Cocina el revuelto hasta que esté a tu gusto.
  • Níscalos en risotto: Añade los níscalos a un risotto para darle un sabor otoñal y terroso;
  • Níscalos confitados: Cocina los níscalos a fuego lento en aceite de oliva con ajo y hierbas aromáticas hasta que estén tiernos y confitados.

Conclusión Final: Un Tesoro de la Naturaleza

El níscalo es un verdadero tesoro de la naturaleza, un regalo que nos ofrece el otoño para deleitar nuestros sentidos. Ya sea en una receta clásica como los níscalos con jamón, o en una elaboración más creativa, este hongo siempre nos sorprende con su sabor único y su versatilidad. Aprovecha la temporada para disfrutar de este manjar y descubre por qué es tan apreciado en todo el mundo.

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