Los níscalos al ajillo con jamón representan un plato emblemático de la cocina española, especialmente apreciado durante la temporada de otoño. Esta receta, sencilla pero llena de sabor, combina la textura carnosa de los níscalos con el aroma penetrante del ajo y el toque salado y ahumado del jamón. A continuación, exploraremos a fondo esta delicia, desde su historia y origen hasta los secretos para prepararla a la perfección, incluyendo variaciones y consejos para disfrutarla al máximo.

Origen e Historia de los Níscalos al Ajillo

El níscalo (Lactarius deliciosus) es una seta muy apreciada en la gastronomía española y de otros países mediterráneos. Su nombre científico ya sugiere su exquisito sabor. La tradición de recolectar y cocinar setas silvestres tiene raíces ancestrales en la península ibérica, y el níscalo, por su abundancia y sabor, se ha convertido en un ingrediente fundamental en muchas recetas.

La preparación "al ajillo" es una técnica culinaria muy común en España, que consiste en sofreír ajo en aceite de oliva, a menudo con guindilla para darle un toque picante. Esta técnica se aplica a una amplia variedad de ingredientes, desde gambas hasta champiñones, y en el caso de los níscalos, realza su sabor terroso y ligeramente dulce.

La adición de jamón a los níscalos al ajillo es una variación que aporta un contraste de sabores y texturas muy interesante. El jamón, con su grasa infiltrada y su sabor intenso, complementa a la perfección la suavidad de los níscalos y el aroma del ajo. Esta combinación se ha popularizado en bares y restaurantes de toda España, convirtiéndose en un plato muy solicitado.

Ingredientes Necesarios

Para preparar unos níscalos al ajillo con jamón deliciosos, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 500 gramos de níscalos frescos
  • 100 gramos de jamón serrano en taquitos o lonchas gruesas
  • 4-6 dientes de ajo
  • 1 guindilla (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Perejil fresco picado
  • Un chorrito de vino blanco seco (opcional)

Consideraciones sobre los ingredientes:

  • Níscalos: Es fundamental utilizar níscalos frescos y de buena calidad. Deben estar firmes, sin magulladuras ni signos de deterioro. Si no encuentras níscalos frescos, puedes utilizar níscalos congelados, aunque el sabor no será el mismo.
  • Jamón: El jamón serrano es la opción más tradicional, pero también puedes utilizar jamón ibérico para un sabor aún más intenso. Es importante que el jamón tenga grasa, ya que ésta se derretirá al cocinar y aportará sabor al plato.
  • Ajo: La cantidad de ajo dependerá de tu gusto personal. Si te gusta el sabor intenso del ajo, puedes utilizar más dientes. Es importante picar el ajo finamente para que se cocine de manera uniforme y no se queme.
  • Aceite de oliva: El aceite de oliva virgen extra es fundamental para darle sabor al plato. Utiliza un aceite de buena calidad, preferiblemente de una variedad con sabor afrutado.
  • Guindilla: Si te gusta el picante, puedes añadir una guindilla a la receta. La cantidad de guindilla dependerá de tu tolerancia al picante.

Preparación Paso a Paso

A continuación, te explicamos cómo preparar níscalos al ajillo con jamón paso a paso:

  1. Limpieza de los níscalos: Limpia los níscalos con un cepillo suave para eliminar la tierra y otras impurezas. Si están muy sucios, puedes lavarlos rápidamente con agua fría, pero sécalos bien después con papel de cocina. Es importante no remojarlos demasiado, ya que absorberán agua y perderán sabor.
  2. Corte de los níscalos: Corta los níscalos en trozos de tamaño similar. Si son pequeños, puedes dejarlos enteros o cortarlos por la mitad. Si son grandes, córtalos en cuartos o en láminas gruesas.
  3. Preparación del sofrito: En una sartén grande, calienta aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade los dientes de ajo picados finamente y la guindilla (si la utilizas). Sofríe el ajo hasta que esté dorado, teniendo cuidado de que no se queme.
  4. Añadir el jamón: Incorpora el jamón a la sartén y sofríe durante unos minutos, hasta que esté ligeramente dorado y haya liberado su grasa.
  5. Cocinar los níscalos: Añade los níscalos a la sartén y saltea a fuego medio-alto durante unos 10-15 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que estén tiernos y hayan soltado su jugo. Si quieres, puedes añadir un chorrito de vino blanco seco durante la cocción para darle un toque de acidez y aroma.
  6. Sazonar y servir: Sazona con sal al gusto. Ten en cuenta que el jamón ya es salado, así que prueba antes de añadir sal. Espolvorea con perejil fresco picado y sirve caliente.

Consejos y Trucos para un Resultado Perfecto

Para conseguir unos níscalos al ajillo con jamón espectaculares, te ofrecemos algunos consejos y trucos:

  • No sobrecargar la sartén: Es importante no poner demasiados níscalos en la sartén a la vez, ya que esto hará que se cuezan en lugar de saltearse. Si tienes muchos níscalos, cocínalos en varias tandas.
  • Controlar la temperatura: Es fundamental controlar la temperatura de la sartén para que los níscalos se cocinen de manera uniforme y no se quemen. Si la sartén está demasiado caliente, baja el fuego.
  • No remover en exceso: No remuevas los níscalos en exceso, ya que esto hará que suelten agua y se cuezan en lugar de saltearse. Remueve ocasionalmente para que se cocinen por todos lados.
  • Añadir un toque de vino blanco: Un chorrito de vino blanco seco durante la cocción puede realzar el sabor de los níscalos y añadir un toque de acidez.
  • Utilizar una sartén adecuada: Utiliza una sartén grande y antiadherente para que los níscalos no se peguen y se cocinen de manera uniforme.
  • Servir caliente: Los níscalos al ajillo con jamón están más ricos recién hechos y servidos calientes.

Variaciones de la Receta

Aunque la receta tradicional de níscalos al ajillo con jamón es deliciosa por sí sola, existen algunas variaciones que puedes probar para darle un toque personal:

  • Níscalos al ajillo con gambas: Sustituye el jamón por gambas peladas para una versión marinera del plato.
  • Níscalos al ajillo con huevo: Sirve los níscalos al ajillo con un huevo frito encima para un plato más contundente.
  • Níscalos al ajillo con piñones: Añade piñones tostados a la sartén junto con el jamón para un toque crujiente y aromático.
  • Níscalos al ajillo con pimentón: Espolvorea un poco de pimentón dulce o picante sobre los níscalos durante la cocción para darle un toque ahumado y de color;
  • Níscalos al ajillo con setas variadas: Mezcla los níscalos con otras setas silvestres, como boletus o champiñones, para un plato más complejo y sabroso.

Maridaje: Con qué Acompañar los Níscalos al Ajillo

Los níscalos al ajillo con jamón son un plato versátil que se puede disfrutar como aperitivo, tapa o plato principal. Para acompañarlos, te recomendamos las siguientes opciones:

  • Vino: Un vino blanco seco y afrutado, como un Albariño o un Verdejo, marida a la perfección con los níscalos al ajillo. También puedes optar por un vino tinto joven y ligero, como un Rioja o un Ribera del Duero.
  • Pan: Un buen pan crujiente es imprescindible para mojar en la salsa de ajo y aceite.
  • Ensalada: Una ensalada fresca y ligera, como una ensalada de lechuga y tomate, puede equilibrar la riqueza del plato.
  • Patatas: Unas patatas fritas o asadas son un acompañamiento clásico para los níscalos al ajillo.

Beneficios Nutricionales de los Níscalos

Además de su delicioso sabor, los níscalos ofrecen una serie de beneficios nutricionales:

  • Bajos en calorías: Los níscalos son bajos en calorías y grasas, lo que los convierte en un alimento ideal para incluir en dietas de control de peso.
  • Ricos en fibra: Los níscalos son una buena fuente de fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y a prevenir el estreñimiento.
  • Fuente de vitaminas y minerales: Los níscalos contienen vitaminas del grupo B, vitamina D, potasio, hierro y selenio.
  • Antioxidantes: Los níscalos contienen antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres.

Precauciones al Consumir Níscalos

Es importante tener en cuenta algunas precauciones al consumir níscalos:

  • Identificación correcta: Es fundamental asegurarse de que los níscalos que vas a consumir son realmente níscalos (Lactarius deliciosus) y no otra especie similar que pueda ser tóxica. Si no estás seguro de la identificación, consulta a un experto.
  • Consumir cocinados: Los níscalos deben consumirse siempre cocinados, ya que crudos pueden ser indigestos.
  • Moderación: Aunque los níscalos son nutritivos, es importante consumirlos con moderación, ya que pueden contener pequeñas cantidades de toxinas.
  • Alergias: Algunas personas pueden ser alérgicas a los níscalos. Si experimentas síntomas de alergia, como erupciones cutáneas, picazón o dificultad para respirar, consulta a un médico.

Conclusión

Los níscalos al ajillo con jamón son un plato delicioso y versátil que representa lo mejor de la gastronomía española. Su sabor terroso y a ajo, combinado con el toque salado del jamón, lo convierte en una experiencia culinaria inolvidable. Con esta guía completa, podrás preparar este plato en casa y sorprender a tus amigos y familiares con un bocado exquisito. ¡Buen provecho!

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