Las albóndigas con tomate son un plato clásico de la cocina española, apreciado por su sencillez, sabor reconfortante y versatilidad. Esta receta, pensada tanto para principiantes como para cocineros experimentados, te guiará paso a paso para crear un manjar que deleitará a toda la familia. Nos centraremos en una preparación accesible, pero exploraremos variaciones y consejos para perfeccionar aún más el plato.

Ingredientes (para 4 personas)

  • Para las albóndigas:
  • 500g de carne picada mixta (ternera y cerdo, o solo ternera)
  • 1 huevo mediano
  • 50g de pan rallado
  • 2 dientes de ajo, picados finamente
  • Un puñado de perejil fresco, picado
  • Sal y pimienta negra al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra para freír
  • Para la salsa de tomate:
  • 1 cebolla mediana, picada finamente
  • 2 dientes de ajo, picados finamente
  • 800g de tomate triturado (o tomate natural maduro, pelado y triturado)
  • 1 cucharadita de azúcar (para corregir la acidez del tomate, opcional)
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra al gusto
  • Opcional: un chorrito de vino blanco seco

Elaboración Paso a Paso

Preparación de las Albóndigas

  1. Mezcla de ingredientes: En un bol grande, combina la carne picada, el huevo, el pan rallado, el ajo picado, el perejil picado, la sal y la pimienta. Es crucial mezclar bien todos los ingredientes para asegurar una distribución uniforme de los sabores. No amases en exceso, ya que esto puede resultar en albóndigas duras.
  2. Formación de las albóndigas: Con las manos ligeramente humedecidas, toma porciones de la mezcla y forma las albóndigas. El tamaño ideal es de unos 3-4 cm de diámetro, aproximadamente del tamaño de una nuez grande. Humedecer las manos ayuda a que la carne no se pegue.
  3. Sellado de las albóndigas: Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio-alto. Fríe las albóndigas en tandas, asegurándote de no sobrecargar la sartén, para que se doren uniformemente por todos los lados. No es necesario cocinarlas completamente en este paso, solo sellarlas para que mantengan su forma y jugosidad. Retira las albóndigas de la sartén y resérvalas en un plato aparte.

Preparación de la Salsa de Tomate

  1. Sofrito base: En la misma sartén donde freíste las albóndigas (retirando el exceso de aceite), añade un poco más de aceite de oliva virgen extra si es necesario. Sofríe la cebolla picada a fuego medio hasta que esté transparente y blanda, aproximadamente unos 5-7 minutos. Añade el ajo picado y cocina por un minuto más, hasta que desprenda su aroma. Ten cuidado de no quemar el ajo, ya que amargará la salsa.
  2. Incorporación del tomate: Añade el tomate triturado (o el tomate natural triturado) a la sartén. Si usas vino blanco, añádelo ahora y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos. Agrega la hoja de laurel, el azúcar (si la usas), la sal y la pimienta.
  3. Cocción a fuego lento: Reduce el fuego a bajo, tapa la sartén y cocina la salsa de tomate a fuego lento durante al menos 30 minutos, o hasta que haya espesado y los sabores se hayan integrado. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue al fondo. Una cocción lenta es clave para una salsa de tomate rica y sabrosa.

Cocción Final de las Albóndigas en la Salsa

  1. Integración de las albóndigas: Añade las albóndigas reservadas a la salsa de tomate. Asegúrate de que estén bien cubiertas por la salsa.
  2. Cocción conjunta: Cocina las albóndigas en la salsa a fuego lento durante al menos 20-30 minutos más, o hasta que estén completamente cocidas y tiernas. Remueve ocasionalmente para que las albóndigas se impregnen del sabor de la salsa. Si la salsa se espesa demasiado, puedes añadir un poco de agua o caldo de carne para aligerarla.
  3. Reposo (opcional pero recomendado): Si tienes tiempo, deja reposar las albóndigas en la salsa durante unos minutos antes de servir. Esto permite que los sabores se desarrollen aún más.

Presentación y Acompañamiento

Sirve las albóndigas con tomate calientes, acompañadas de arroz blanco, puré de patatas, pasta o pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa. Espolvorea un poco de perejil fresco picado por encima para decorar. Un toque de queso rallado (parmesano, grana padano o manchego) también realza el sabor del plato.

Variaciones y Consejos

  • Tipos de carne: Experimenta con diferentes tipos de carne picada, como cordero, pollo o pavo, para variar el sabor de las albóndigas. También puedes usar una mezcla de diferentes tipos de carne.
  • Hierbas y especias: Añade otras hierbas y especias a la mezcla de las albóndigas o a la salsa de tomate, como orégano, tomillo, romero, pimentón dulce o picante, o una pizca de comino.
  • Verduras en la salsa: Incorpora otras verduras a la salsa de tomate, como pimientos rojos o verdes, zanahorias, o calabacín, para añadir más sabor y nutrientes.
  • Pan remojado en leche: Para unas albóndigas más suaves y jugosas, remoja el pan rallado en leche antes de añadirlo a la mezcla de carne.
  • Horno en lugar de freír: Para una opción más saludable, puedes hornear las albóndigas en lugar de freírlas. Colócalas en una bandeja para hornear previamente engrasada y hornea a 180°C (350°F) durante unos 20-25 minutos, o hasta que estén doradas y cocidas.
  • Congelar las albóndigas: Las albóndigas con tomate se pueden congelar fácilmente. Deja que se enfríen completamente antes de congelarlas en un recipiente hermético o en bolsas para congelar. Para descongelar, traslada las albóndigas al refrigerador durante la noche o caliéntalas directamente en una olla a fuego lento.
  • Aumentar la complejidad de la salsa: Para una salsa más sofisticada, puedes añadir un poco de caldo de carne, vino tinto, o incluso un chorrito de brandy. Un poco de pimiento choricero le da un toque ahumado delicioso.
  • Espesar la salsa: Si la salsa está demasiado líquida, puedes espesarla añadiendo una cucharadita de maicena disuelta en un poco de agua fría, o dejando que se cocine a fuego lento sin tapar durante más tiempo.
  • Equilibrio de sabores: Prueba la salsa durante la cocción y ajusta la sal, la pimienta y el azúcar según sea necesario. Un toque de vinagre balsámico puede añadir profundidad al sabor.

Consideraciones Nutricionales

Las albóndigas con tomate, como cualquier plato, deben consumirse dentro de una dieta equilibrada. La carne picada aporta proteínas esenciales, mientras que el tomate es rico en licopeno, un antioxidante beneficioso para la salud. El contenido calórico variará según el tipo de carne utilizada y la cantidad de aceite empleada en la cocción. Optar por carne magra y hornear las albóndigas en lugar de freírlas puede reducir significativamente la cantidad de grasa en el plato. Aumentar la proporción de verduras en la salsa también mejora el valor nutricional del plato.

Origen e Historia

Las albóndigas, en diversas formas y preparaciones, son un plato presente en muchas culturas culinarias alrededor del mundo. Su origen se remonta a la antigüedad, con recetas similares encontradas en la cocina romana y persa. En España, las albóndigas con tomate son un plato tradicionalmente asociado a la cocina casera y familiar, transmitido de generación en generación. La combinación de carne picada y salsa de tomate es un ejemplo de la fusión de ingredientes y técnicas culinarias que caracterizan la gastronomía española.

Conclusión

Las albóndigas con tomate son un plato sencillo, delicioso y versátil que puede adaptarse a diferentes gustos y preferencias. Con esta receta fácil de seguir y los consejos adicionales, podrás crear un plato que deleitará a todos en casa. Anímate a experimentar con diferentes ingredientes y técnicas para personalizar tu propia versión de este clásico de la cocina española. ¡Buen provecho!

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