Las albóndigas al horno con salsa son un plato clásico y reconfortante, perfecto para cualquier ocasión. Esta receta te guiará paso a paso para crear albóndigas jugosas y llenas de sabor, horneadas a la perfección y bañadas en una salsa deliciosa. Olvídate de las frituras y disfruta de una versión más saludable y fácil de preparar. Desde la selección de la carne hasta los trucos para evitar que se sequen, aquí encontrarás todo lo que necesitas para triunfar.

Ingredientes

Para las Albóndigas:

  • 500g de carne picada (mezcla de ternera y cerdo recomendada)
  • 1 huevo mediano
  • 50g de pan rallado (preferiblemente casero o de textura gruesa)
  • 50ml de leche (aproximadamente)
  • 1 cebolla pequeña, finamente picada
  • 2 dientes de ajo, picados o prensados
  • 2 cucharadas de perejil fresco, picado
  • 1 cucharadita de sal (ajustar al gusto)
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra molida (ajustar al gusto)
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada (opcional, pero añade un toque especial)
  • Aceite de oliva virgen extra, para engrasar la bandeja

Para la Salsa:

  • 500ml de tomate triturado (o tomate natural pelado y triturado)
  • 1 cebolla mediana, picada
  • 2 dientes de ajo, picados o prensados
  • 1 pimiento verde pequeño, picado (opcional)
  • 1 zanahoria pequeña, rallada (opcional)
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharadita de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate, opcional)
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 1/2 cucharadita de albahaca seca
  • Sal y pimienta al gusto
  • Un chorrito de vino tinto (opcional, para un sabor más profundo)
  • Laurel (1 hoja, opcional)

Elaboración Paso a Paso

Preparación de las Albóndigas:

  1. Hidratar el pan: En un bol pequeño, remoja el pan rallado en la leche. Deja que se empape durante unos 5-10 minutos. Esto ayudará a que las albóndigas queden más jugosas. El pan rallado seco tiende a absorber la humedad de la carne, resultando en albóndigas secas.
  2. Mezclar los ingredientes: En un bol grande, combina la carne picada, el huevo, el pan rallado remojado (escurriendo el exceso de leche), la cebolla picada, el ajo picado, el perejil picado, la sal, la pimienta y la nuez moscada (si la usas).
  3. Amasar la mezcla: Mezcla bien todos los ingredientes con las manos hasta obtener una masa homogénea. No amases en exceso, ya que esto puede hacer que las albóndigas queden duras. Un amasado suave y uniforme es suficiente.
  4. Formar las albóndigas: Con las manos ligeramente humedecidas, forma las albóndigas del tamaño deseado. Un tamaño de unos 3-4 cm de diámetro es ideal. Colócalas en una bandeja para horno previamente engrasada con aceite de oliva.

Preparación de la Salsa:

  1. Sofrito base: En una sartén grande o cazuela, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada y sofríe hasta que esté transparente y ligeramente dorada.
  2. Añadir verduras: Agrega el ajo picado y el pimiento verde picado (si lo usas) y la zanahoria rallada (si la usas). Sofríe durante unos minutos más, removiendo ocasionalmente, hasta que las verduras estén tiernas.
  3. Incorporar el tomate: Vierte el tomate triturado en la sartén. Añade el azúcar (si lo usas), el orégano, la albahaca, la sal, la pimienta, el vino tinto (si lo usas) y la hoja de laurel (si la usas).
  4. Cocinar la salsa: Reduce el fuego a bajo, tapa la sartén y cocina la salsa a fuego lento durante al menos 20-30 minutos, removiendo ocasionalmente. Cuanto más tiempo cocines la salsa, más sabrosa estará.
  5. Triturar (opcional): Si prefieres una salsa más fina, puedes triturarla con una batidora de mano después de cocinarla.

Hornear las Albóndigas:

  1. Precalentar el horno: Precalienta el horno a 180°C (350°F).
  2. Hornear las albóndigas: Hornea las albóndigas durante unos 20-25 minutos, o hasta que estén doradas y cocidas por dentro. El tiempo de cocción puede variar dependiendo del tamaño de las albóndigas y de tu horno. Es importante asegurarse de que estén completamente cocidas.
  3. Añadir la salsa: Saca las albóndigas del horno y vierte la salsa de tomate sobre ellas, asegurándote de que queden bien cubiertas.
  4. Hornear con la salsa: Vuelve a meter la bandeja en el horno y hornea durante unos 10-15 minutos más, para que las albóndigas se impregnen bien del sabor de la salsa.

Servir

Sirve las albóndigas al horno con salsa calientes. Puedes acompañarlas con arroz blanco, pasta, puré de patatas o simplemente con pan para mojar en la deliciosa salsa. Espolvorea un poco de perejil fresco picado por encima para decorar.

Nota: Para una textura más suave, puedes añadir un poco de pan remojado en leche a la mezcla de las albóndigas. También puedes añadir un poco de queso rallado (parmesano o grana padano) para un sabor más intenso.

Variaciones y Consejos Adicionales

  • Albóndigas vegetarianas: Sustituye la carne picada por lentejas cocidas trituradas, tofu desmenuzado o una mezcla de verduras ralladas. Asegúrate de ajustar la cantidad de pan rallado y huevo para obtener una consistencia adecuada.
  • Salsa picante: Añade una pizca de guindilla o unas gotas de salsa picante a la salsa de tomate para darle un toque picante.
  • Hierbas aromáticas: Experimenta con diferentes hierbas aromáticas, como tomillo, romero o mejorana, para darle un sabor único a la salsa.
  • Guisantes: Añade un puñado de guisantes a la salsa durante los últimos minutos de cocción para un plato más completo.
  • Queso: Ralla un poco de queso mozzarella o parmesano sobre las albóndigas antes de hornearlas con la salsa para un gratinado delicioso.
  • Congelar: Las albóndigas al horno con salsa se pueden congelar fácilmente. Déjalas enfriar completamente antes de congelarlas en un recipiente hermético. Para descongelar, déjalas en el refrigerador durante la noche o caliéntalas directamente en el horno o en una sartén.
  • Trucos para albóndigas jugosas:
    • No amases en exceso la mezcla de las albóndigas.
    • Humedece tus manos al formar las albóndigas.
    • No cocines las albóndigas en exceso.
    • Añade pan remojado en leche a la mezcla.
  • Profundizando en la selección de la carne: La mezcla ideal de carne picada para albóndigas suele ser una combinación de ternera y cerdo. La ternera aporta sabor y estructura, mientras que el cerdo añade jugosidad y grasa. Una proporción de 50/50 es un buen punto de partida, pero puedes ajustarla según tu preferencia. Si prefieres albóndigas más magras, utiliza carne de ternera con menos grasa. Si te gusta un sabor más intenso, puedes añadir un poco de carne de cordero a la mezcla.
  • La importancia del pan rallado: El pan rallado es un ingrediente crucial para la textura de las albóndigas. El pan rallado casero o de textura gruesa es preferible al pan rallado fino, ya que absorbe menos humedad y ayuda a mantener las albóndigas jugosas. Si no tienes pan rallado casero, puedes tostar unas rebanadas de pan y triturarlas en un procesador de alimentos. También puedes utilizar panko, un tipo de pan rallado japonés que proporciona una textura crujiente.
  • El secreto del sofrito: El sofrito es la base de la salsa de tomate y es fundamental para su sabor. Cocina la cebolla a fuego lento hasta que esté caramelizada, lo que liberará sus azúcares naturales y le dará un sabor dulce y profundo. Añade el ajo al final, ya que se quema fácilmente. El pimiento verde y la zanahoria son opcionales, pero añaden un toque de dulzura y complejidad a la salsa.
  • Equilibrando la acidez del tomate: El tomate puede ser ácido, por lo que es importante equilibrar su acidez con un poco de azúcar. También puedes añadir una pizca de bicarbonato de sodio para neutralizar la acidez. Otra opción es utilizar tomates de buena calidad, que suelen ser menos ácidos.
  • El toque final: Un chorrito de vino tinto añade un sabor profundo y complejo a la salsa. También puedes añadir un poco de caldo de carne o de verduras para darle más sabor; Unas hojas de laurel frescas u orégano fresco elevan el aroma y el sabor del plato.

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