La pizza de queso de cabra y jamón es una combinación exquisita que equilibra la untuosidad del queso de cabra con el sabor salado y curado del jamón. Esta receta, adaptable a todos los niveles de habilidad culinaria, ofrece una experiencia gastronómica memorable en la comodidad de tu hogar. A diferencia de las pizzas convencionales, esta variante se distingue por su sofisticación y la posibilidad de experimentar con ingredientes de alta calidad.
Ingredientes: La Clave para un Sabor Inigualable
La calidad de los ingredientes es fundamental para el éxito de esta pizza. Prioriza ingredientes frescos y de buena procedencia. La diferencia en el sabor final será notable.
Para la Masa (Opción Casera o Pre-hecha):
- Harina de trigo (fuerza): 300 gramos (idealmente harina de fuerza para una masa más elástica). La harina de fuerza contiene más gluten, lo que permite que la masa se estire mejor y tenga una textura más masticable.
- Agua tibia: 200 ml (la temperatura ideal está entre 30-35°C para activar la levadura).
- Levadura fresca: 10 gramos (o 5 gramos de levadura seca activa). La levadura fresca proporciona un sabor más sutil y complejo a la masa.
- Sal: 6 gramos (aproximadamente 1 cucharadita). La sal controla la fermentación de la levadura y realza el sabor de la masa.
- Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas. El aceite de oliva aporta sabor y elasticidad a la masa.
Para la Cobertura:
- Queso de cabra: 200 gramos (rulo o medallones, elige tu favorito). El queso de cabra puede variar en intensidad de sabor. Un rulo más joven será más suave, mientras que uno más maduro tendrá un sabor más pronunciado.
- Jamón serrano o ibérico: 150 gramos (lonchas finas). El jamón ibérico, por supuesto, elevará el plato a un nivel superior en términos de sabor y textura.
- Aceite de oliva virgen extra: Para rociar. Un buen aceite de oliva virgen extra aportará un toque final de sabor y brillo a la pizza;
- Opcional:
- Higos frescos: 2-3 higos, en rodajas finas (añaden un toque dulce que contrasta muy bien con el queso y el jamón).
- Rúcula fresca: Un puñado (para añadir después de hornear, aporta un toque picante y fresco).
- Miel: Un hilo fino (para un contraste dulce-salado aún más pronunciado).
- Nueces: Un puñado, picadas (añaden textura y sabor).
- Tomillo fresco: Unas ramitas (para aromatizar).
- Cebolla caramelizada: Una pequeña cantidad (para un dulzor más profundo).
Elaboración Paso a Paso: Desde la Masa hasta la Degustación
Preparación de la Masa (Si Optas por la Opción Casera):
- Activar la levadura: Disuelve la levadura en el agua tibia con una pizca de azúcar. Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que se forme una espuma en la superficie. Esto indica que la levadura está activa.
- Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, mezcla la harina y la sal.
- Incorporar los ingredientes líquidos: Agrega la mezcla de levadura y el aceite de oliva a la harina. Mezcla con una cuchara de madera o con las manos hasta que se forme una masa.
- Amasar: Pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante 10-15 minutos hasta que esté suave y elástica. Amasar correctamente es crucial para desarrollar el gluten y obtener una masa con buena textura. Utiliza la técnica de estirar y doblar la masa repetidamente.
- Primer levado: Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva. Cubre el bol con un paño húmedo o film transparente y deja reposar en un lugar cálido durante al menos 1 hora, o hasta que la masa duplique su tamaño. El tiempo de levado puede variar dependiendo de la temperatura ambiente. En un ambiente más frío, tardará más tiempo.
- Desgasificar y segundo levado (opcional pero recomendable): Desgasifica la masa golpeándola suavemente para eliminar el aire. Forma de nuevo una bola y déjala reposar durante 30 minutos adicionales. Este segundo levado mejora la textura y el sabor de la masa.
Montaje y Horneado de la Pizza:
- Precalentar el horno: Precalienta el horno a la temperatura más alta posible (generalmente 250-300°C) con la piedra para pizza (si tienes una) dentro. La piedra para pizza ayuda a que la masa se cocine de manera uniforme y quede crujiente. Si no tienes piedra, puedes usar una bandeja para hornear.
- Estirar la masa: Enharina ligeramente una superficie de trabajo y estira la masa con un rodillo o con las manos hasta obtener la forma deseada. Trata de mantener un borde ligeramente más grueso para que la pizza tenga un borde crujiente. Si la masa se resiste a estirarse, déjala reposar unos minutos para que el gluten se relaje.
- Transferir la masa: Con cuidado, transfiere la masa estirada a una pala para pizza enharinada o a una bandeja para hornear.
- Añadir los ingredientes: Distribuye el queso de cabra en trozos sobre la masa. A continuación, coloca las lonchas de jamón. Si utilizas higos, distribúyelos también en este momento.
- Hornear: Hornea la pizza durante 8-12 minutos, o hasta que la masa esté dorada y el queso de cabra se haya derretido y esté ligeramente dorado. El tiempo de horneado puede variar dependiendo de la temperatura del horno. Vigila la pizza de cerca para que no se queme.
- Añadir los ingredientes frescos (si los usas): Retira la pizza del horno y añade la rúcula fresca, las nueces picadas, un hilo de miel y unas ramitas de tomillo fresco (si los usas).
- Servir: Corta la pizza en porciones y sírvela inmediatamente.
Consejos y Trucos para una Pizza Perfecta
- La calidad del agua: Utiliza agua filtrada o embotellada para la masa si el agua del grifo tiene un sabor fuerte a cloro.
- El horneado: Si no tienes piedra para pizza, precalienta la bandeja para hornear en el horno antes de colocar la pizza sobre ella. Esto ayudará a que la masa se cocine de manera más uniforme.
- El queso de cabra: Si el queso de cabra es muy cremoso, puedes congelarlo ligeramente durante unos minutos antes de cortarlo para que sea más fácil de manipular.
- El jamón: Añade el jamón justo antes de servir si quieres que conserve su textura y sabor. Si lo horneas demasiado tiempo, puede volverse seco y quebradizo.
- Experimenta: No tengas miedo de experimentar con diferentes ingredientes y combinaciones. Puedes añadir pimientos asados, aceitunas, champiñones, o cualquier otro ingrediente que te guste.
- Masa madre: Si tienes experiencia, considera usar masa madre en lugar de levadura comercial para un sabor más complejo y una textura más crujiente.
- Estirar la masa: Si quieres una pizza con una base muy fina, estira la masa lo más fina posible. Ten cuidado de no romperla;
- El aceite de oliva: Utiliza un aceite de oliva virgen extra de buena calidad para rociar la pizza antes y después de hornearla. Esto le dará un sabor y aroma deliciosos.
- El horneado: Si tu horno tiene una función de "grill", puedes usarla durante los últimos minutos de horneado para dorar el queso y el jamón. Vigila la pizza de cerca para que no se queme.
Adaptaciones y Variantes: Personaliza tu Pizza
La belleza de esta receta reside en su flexibilidad. Puedes adaptarla a tus gustos y preferencias personales. Aquí tienes algunas ideas:
- Vegetariana: Sustituye el jamón por espinacas salteadas, alcachofas a la plancha o berenjenas asadas.
- Picante: Añade unas rodajas de guindilla fresca o unas gotas de aceite de chile a la pizza.
- Con frutas: Experimenta con diferentes frutas de temporada, como peras, manzanas o melocotones. Combina muy bien con el queso de cabra.
- Con hierbas: Utiliza diferentes hierbas frescas, como albahaca, orégano o romero, para aromatizar la pizza.
- Con diferentes quesos: Combina el queso de cabra con otros quesos, como mozzarella, provolone o gorgonzola.
Conclusión: Un Placer Sencillo y Sofisticado
La pizza de queso de cabra y jamón es una opción deliciosa y versátil para una cena informal, una fiesta con amigos o simplemente para darte un capricho. Con ingredientes de calidad y un poco de práctica, podrás crear una pizza casera digna de un restaurante gourmet. La clave está en la experimentación y en la adaptación de la receta a tus gustos personales. ¡Disfruta de tu creación!
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