La pizza con jamón cocido es un clásico atemporal, amada por niños y adultos por igual. Su sencillez y sabor reconfortante la convierten en una opción ideal para una cena rápida entre semana o una reunión informal con amigos. Pero, ¿cómo lograr una pizza con jamón cocido que sea realmente excepcional? En este artículo, profundizaremos en la receta clásica, exploraremos variaciones creativas y te daremos consejos prácticos para que cada pizza sea una obra maestra culinaria.

Historia y Orígenes Humildes

Aunque la pizza tal como la conocemos hoy en día tiene sus raíces en Nápoles, Italia, la idea de un pan plano cubierto con ingredientes se remonta a civilizaciones antiguas. Los griegos, romanos y egipcios ya consumían panes planos aderezados con hierbas, aceite y especias. Sin embargo, fue en Nápoles donde el pan plano se transformó en la pizza que conocemos, con la adición de tomate, un ingrediente relativamente nuevo en Europa en aquel entonces.

La pizza originalmente era comida de gente humilde, vendida en las calles y consumida por los trabajadores. Con el tiempo, su popularidad creció y comenzó a aparecer en restaurantes y pizzerías. La adición de ingredientes como el jamón cocido fue una evolución natural, buscando añadir más sabor y valor nutricional a la pizza.

La Receta Clásica: Paso a Paso

La base de una buena pizza con jamón cocido es, sin duda, la masa. Aquí te presentamos una receta clásica para la masa y luego detallaremos el proceso de montaje y horneado.

Ingredientes para la Masa (para 2 pizzas medianas):

  • 500 g de harina de trigo (preferiblemente harina 00)
  • 325 ml de agua tibia (aproximadamente 30°C)
  • 7 g de levadura seca activa (o 21 g de levadura fresca)
  • 10 g de sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

Preparación de la Masa:

  1. Activar la levadura: En un recipiente pequeño, disuelve la levadura en el agua tibia. Agrega una cucharadita de azúcar (opcional, pero ayuda a la levadura a activarse). Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que se forme una espuma en la superficie.
  2. Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, mezcla la harina y la sal.
  3. Incorporar los ingredientes líquidos: Haz un hueco en el centro de la harina y vierte la mezcla de levadura y el aceite de oliva.
  4. Amasar: Comienza a mezclar los ingredientes con una cuchara o espátula hasta que se forme una masa pegajosa. Luego, transfiere la masa a una superficie enharinada y amasa durante 8-10 minutos hasta que esté suave, elástica y ya no se pegue a la superficie. Si utilizas una amasadora, amasa durante unos 5-7 minutos con el gancho.
  5. Primer levado: Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente engrasado. Cubre el bol con un paño húmedo o film transparente y deja que la masa leve en un lugar cálido durante 1-2 horas, o hasta que duplique su tamaño.
  6. Desgasificar y dividir: Una vez que la masa haya levado, golpéala suavemente para desgasificarla y divídela en dos porciones iguales.
  7. Segundo levado (opcional, pero recomendado): Forma bolas con cada porción de masa y colócalas en recipientes individuales ligeramente engrasados. Cubre los recipientes y deja que las bolas leven en la nevera durante al menos 2 horas, o idealmente durante toda la noche. Este levado lento en frío ayuda a desarrollar el sabor de la masa.

Ingredientes para la Cobertura:

  • 250 g de salsa de tomate (preferiblemente casera o de buena calidad)
  • 250 g de queso mozzarella rallado (preferiblemente mozzarella fresca rallada)
  • 200 g de jamón cocido en lonchas finas
  • Orégano seco al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra para rociar

Montaje y Horneado:

  1. Precalentar el horno: Precalienta el horno a la temperatura más alta posible (generalmente entre 250°C y 300°C) con una piedra para pizza dentro, si tienes una. Si no tienes piedra para pizza, puedes usar una bandeja para hornear.
  2. Estirar la masa: En una superficie enharinada, estira una de las bolas de masa con las manos o con un rodillo hasta obtener un círculo de aproximadamente 30 cm de diámetro. Intenta dejar el borde ligeramente más grueso para formar la corteza.
  3. Cubrir la pizza: Transfiere la masa estirada a una pala para pizza enharinada o a una bandeja para hornear. Extiende la salsa de tomate uniformemente sobre la masa, dejando un borde libre para la corteza. Espolvorea el queso mozzarella rallado sobre la salsa de tomate. Distribuye las lonchas de jamón cocido sobre el queso. Espolvorea orégano seco al gusto.
  4. Hornear: Desliza la pizza sobre la piedra para pizza precalentada (o coloca la bandeja para hornear en el horno). Hornea durante 8-12 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y el queso esté burbujeante y ligeramente dorado.
  5. Servir: Retira la pizza del horno y rocía con un poco de aceite de oliva virgen extra. Corta en porciones y sirve inmediatamente.

Variaciones Creativas y Sabores Inesperados

La pizza con jamón cocido es una base excelente para experimentar con otros ingredientes y crear combinaciones de sabores únicas. Aquí te presentamos algunas ideas para inspirarte:

  • Pizza Hawaiana: Agrega piña en trozos pequeños junto con el jamón cocido para un toque dulce y ácido.
  • Pizza con Champiñones y Jamón: Saltea champiñones laminados con un poco de ajo y perejil y agrégalos a la pizza junto con el jamón cocido.
  • Pizza con Pimientos Asados y Jamón: Asa pimientos rojos y amarillos, pélalos y córtalos en tiras. Agrégalos a la pizza para un sabor dulce y ahumado.
  • Pizza con Aceitunas Negras y Jamón: Agrega aceitunas negras en rodajas para un toque salado y mediterráneo.
  • Pizza con Rúcula y Jamón (después de hornear): Hornea la pizza con solo la salsa de tomate y el queso; Una vez fuera del horno, agrega rúcula fresca y lonchas de jamón cocido para un toque fresco y picante.
  • Pizza Blanca con Jamón y Ricotta: En lugar de salsa de tomate, utiliza una base de queso ricotta mezclado con ajo, perejil y un poco de aceite de oliva. Agrega el jamón cocido y hornea.
  • Pizza con Huevo: Rompe un huevo sobre la pizza durante los últimos minutos de horneado para que la yema quede líquida y cremosa.

Consejos para una Pizza Perfecta

Lograr una pizza perfecta requiere atención al detalle y un poco de práctica. Aquí te damos algunos consejos para que tus pizzas sean siempre un éxito:

  • Utiliza ingredientes de buena calidad: La calidad de los ingredientes se refleja en el sabor final de la pizza. Utiliza harina de buena calidad, salsa de tomate casera o de buena marca, queso mozzarella fresco y jamón cocido de calidad.
  • No te excedas con la cantidad de ingredientes: Una pizza sobrecargada de ingredientes puede resultar pesada y difícil de hornear correctamente. Es mejor utilizar menos ingredientes y dejar que cada uno brille por sí solo.
  • Estira la masa con cuidado: No estires la masa demasiado fina, ya que podría romperse durante el horneado. Tampoco la dejes demasiado gruesa, ya que podría quedar cruda en el centro.
  • Precalienta el horno correctamente: Un horno bien caliente es fundamental para obtener una pizza con una corteza crujiente y un queso derretido y burbujeante.
  • Utiliza una piedra para pizza: La piedra para pizza ayuda a distribuir el calor de manera uniforme y a absorber la humedad de la masa, resultando en una corteza más crujiente.
  • Observa la pizza durante el horneado: Cada horno es diferente, así que observa la pizza durante el horneado y ajústala a tu gusto. Si la corteza se está dorando demasiado rápido, puedes bajar un poco la temperatura del horno.
  • Deja reposar la pizza antes de cortarla: Después de hornear, deja reposar la pizza durante unos minutos antes de cortarla. Esto permitirá que los sabores se mezclen y que el queso se asiente un poco.
  • Experimenta con diferentes ingredientes y técnicas: No tengas miedo de experimentar con diferentes ingredientes y técnicas para encontrar tu propia versión perfecta de la pizza con jamón cocido.
  • Considera la hidratación de la masa: La hidratación de la masa es un factor crucial para la textura final. Una masa más hidratada (mayor proporción de agua) resultará en una pizza más ligera y aireada, con una corteza más crujiente. Experimenta con diferentes proporciones de agua para encontrar la que mejor se adapte a tus preferencias.
  • Prueba la fermentación lenta: La fermentación lenta, especialmente en frío (en la nevera), permite que la masa desarrolle sabores más complejos y una mejor estructura. Aunque requiere más tiempo, el resultado final vale la pena.

Consideraciones para Diferentes Audiencias

La pizza con jamón cocido es un plato versátil que se puede adaptar a diferentes gustos y necesidades. Aquí te damos algunas consideraciones para diferentes audiencias:

Para Niños:

  • Corta el jamón cocido en trozos pequeños para facilitar su consumo.
  • Utiliza ingredientes suaves y familiares, como salsa de tomate dulce y queso mozzarella.
  • Considera agregar verduras picadas finamente, como zanahoria o calabacín, para aumentar el valor nutricional.
  • Haz la pizza en porciones individuales para que sea más fácil de manejar.

Para Vegetarianos (variación):

Aunque la pizza con jamón cocido no es vegetariana por definición, puedes crear una versión vegetariana deliciosa utilizando ingredientes como:

  • Champiñones portobello a la parrilla en lugar de jamón.
  • Corazones de alcachofa en conserva.
  • Pimientos del piquillo asados.
  • Espinacas frescas.

Para Personas con Intolerancias o Alergias:

  • Intolerancia al gluten: Utiliza una masa para pizza sin gluten.
  • Intolerancia a la lactosa: Utiliza queso mozzarella sin lactosa o queso vegano.
  • Alergia a los frutos secos: Asegúrate de que todos los ingredientes estén libres de frutos secos.

Para Profesionales de la Cocina:

Los profesionales de la cocina pueden experimentar con ingredientes de alta calidad y técnicas más avanzadas para crear una pizza con jamón cocido gourmet:

  • Utiliza harina italiana de tipo "00" para una masa más fina y crujiente.
  • Prepara tu propia salsa de tomate con tomates San Marzano.
  • Utiliza mozzarella de búfala fresca.
  • Añade un toque de aceite de trufa blanca después de hornear.
  • Experimenta con diferentes tipos de jamón cocido, como jamón York o jamón de Praga.

Evitando Clichés y Errores Comunes

Para elevar tu pizza con jamón cocido a un nivel superior, es importante evitar clichés y errores comunes:

  • No te limites al jamón cocido estándar: Explora diferentes variedades de jamón cocido, como el jamón York, el jamón de Praga o incluso jamones ahumados, para añadir complejidad al sabor.
  • No uses queso rallado pre-envasado: El queso rallado pre-envasado a menudo contiene celulosa para evitar que se aglutine, lo que afecta su capacidad para derretirse correctamente. Ralla tu propio queso mozzarella fresco para obtener mejores resultados.
  • No ignores la importancia de la salsa de tomate: La salsa de tomate es la base del sabor de la pizza. Utiliza una salsa de tomate casera o de buena calidad, y sazónala adecuadamente con hierbas, ajo y sal.
  • No tengas miedo de la simplicidad: A veces, menos es más. Una pizza con solo unos pocos ingredientes de alta calidad puede ser más deliciosa que una pizza sobrecargada de sabores.
  • No te olvides de la sal: La sal es un ingrediente fundamental para realzar el sabor de todos los demás ingredientes. Asegúrate de sazonar la masa, la salsa de tomate y el queso adecuadamente.
  • No cocines la pizza en un horno frío: Un horno bien caliente es esencial para obtener una corteza crujiente y un queso derretido y burbujeante. Precalienta el horno a la temperatura más alta posible durante al menos 30 minutos antes de hornear la pizza.

Conclusión: Un Clásico Reinventado

La pizza con jamón cocido es mucho más que una simple pizza. Es un lienzo en blanco para la creatividad culinaria, una oportunidad para experimentar con sabores y texturas, y una forma de conectar con amigos y familiares alrededor de una mesa. Con esta guía completa, desde la historia y la receta clásica hasta las variaciones creativas y los consejos para una pizza perfecta, estás listo para convertirte en un maestro pizzero y disfrutar de este clásico reinventado en su máxima expresión.

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