El pastel de calabacín relleno de jamón y queso es una receta versátil y deliciosa, ideal tanto para una comida familiar como para una ocasión especial. Su sencillez en la preparación lo convierte en una opción perfecta para cualquier persona, independientemente de su nivel de experiencia en la cocina. Este plato combina la frescura y ligereza del calabacín con la riqueza del jamón y la cremosidad del queso, creando una sinfonía de sabores que deleitará a todos;
Lava bien los calabacines y córtalos en rodajas finas, de aproximadamente 3-4 milímetros de grosor. Puedes usar una mandolina para obtener rodajas uniformes. Es crucial que las rodajas sean finas para que se cocinen adecuadamente en el horno y no queden crudas. Si las rodajas son demasiado gruesas, el pastel podría resultar aguado.
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade las rodajas de calabacín y saltea durante unos 5-7 minutos, o hasta que estén ligeramente blandas. Remueve ocasionalmente para evitar que se quemen. Sazona con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada (si lo deseas). Este paso ayuda a reducir la humedad del calabacín y a intensificar su sabor. Si tienes mucho calabacín, es posible que necesites saltearlo en varias tandas para no sobrecargar la sartén.
Mientras el calabacín se enfría un poco, corta las lonchas de jamón cocido en trozos pequeños o tiras. Ralla el queso (si no lo has comprado ya rallado). En un bol grande, bate los huevos con la nata líquida. Sazona con sal, pimienta y hierbas provenzales (si las usas). Añade el queso parmesano rallado (si lo usas) y mezcla bien. La combinación de huevos y nata proporciona la base cremosa para el pastel, mientras que el queso parmesano añade un toque de sabor extra.
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa un molde para horno (preferiblemente rectangular o cuadrado) con un poco de aceite de oliva o mantequilla. Si lo deseas, puedes espolvorear el fondo del molde con pan rallado para evitar que el pastel se pegue. Crea una primera capa con la mitad de las rodajas de calabacín, cubriendo todo el fondo del molde. A continuación, añade la mitad del jamón cocido y la mitad del queso rallado. Vierte la mitad de la mezcla de huevo y nata sobre esta capa. Repite el proceso: otra capa de calabacín, jamón, queso y la mezcla restante de huevo y nata. Asegúrate de que todas las capas estén distribuidas uniformemente.
Hornea el pastel en el horno precalentado durante unos 30-40 minutos, o hasta que esté dorado y la mezcla de huevo esté cuajada. Para comprobar si está listo, puedes insertar un palillo en el centro del pastel; si sale limpio, está cocido. Si la parte superior se dora demasiado rápido, puedes cubrir el pastel con papel de aluminio durante los últimos minutos de cocción. El tiempo de horneado puede variar dependiendo de tu horno, así que es importante vigilar el pastel de cerca.
Una vez que el pastel esté listo, sácalo del horno y déjalo enfriar durante unos 10-15 minutos antes de cortarlo y servirlo. Esto permite que los sabores se asienten y que el pastel se corte más fácilmente. Puedes servir el pastel de calabacín relleno de jamón y queso caliente, tibio o incluso frío. Es una excelente opción para llevar a un picnic o para disfrutar como parte de un almuerzo ligero. Puedes acompañarlo con una ensalada fresca o con una salsa de tomate casera.
El pastel de calabacín relleno de jamón y queso es una opción relativamente saludable, ya que el calabacín es una verdura baja en calorías y rica en fibra. Sin embargo, es importante tener en cuenta el contenido de grasa y sodio del jamón y el queso. Para reducir el contenido de grasa, puedes utilizar jamón cocido bajo en grasa y queso rallado light. También puedes reducir la cantidad de sal añadida a la receta. Recuerda que el tamaño de la porción es clave para mantener una dieta equilibrada.
El pastel de calabacín relleno de jamón y queso es una receta fácil, versátil y deliciosa que seguramente se convertirá en un favorito en tu hogar. Con unos pocos ingredientes sencillos y unos pocos pasos fáciles, puedes crear un plato que es perfecto para cualquier ocasión. ¡Anímate a probar esta receta y experimenta con diferentes variaciones para crear tu propia versión única!
Sí, puedes congelar el pastel de calabacín una vez que esté cocido y enfriado. Envuelve el pastel en papel film y luego en papel de aluminio para evitar que se queme por el frío. El pastel congelado se conservará bien durante unos 2-3 meses. Para descongelar, déjalo en el refrigerador durante la noche o caliéntalo directamente en el horno a baja temperatura.
Sí, puedes preparar el pastel de calabacín con antelación y guardarlo en el refrigerador hasta el momento de hornearlo. Cúbrelo con papel film para evitar que se seque. También puedes hornear el pastel con antelación y recalentarlo antes de servirlo. En este caso, es importante recalentarlo a baja temperatura para evitar que se seque.
El pastel de calabacín relleno de jamón y queso se puede servir con una variedad de acompañamientos, como una ensalada fresca, una salsa de tomate casera, una sopa o unas verduras asadas. También puedes servirlo como parte de un brunch o un almuerzo ligero.