La lasaña, un plato icónico de la cocina italiana, se reinventa en esta versión con espinacas frescas, la cremosidad de la ricota, el toque salado del jamón y una generosa capa de queso gratinado․ Esta receta es sorprendentemente fácil de preparar y ofrece una explosión de sabores que deleitará a toda la familia․ A continuación, desglosaremos cada paso, desde la selección de ingredientes hasta los consejos para un resultado perfecto, cubriendo todos los aspectos para que tanto principiantes como cocineros experimentados puedan disfrutar de este delicioso plato․
Si utilizas espinacas frescas, lávalas cuidadosamente bajo agua fría para eliminar cualquier resto de tierra․ Escáldalas brevemente en agua hirviendo con sal durante unos 2-3 minutos, hasta que estén tiernas pero aún conserven su color verde brillante․ Escúrrelas bien (puedes usar un colador y presionar para eliminar el exceso de agua) y pícalas groseramente․ Si usas espinacas congeladas, asegúrate de descongelarlas completamente y exprimirlas para eliminar el exceso de agua;
En un bol, mezcla la ricota con el huevo (si decides usarlo, esto ayuda a que la ricota se mantenga más unida al hornear), una pizca de nuez moscada rallada, sal y pimienta al gusto․ Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea․
En una cacerola mediana, derrite la mantequilla a fuego medio․ Añade la harina y cocina durante 1-2 minutos, removiendo constantemente con una varilla, hasta obtener un roux dorado․ Vierte la leche caliente poco a poco, removiendo continuamente con la varilla para evitar que se formen grumos․ Continúa cocinando, removiendo constantemente, hasta que la salsa espese y tenga una consistencia cremosa․ Sazona con sal, pimienta blanca y nuez moscada al gusto․ Reserva․
En una sartén, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio․ Sofríe la cebolla y el ajo picados hasta que estén transparentes․ Añade el tomate triturado (o frito), el orégano, la sal y la pimienta․ Cocina a fuego lento durante unos 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa se haya espesado ligeramente․
Precalienta el horno a 180°C (350°F)․ Engrasa ligeramente una fuente para horno rectangular (aproximadamente 20x30 cm)․ Comienza colocando una capa fina de salsa de tomate (si la usas) o bechamel (si la usas) en el fondo de la fuente․ Cubre con una capa de láminas de lasaña․ Extiende una capa de ricota sobre las láminas de lasaña․ Añade una capa de espinacas picadas․ Distribuye lonchas de jamón sobre las espinacas․ Espolvorea con queso mozzarella rallado․ Repite las capas (láminas de lasaña, ricota, espinacas, jamón, mozzarella) hasta agotar los ingredientes․ Asegúrate de terminar con una capa de láminas de lasaña cubierta con salsa bechamel (si la usas) y una generosa cantidad de queso mozzarella y parmesano rallados․
Cubre la fuente con papel de aluminio y hornea durante 20 minutos․ Retira el papel de aluminio y hornea durante 15-20 minutos más, o hasta que la lasaña esté dorada y burbujeante․ Deja reposar la lasaña durante unos 10-15 minutos antes de servir․
La lasaña, aunque sencilla en su esencia, permite una gran flexibilidad en cuanto a ingredientes y técnicas․ Para aquellos que buscan una opción más ligera, se puede optar por utilizar láminas de lasaña integrales, ricota baja en grasa y reducir la cantidad de queso․ También se puede sustituir el jamón por pavo ahumado para reducir el contenido de grasa․ Desde una perspectiva de sostenibilidad, es importante considerar el origen de los ingredientes, priorizando productos locales y de temporada․ Además, la lasaña es una excelente opción para aprovechar verduras que estén a punto de estropearse, minimizando así el desperdicio de alimentos․ En cuanto a la salud, es crucial moderar el consumo de lasaña debido a su alto contenido calórico y de grasas saturadas․ Sin embargo, al equilibrar la dieta con ejercicio y una alimentación variada, se puede disfrutar de este plato ocasionalmente sin comprometer el bienestar general․
Esta receta de lasaña de espinaca, ricota, jamón y queso es una opción deliciosa y reconfortante para cualquier ocasión․ Con su combinación de sabores y texturas, este plato seguramente complacerá a todos․ Anímate a prepararla y descubre lo fácil que es crear una lasaña casera que superará a cualquier versión comprada en la tienda․ ¡Buen provecho!