La lasaña, un plato icónico de la cocina italiana, se reinventa en esta versión con espinacas frescas, la cremosidad de la ricota, el toque salado del jamón y una generosa capa de queso gratinado․ Esta receta es sorprendentemente fácil de preparar y ofrece una explosión de sabores que deleitará a toda la familia․ A continuación, desglosaremos cada paso, desde la selección de ingredientes hasta los consejos para un resultado perfecto, cubriendo todos los aspectos para que tanto principiantes como cocineros experimentados puedan disfrutar de este delicioso plato․

Ingredientes Necesarios

  • Para la Lasaña:
    • 1 paquete (aprox․ 500g) de láminas de lasaña (pueden ser frescas o secas, precocidas o no)․
    • 500g de espinacas frescas (o 300g de espinacas congeladas, descongeladas y bien escurridas)․
    • 500g de ricota fresca․
    • 200g de jamón cocido en lonchas․
    • 200g de queso mozzarella rallado (o una mezcla de quesos que fundan bien, como provolone, fontina, etc․)․
    • 50g de queso parmesano rallado․
    • 1 huevo (opcional, para ligar la ricota)․
    • Nuez moscada rallada (al gusto)․
    • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)․
    • Aceite de oliva virgen extra․
  • Para la Salsa Bechamel (Opcional, pero muy recomendada):
    • 50g de mantequilla․
    • 50g de harina de trigo․
    • 500ml de leche entera (o semi-desnatada)․
    • Sal, pimienta blanca y nuez moscada (al gusto)․
  • Para la Salsa de Tomate (si se desea intensificar el sabor):
    • 500g de tomate triturado (o tomate frito de buena calidad)․
    • 1 cebolla pequeña picada finamente․
    • 2 dientes de ajo picados finamente․
    • 1 cucharadita de orégano seco․
    • Aceite de oliva virgen extra․
    • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)․

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de las Espinacas:

    Si utilizas espinacas frescas, lávalas cuidadosamente bajo agua fría para eliminar cualquier resto de tierra․ Escáldalas brevemente en agua hirviendo con sal durante unos 2-3 minutos, hasta que estén tiernas pero aún conserven su color verde brillante․ Escúrrelas bien (puedes usar un colador y presionar para eliminar el exceso de agua) y pícalas groseramente․ Si usas espinacas congeladas, asegúrate de descongelarlas completamente y exprimirlas para eliminar el exceso de agua;

  2. Preparación de la Ricota:

    En un bol, mezcla la ricota con el huevo (si decides usarlo, esto ayuda a que la ricota se mantenga más unida al hornear), una pizca de nuez moscada rallada, sal y pimienta al gusto․ Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea․

  3. Preparación de la Salsa Bechamel (Opcional):

    En una cacerola mediana, derrite la mantequilla a fuego medio․ Añade la harina y cocina durante 1-2 minutos, removiendo constantemente con una varilla, hasta obtener un roux dorado․ Vierte la leche caliente poco a poco, removiendo continuamente con la varilla para evitar que se formen grumos․ Continúa cocinando, removiendo constantemente, hasta que la salsa espese y tenga una consistencia cremosa․ Sazona con sal, pimienta blanca y nuez moscada al gusto․ Reserva․

  4. Preparación de la Salsa de Tomate (Opcional):

    En una sartén, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio․ Sofríe la cebolla y el ajo picados hasta que estén transparentes․ Añade el tomate triturado (o frito), el orégano, la sal y la pimienta․ Cocina a fuego lento durante unos 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa se haya espesado ligeramente․

  5. Montaje de la Lasaña:

    Precalienta el horno a 180°C (350°F)․ Engrasa ligeramente una fuente para horno rectangular (aproximadamente 20x30 cm)․ Comienza colocando una capa fina de salsa de tomate (si la usas) o bechamel (si la usas) en el fondo de la fuente․ Cubre con una capa de láminas de lasaña․ Extiende una capa de ricota sobre las láminas de lasaña․ Añade una capa de espinacas picadas․ Distribuye lonchas de jamón sobre las espinacas․ Espolvorea con queso mozzarella rallado․ Repite las capas (láminas de lasaña, ricota, espinacas, jamón, mozzarella) hasta agotar los ingredientes․ Asegúrate de terminar con una capa de láminas de lasaña cubierta con salsa bechamel (si la usas) y una generosa cantidad de queso mozzarella y parmesano rallados․

  6. Horneado:

    Cubre la fuente con papel de aluminio y hornea durante 20 minutos․ Retira el papel de aluminio y hornea durante 15-20 minutos más, o hasta que la lasaña esté dorada y burbujeante․ Deja reposar la lasaña durante unos 10-15 minutos antes de servir․

Consejos para una Lasaña Perfecta

  • Láminas de Lasaña: Si utilizas láminas de lasaña secas que no son precocidas, es posible que necesites remojarlas en agua caliente durante unos minutos antes de montarlas para que se ablanden․ Sigue las instrucciones del paquete․ Las láminas frescas suelen ser más fáciles de manejar y no requieren remojo previo․
  • La Humedad de las Espinacas: Es crucial eliminar la mayor cantidad de agua posible de las espinacas, ya que el exceso de humedad puede hacer que la lasaña quede aguada․ Exprime bien las espinacas después de cocinarlas o descongelarlas․
  • La Ricota: Si la ricota es muy húmeda, puedes colocarla en un colador forrado con una gasa y dejarla escurrir en la nevera durante unas horas antes de usarla․
  • La Bechamel: La clave para una bechamel sin grumos es añadir la leche caliente poco a poco y remover constantemente con una varilla․ Si la salsa se vuelve demasiado espesa, puedes añadir un poco más de leche;
  • El Queso: Utiliza una mezcla de quesos que fundan bien para obtener una capa gratinada deliciosa y cremosa․ La mozzarella es una opción clásica, pero puedes combinarla con provolone, fontina, o incluso un poco de queso cheddar para un sabor más intenso․
  • Variaciones: Puedes añadir otros ingredientes a la lasaña, como champiñones salteados, pimientos asados, carne picada salteada, o incluso alcachofas․ Experimenta con diferentes combinaciones de sabores para crear tu propia versión de la lasaña․
  • Congelación: La lasaña se puede congelar tanto antes como después de hornearla․ Para congelarla antes de hornearla, monta la lasaña en una fuente apta para congelador, cúbrela con papel de aluminio y congélala․ Para hornearla, descongélala completamente en la nevera y hornea como se indica en la receta․ Para congelarla después de hornearla, deja que se enfríe completamente, córtala en porciones individuales, envuelve cada porción en papel de aluminio y congélala․ Para recalentarla, descongélala en la nevera y caliéntala en el horno o en el microondas․
  • Presentación: Para una presentación más elegante, corta la lasaña en porciones individuales y sírvelas con una ramita de perejil fresco o unas hojas de albahaca․ También puedes acompañarla con una ensalada verde fresca․

Consideraciones Adicionales

La lasaña, aunque sencilla en su esencia, permite una gran flexibilidad en cuanto a ingredientes y técnicas․ Para aquellos que buscan una opción más ligera, se puede optar por utilizar láminas de lasaña integrales, ricota baja en grasa y reducir la cantidad de queso․ También se puede sustituir el jamón por pavo ahumado para reducir el contenido de grasa․ Desde una perspectiva de sostenibilidad, es importante considerar el origen de los ingredientes, priorizando productos locales y de temporada․ Además, la lasaña es una excelente opción para aprovechar verduras que estén a punto de estropearse, minimizando así el desperdicio de alimentos․ En cuanto a la salud, es crucial moderar el consumo de lasaña debido a su alto contenido calórico y de grasas saturadas․ Sin embargo, al equilibrar la dieta con ejercicio y una alimentación variada, se puede disfrutar de este plato ocasionalmente sin comprometer el bienestar general․

Conclusión

Esta receta de lasaña de espinaca, ricota, jamón y queso es una opción deliciosa y reconfortante para cualquier ocasión․ Con su combinación de sabores y texturas, este plato seguramente complacerá a todos․ Anímate a prepararla y descubre lo fácil que es crear una lasaña casera que superará a cualquier versión comprada en la tienda․ ¡Buen provecho!

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