Salamanca, una provincia en el corazón de España, es sinónimo de jamón ibérico de excelencia. Entre sus productores más destacados se encuentra Jamones Santa Marta, una marca que ha sabido conjugar la tradición ancestral con las técnicas más modernas para ofrecer un producto de calidad inigualable. Este artículo explora en profundidad el universo de Jamones Santa Marta, desde sus orígenes hasta el proceso de elaboración, pasando por las características que lo hacen único y los motivos por los que se ha ganado un lugar de prestigio en el mercado.
La historia de Jamones Santa Marta es la historia de una familia apasionada por el jamón ibérico. Fundada hace varias generaciones, la empresa ha mantenido un compromiso inquebrantable con la calidad, transmitiendo de padres a hijos el saber hacer y el respeto por la tradición. Este legado familiar se refleja en cada pieza que sale de sus instalaciones, impregnada de la dedicación y el cuidado que solo una empresa con raíces puede ofrecer.
La base de un jamón ibérico excepcional es, sin duda, el cerdo de raza ibérica. Estos animales, descendientes del cerdo mediterráneo, poseen características genéticas únicas que les permiten infiltrar grasa en el músculo, lo que se traduce en un sabor y una textura inigualables. Jamones Santa Marta selecciona cuidadosamente a sus cerdos ibéricos, criándolos en libertad en las dehesas salmantinas, un ecosistema único donde encuentran su alimento principal: la bellota.
La dehesa salmantina es un paisaje de encinas, alcornoques y pastizales que proporciona el entorno ideal para la cría del cerdo ibérico. Durante la montanera, la época en la que las bellotas maduran, los cerdos se alimentan exclusivamente de este fruto, lo que contribuye a la calidad y el sabor distintivo del jamón. La bellota aporta ácidos grasos monoinsaturados, similares a los del aceite de oliva, que benefician la salud cardiovascular y confieren al jamón un aroma y un sabor únicos.
La elaboración del jamón ibérico es un proceso largo y meticuloso que requiere paciencia, experiencia y un profundo conocimiento de la materia prima. Jamones Santa Marta sigue un proceso tradicional, respetando los tiempos de curación y afinado para garantizar la máxima calidad del producto final.
Después del sacrificio del cerdo, las piezas se cubren con sal marina para deshidratarlas y favorecer su conservación. Este proceso, conocido como salazón, es fundamental para el desarrollo del sabor y la textura del jamón. Jamones Santa Marta utiliza sal marina de alta calidad y controla cuidadosamente el tiempo de salazón para evitar que el jamón quede demasiado salado o, por el contrario, insuficientemente curado.
Una vez finalizada la salazón, las piezas se lavan con agua fría para eliminar el exceso de sal. A continuación, se dejan reposar en cámaras frigoríficas durante varias semanas para que la sal se distribuya uniformemente por toda la pieza. Este proceso, conocido como asentamiento, es fundamental para el desarrollo del aroma y el sabor del jamón.
El secado y la curación son las etapas más largas y delicadas del proceso de elaboración. Las piezas se trasladan a secaderos naturales donde se exponen al aire fresco y seco de la sierra salmantina. Durante este tiempo, el jamón pierde humedad y grasa, concentrando su sabor y desarrollando su aroma característico. Jamones Santa Marta controla cuidadosamente la temperatura y la humedad de los secaderos para garantizar una curación óptima.
Una vez finalizada la curación, los jamones se trasladan a bodegas donde permanecen durante varios meses, incluso años, afinándose y desarrollando su bouquet final. En las bodegas, la temperatura y la humedad son más estables, lo que permite que el jamón evolucione lentamente, adquiriendo matices y complejidad. Jamones Santa Marta cuenta con bodegas subterráneas donde las piezas se afinan en condiciones óptimas.
Jamones Santa Marta ofrece una amplia gama de jamones ibéricos para satisfacer los gustos de todos los consumidores. La clasificación del jamón ibérico se basa en la raza del cerdo y su alimentación durante la montanera.
El jamón ibérico de bellota es el de mayor calidad y el más apreciado por los gourmets. Procede de cerdos de raza ibérica alimentados exclusivamente con bellotas durante la montanera. Se caracteriza por su sabor intenso y complejo, su textura jugosa y su aroma inconfundible. Dentro de esta categoría, se pueden encontrar diferentes calidades en función del porcentaje de raza ibérica del cerdo (100% ibérico, 75% ibérico, 50% ibérico).
El jamón ibérico de cebo de campo procede de cerdos de raza ibérica alimentados con piensos naturales y pastos en libertad. Su sabor es más suave que el del jamón de bellota, pero sigue siendo muy apreciado por su calidad y su precio más asequible.
El jamón ibérico de cebo procede de cerdos de raza ibérica alimentados con piensos naturales en granjas. Su sabor es más suave y menos complejo que el de los jamones de bellota y cebo de campo.
El jamón ibérico de Santa Marta es un producto que estimula los sentidos. Su aroma, su sabor, su textura y su apariencia son únicos e inconfundibles.
El aroma del jamón ibérico de Santa Marta es complejo y persistente, con notas de bellota, frutos secos, hierbas aromáticas y especias. Este aroma es el resultado de la alimentación del cerdo, el proceso de curación y el afinado en bodega.
El sabor del jamón ibérico de Santa Marta es intenso y equilibrado, con notas dulces, saladas y umami. La grasa infiltrada en el músculo se funde en la boca, liberando un sabor que persiste durante mucho tiempo.
La textura del jamón ibérico de Santa Marta es jugosa y firme al mismo tiempo. La grasa se funde en la boca, creando una sensación agradable y persistente. Las fibras musculares son suaves y fáciles de masticar.
La apariencia del jamón ibérico de Santa Marta es atractiva y apetitosa. El marmoleado de la grasa infiltrada en el músculo le confiere un aspecto veteado y brillante. El color varía del rojo intenso al rosa pálido, dependiendo del grado de curación.
Para disfrutar al máximo del jamón ibérico de Santa Marta, es importante seguir algunos consejos y sugerencias:
Jamones Santa Marta está comprometida con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. La empresa utiliza prácticas de producción sostenibles que minimizan el impacto en el entorno natural y garantizan el bienestar animal.
Jamones Santa Marta se preocupa por el bienestar de sus cerdos ibéricos, criándolos en libertad en las dehesas salmantinas y proporcionándoles una alimentación natural y equilibrada. La empresa cumple con los más altos estándares de bienestar animal y colabora con organizaciones que promueven prácticas de cría responsables.
Jamones Santa Marta gestiona de forma sostenible las dehesas salmantinas, protegiendo la biodiversidad y garantizando la conservación de este ecosistema único. La empresa utiliza prácticas agrícolas y ganaderas que respetan el medio ambiente y promueven la regeneración del suelo.
Jamones Santa Marta está comprometida con la reducción de su impacto ambiental. La empresa utiliza energías renovables, optimiza el consumo de agua y reduce la generación de residuos. Además, la empresa fomenta el reciclaje y la reutilización de materiales.
Jamones Santa Marta Salamanca es mucho más que una marca de jamón ibérico. Es un símbolo de calidad, tradición y pasión por el buen hacer. Su compromiso con la excelencia, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente lo convierten en un referente en el sector. Degustar un jamón ibérico de Santa Marta es una experiencia sensorial única que nos transporta a las dehesas salmantinas y nos permite apreciar el sabor auténtico de la tradición ibérica. Un sabor que perdura en el tiempo y que nos invita a disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
tags: #Jamon