El jamón ibérico, una joya de la gastronomía española, es mucho más que un simple alimento. Es un símbolo de tradición, cultura y excelencia artesanal. Dentro de este selecto mundo, losJamones Redondo Iglesias Salamanca destacan por su compromiso con la calidad, su profundo respeto por las técnicas ancestrales y su arraigo a la tierra salmantina. Este artículo profundiza en la historia, el proceso de elaboración, las características distintivas y el valor gastronómico de estos excepcionales jamones.

La Historia de una Tradición Familiar

La historia de Redondo Iglesias se entrelaza con la tradición jamonera de Salamanca. Fundada hace varias generaciones, esta empresa familiar ha sabido mantener vivos los métodos artesanales de elaboración, transmitiendo de padres a hijos el conocimiento y la pasión por el jamón ibérico. Su origen se remonta a una pequeña explotación ganadera donde se criaban cerdos ibéricos en libertad, alimentados con bellotas y pastos naturales.

Desde sus humildes comienzos, Redondo Iglesias ha crecido y evolucionado, adaptándose a las nuevas tecnologías y exigencias del mercado, pero sin renunciar jamás a la esencia de su tradición. Su compromiso con la calidad y la autenticidad les ha valido el reconocimiento y la confianza de los consumidores más exigentes.

El Proceso de Elaboración: Un Arte Milenario

La elaboración del jamón ibérico Redondo Iglesias es un proceso meticuloso que requiere paciencia, experiencia y un profundo conocimiento de la materia prima. Cada etapa, desde la cría del cerdo hasta la curación del jamón, se realiza con el máximo cuidado y atención al detalle.

La Cría del Cerdo Ibérico: La Base de la Excelencia

El secreto de un buen jamón ibérico reside en la calidad del cerdo. Redondo Iglesias selecciona cuidadosamente cerdos de raza ibérica pura, criados en libertad en las dehesas salmantinas. Durante la montanera, la época de engorde, los cerdos se alimentan principalmente de bellotas, un fruto rico en ácido oleico que confiere al jamón su característico sabor y textura.

La alimentación natural y el ejercicio constante en libertad son fundamentales para el desarrollo muscular y la infiltración de grasa en el jamón, lo que contribuye a su jugosidad y aroma inconfundible.

El Sacrificio y el Despiece: La Primera Transformación

Una vez alcanzado el peso óptimo, los cerdos son sacrificados siguiendo rigurosos protocolos de bienestar animal. Tras el sacrificio, se procede al despiece, separando las piezas nobles, entre ellas las patas traseras, que se destinarán a la elaboración del jamón.

El despiece es una etapa crucial, ya que de ella depende la forma y el aspecto final del jamón. Los maestros jamoneros de Redondo Iglesias realizan esta tarea con precisión y destreza, seleccionando las mejores piezas y preparándolas para la siguiente etapa del proceso.

La Salazón: El Inicio de la Curación

La salazón es el primer paso en el proceso de curación del jamón. Consiste en cubrir la pieza con sal marina durante un período de tiempo determinado, que varía en función del peso y la cantidad de grasa del jamón. La sal actúa como conservante natural, extrayendo la humedad y favoreciendo la deshidratación de la pieza.

Redondo Iglesias utiliza sal marina de la más alta calidad, controlando cuidadosamente la temperatura y la humedad durante la salazón para garantizar una curación uniforme y evitar la proliferación de bacterias.

El Lavado y el Asentamiento: La Eliminación del Exceso de Sal

Una vez finalizada la salazón, los jamones se lavan con agua fría para eliminar el exceso de sal. A continuación, se trasladan a secaderos naturales, donde permanecen durante varios meses en un ambiente controlado de temperatura y humedad. Durante esta etapa, el jamón se asienta y se produce una lenta deshidratación, lo que contribuye a concentrar los sabores y aromas.

La Curación en Bodega: El Secreto del Sabor

La curación en bodega es la etapa más larga y delicada del proceso. Los jamones se trasladan a bodegas naturales, donde permanecen durante un período de tiempo que puede oscilar entre 24 y 48 meses, o incluso más, dependiendo del tipo de jamón. En la bodega, los jamones maduran lentamente, desarrollando su sabor y aroma característicos.

Redondo Iglesias cuenta con bodegas centenarias, excavadas en la roca, donde la temperatura y la humedad se mantienen constantes de forma natural. El microclima único de estas bodegas, junto con la experiencia de los maestros jamoneros, es fundamental para obtener jamones de calidad excepcional.

El Control de Calidad: La Garantía de la Excelencia

Durante todo el proceso de elaboración, los jamones Redondo Iglesias son sometidos a rigurosos controles de calidad. Se realizan análisis sensoriales, pruebas de laboratorio y controles de peso para garantizar que cumplen con los estándares más exigentes. Solo los jamones que superan todos los controles reciben el sello de calidad Redondo Iglesias.

Características Distintivas de los Jamones Redondo Iglesias Salamanca

Los jamones Redondo Iglesias Salamanca se distinguen por una serie de características que los hacen únicos y especiales:

  • Raza Ibérica Pura: Elaborados con cerdos de raza ibérica pura, criados en libertad en las dehesas salmantinas.
  • Alimentación Natural: Alimentados principalmente con bellotas durante la montanera, lo que confiere al jamón su característico sabor y textura.
  • Curación Lenta y Natural: Curados en bodegas centenarias, siguiendo métodos artesanales transmitidos de generación en generación.
  • Sabor Intenso y Persistente: Un sabor complejo y equilibrado, con notas de bellota, frutos secos y hierbas aromáticas.
  • Textura Jugosa y Fundente: Una textura suave y agradable al paladar, con una infiltración de grasa que le confiere jugosidad y untuosidad.
  • Aroma Inconfundible: Un aroma intenso y característico, que evoca la dehesa salmantina y la tradición jamonera.
  • Veteado Característico: Presencia de vetas de grasa infiltrada que contribuyen a su sabor y textura.

Tipos de Jamones Redondo Iglesias Salamanca

Redondo Iglesias ofrece una amplia gama de jamones ibéricos, adaptados a los gustos y preferencias de cada consumidor:

Jamón Ibérico de Bellota 100% Ibérico

La joya de la corona de Redondo Iglesias. Elaborado con cerdos de raza ibérica pura, alimentados exclusivamente con bellotas durante la montanera. Su sabor es intenso y persistente, con notas de bellota y frutos secos. Su textura es jugosa y fundente.

Jamón Ibérico de Bellota

Elaborado con cerdos ibéricos alimentados con bellotas y pastos naturales durante la montanera. Su sabor es complejo y equilibrado, con notas de bellota y hierbas aromáticas. Su textura es suave y agradable al paladar.

Jamón Ibérico de Cebo de Campo

Elaborado con cerdos ibéricos criados en libertad y alimentados con piensos naturales y pastos. Su sabor es agradable y equilibrado, con notas de cereal y hierbas frescas. Su textura es firme y jugosa.

El Valor Gastronómico del Jamón Ibérico Redondo Iglesias Salamanca

El jamón ibérico Redondo Iglesias Salamanca es un producto gastronómico de excepción, apreciado por su sabor, su textura y su aroma. Se puede disfrutar solo, cortado en finas lonchas, o acompañado de pan, aceite de oliva virgen extra y un buen vino. También se puede utilizar como ingrediente en una gran variedad de platos, desde tapas y ensaladas hasta guisos y arroces.

Más allá de su valor gastronómico, el jamón ibérico es un símbolo de celebración y convivencia. Es un producto que se comparte con amigos y familiares en ocasiones especiales, creando momentos inolvidables;

Maridaje: El Arte de Combinar Sabores

El jamón ibérico Redondo Iglesias Salamanca se puede maridar con una gran variedad de vinos, dependiendo del tipo de jamón y de los gustos personales. En general, los vinos tintos jóvenes y afrutados, como un Rioja o un Ribera del Duero, son una buena opción. También se puede maridar con vinos blancos secos, como un Albariño o un Verdejo, o con vinos espumosos, como un Cava o un Champagne.

Además del vino, el jamón ibérico se puede maridar con otros alimentos, como quesos, frutos secos, aceitunas y pan. La clave está en encontrar combinaciones que realcen el sabor del jamón y creen una experiencia gastronómica equilibrada y armoniosa.

Conservación y Corte: Secretos para Disfrutar al Máximo

Para disfrutar al máximo del jamón ibérico Redondo Iglesias Salamanca, es importante conservarlo y cortarlo correctamente. El jamón debe conservarse en un lugar fresco y seco, alejado de la luz y el calor. Lo ideal es colgarlo en un jamonero, pero también se puede guardar en una despensa o en un armario.

El corte del jamón es un arte que requiere práctica y experiencia. Lo ideal es utilizar un cuchillo jamonero de hoja larga y flexible, y cortar lonchas finas y uniformes. El corte debe realizarse en dirección a la pezuña, siguiendo la forma del jamón. Es importante retirar la corteza y la grasa superficial antes de comenzar a cortar.

Conclusión: Un Tesoro Gastronómico de Salamanca

Los Jamones Redondo Iglesias Salamanca son un tesoro gastronómico que representa la tradición, la calidad y la excelencia de la cultura ibérica. Su sabor, su textura y su aroma son el resultado de un proceso de elaboración meticuloso y artesanal, en el que se combinan la experiencia, el conocimiento y el respeto por la materia prima. Degustar un jamón Redondo Iglesias es una experiencia única e inolvidable, que nos transporta a las dehesas salmantinas y nos permite apreciar la riqueza y la diversidad de la gastronomía española.

Redondo Iglesias, con su legado familiar y su compromiso con la calidad, continúa siendo un referente en el mundo del jamón ibérico, ofreciendo a los consumidores un producto excepcional que cumple con los más altos estándares de exigencia. Su dedicación a la cría del cerdo ibérico en libertad, su respeto por las técnicas ancestrales de elaboración y su pasión por el jamón se traducen en un producto único, que deleita los paladares más exigentes y enorgullece a la tierra salmantina.

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