La Alberca, un pintoresco pueblo enclavado en la Sierra de Francia, Salamanca, es mucho más que un destino turístico. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde las tradiciones ancestrales se mantienen vivas y donde la gastronomía alcanza su máxima expresión. En este entorno privilegiado nace y se cría el cerdo ibérico, la joya de la corona de la charcutería española, y es aquí dondeJamones Julián Becerro perpetúa una tradición familiar de elaboración de jamones ibéricos de bellota que se remonta a generaciones.
La Sierra de Francia, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, ofrece un ecosistema ideal para la cría del cerdo ibérico. Sus extensas dehesas, pobladas de encinas y alcornoques, proporcionan el alimento principal de estos animales durante la montanera: la bellota. Este fruto, rico en ácido oleico, es el responsable del sabor y la textura únicos del jamón ibérico de bellota. El clima de la Sierra, con inviernos fríos y veranos suaves, también contribuye al proceso de curación natural de los jamones, aportando matices y aromas inigualables.
La dehesa es un ecosistema singular, resultado de la interacción entre el hombre y la naturaleza. Las encinas y alcornoques proporcionan sombra y alimento al cerdo ibérico, mientras que el ganado contribuye a mantener limpio el sotobosque y a dispersar las semillas. Este equilibrio ecológico se traduce en una carne de excepcional calidad, que se refleja en el sabor y aroma del jamón ibérico. Julián Becerro, consciente de la importancia de este entorno, trabaja de forma sostenible para preservar la dehesa y garantizar la calidad de sus productos.
La historia de Jamones Julián Becerro es la historia de una familia unida por la pasión por el jamón ibérico. Desde sus orígenes, la familia Becerro ha dedicado su vida a la cría del cerdo ibérico y a la elaboración artesanal de jamones. Julián Becerro, heredero de esta tradición, ha sabido combinar el conocimiento ancestral con las técnicas más modernas para ofrecer un producto de calidad excepcional. Su compromiso con la excelencia se refleja en cada etapa del proceso, desde la selección de los cerdos hasta la curación final de los jamones.
La elaboración de los jamones Julián Becerro sigue un proceso artesanal que se ha transmitido de generación en generación. La salazón, el secado y la curación se realizan de forma natural, aprovechando el clima de la Sierra de Francia. Cada jamón es único, resultado de la experiencia y el saber hacer de los maestros jamoneros. Este proceso lento y cuidadoso es el secreto del sabor y la textura inigualables de los jamones Julián Becerro.
El cerdo ibérico es una raza autóctona de la Península Ibérica, adaptada a la perfección a la dehesa. Su capacidad para infiltrar grasa en el músculo es lo que le confiere a su carne un sabor y una textura únicos. Los cerdos ibéricos de Julián Becerro se crían en libertad en la dehesa, alimentándose de bellotas y pastos naturales durante la montanera. Este régimen alimenticio se traduce en una carne rica en ácido oleico, el mismo que se encuentra en el aceite de oliva, y que es beneficioso para la salud cardiovascular.
Dentro del jamón ibérico, existen diferentes categorías en función de la alimentación y la pureza de la raza del cerdo. El jamón ibérico de bellota es el de mayor calidad, procedente de cerdos que se han alimentado exclusivamente de bellotas durante la montanera. El jamón ibérico de cebo de campo proviene de cerdos que se han alimentado de bellotas y pastos naturales, complementados con piensos. El jamón ibérico de cebo proviene de cerdos que se han alimentado exclusivamente de piensos. Julián Becerro ofrece una amplia gama de jamones ibéricos para satisfacer los paladares más exigentes.
El proceso de elaboración del jamón ibérico es un arte que requiere paciencia, dedicación y un profundo conocimiento de la materia prima. Cada etapa es crucial para garantizar la calidad final del producto. Desde la selección de los jamones hasta la curación en bodega, cada detalle cuenta.
La salazón es el primer paso en el proceso de elaboración del jamón ibérico. Consiste en cubrir los jamones con sal marina para deshidratarlos y evitar el desarrollo de bacterias. La duración de la salazón depende del peso del jamón y de las condiciones climáticas. Julián Becerro utiliza sal marina de alta calidad para garantizar una salazón uniforme y equilibrada.
Después de la salazón, los jamones se lavan para eliminar el exceso de sal y se cuelgan en secaderos naturales. Durante el secado, los jamones pierden humedad y se concentran los sabores. La duración del secado depende del clima y de las características del jamón. A continuación, los jamones se trasladan a bodegas, donde se produce la curación. Durante la curación, los jamones desarrollan su aroma y sabor característicos. La duración de la curación puede variar entre 18 y 36 meses, dependiendo del tipo de jamón.
Degustar un jamón Julián Becerro es una experiencia única que involucra todos los sentidos. El aroma intenso y complejo, el sabor dulce y salado, la textura untuosa y el color rojo intenso son un festín para los sentidos. Para disfrutar plenamente de esta experiencia, es importante cortar el jamón correctamente y servirlo a la temperatura adecuada.
El corte del jamón es un ritual que requiere habilidad y precisión. Un buen cortador sabe cómo sacar el máximo partido al jamón, resaltando sus sabores y texturas. Es importante utilizar un cuchillo jamonero afilado y flexible, y cortar lonchas finas y uniformes. El corte debe realizarse en sentido contrario a la fibra del músculo, para que la carne se deshaga en la boca.
El jamón ibérico de bellota marida a la perfección con una amplia variedad de vinos y bebidas. Un vino tinto crianza o reserva, un vino blanco seco o un jerez fino son excelentes opciones para acompañar este manjar. También se puede disfrutar con pan con tomate, aceite de oliva virgen extra y un buen queso.
Además de su exquisito sabor, el jamón ibérico de bellota ofrece numerosos beneficios para la salud. Es rico en ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que ayuda a reducir el colesterol LDL (el colesterol "malo") y a aumentar el colesterol HDL (el colesterol "bueno"). También es una fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el zinc y el magnesio.
El ácido oleico, presente en la bellota y en la carne del cerdo ibérico, es un potente antioxidante que protege las células del daño oxidativo. También ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y a mejorar la salud del cerebro. El consumo regular de jamón ibérico de bellota, dentro de una dieta equilibrada, puede contribuir a mejorar la salud general.
La Alberca es uno de los pueblos más bonitos de España, declarado Conjunto Histórico-Artístico. Sus calles empedradas, sus casas de entramado de madera y sus balcones floridos transportan al visitante a otra época. La Alberca es un lugar donde se respira tradición y autenticidad, y donde se puede disfrutar de la gastronomía local y de la belleza del paisaje;
Visitar La Alberca es una experiencia inolvidable; Además de disfrutar de su patrimonio arquitectónico y cultural, se puede realizar senderismo por la Sierra de Francia, visitar bodegas y queserías, y degustar la gastronomía local. La Alberca es un destino ideal para aquellos que buscan autenticidad, tranquilidad y contacto con la naturaleza.
Jamones Julián Becerro La Alberca es mucho más que una marca de jamón ibérico. Es un símbolo de tradición, calidad y pasión por el buen hacer. Su compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente garantizan la continuidad de este tesoro gastronómico para las futuras generaciones. Degustar un jamón Julián Becerro es una experiencia única que permite conectar con la historia, la cultura y el sabor de la Sierra de Francia.
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