En el universo de los productos gourmet españoles, el jamón ibérico ocupa un lugar de honor. Dentro de este selecto grupo,Jamones Juan Márquez e Hijos destaca por su compromiso inquebrantable con la calidad, la tradición y la excelencia en cada etapa de producción. Este artículo explorará en profundidad la historia, los procesos, las características y el valor que hacen de Jamones Juan Márquez e Hijos una elección predilecta para los amantes del buen jamón.

Orígenes y Trayectoria: Una Saga Familiar

La historia de Jamones Juan Márquez e Hijos es una historia de familia, de pasión por el campo y de respeto por las tradiciones ancestrales. Fundada hace varias generaciones, la empresa ha sabido mantener intactos los principios que la vieron nacer: la selección rigurosa de la materia prima, el cuidado artesanal en la elaboración y la búsqueda constante de la perfección.

Desde sus humildes comienzos, Juan Márquez, el fundador, inculcó a sus hijos el amor por el cerdo ibérico y la importancia de respetar su entorno natural. Esta filosofía, transmitida de generación en generación, ha permitido a la empresa consolidarse como un referente en el sector, manteniendo una identidad propia y un compromiso firme con la calidad.

La Importancia del Terruño: Un Ecosistema Único

El secreto de un buen jamón ibérico reside, en gran medida, en el terruño donde se crían los cerdos. Jamones Juan Márquez e Hijos selecciona cuidadosamente las dehesas donde pastan sus animales, buscando aquellos entornos que ofrecen las condiciones óptimas para su desarrollo: extensas áreas de pasto, abundancia de encinas y alcornoques, y un clima favorable.

Este ecosistema único permite a los cerdos ibéricos alimentarse de bellotas durante la montanera, la época de engorde en la que adquieren las características que hacen del jamón ibérico un producto tan apreciado: su sabor intenso y complejo, su textura untuosa y su aroma inconfundible. La dehesa no es solo un lugar de pastoreo; es un componente esencial del sabor final del jamón.

El Cerdo Ibérico: La Joya de la Corona

El cerdo ibérico es la raza autóctona española por excelencia, caracterizada por su rusticidad, su capacidad de adaptación al medio y su predisposición a acumular grasa intramuscular, lo que confiere al jamón ibérico su característico veteado y su jugosidad.

Jamones Juan Márquez e Hijos trabaja exclusivamente con cerdos ibéricos puros o cruzados con un alto porcentaje de raza ibérica, garantizando así la calidad y autenticidad de sus productos. Además, la empresa se preocupa por el bienestar animal, asegurando que los cerdos dispongan de espacio suficiente para moverse libremente y que reciban una alimentación adecuada.

Tipos de Jamón Ibérico: Una Clasificación Esencial

Es fundamental comprender la clasificación del jamón ibérico para poder apreciar sus diferencias y elegir el producto que mejor se adapte a nuestros gustos y necesidades. La normativa actual establece cuatro categorías principales, en función de la raza del cerdo y de su alimentación:

  1. Jamón Ibérico de Bellota 100% Ibérico (Etiqueta Negra): Proviene de cerdos 100% ibéricos que han sido criados en libertad en la dehesa y alimentados exclusivamente con bellotas y pastos naturales durante la montanera. Es la máxima expresión del jamón ibérico.
  2. Jamón Ibérico de Bellota (Etiqueta Roja): Proviene de cerdos ibéricos (generalmente cruzados con raza Duroc) que han sido criados en libertad en la dehesa y alimentados principalmente con bellotas y pastos naturales durante la montanera.
  3. Jamón Ibérico de Cebo de Campo (Etiqueta Verde): Proviene de cerdos ibéricos que han sido criados en libertad y alimentados con piensos naturales y pastos.
  4. Jamón Ibérico de Cebo (Etiqueta Blanca): Proviene de cerdos ibéricos que han sido criados en granjas y alimentados con piensos naturales.

Jamones Juan Márquez e Hijos ofrece jamones de las categorías Bellota 100% Ibérico y Bellota, garantizando así la máxima calidad y sabor de sus productos.

El Proceso de Elaboración: Un Arte Milenario

La elaboración del jamón ibérico es un proceso largo y delicado que requiere de conocimientos técnicos, experiencia y paciencia. Jamones Juan Márquez e Hijos combina las técnicas tradicionales con las últimas innovaciones tecnológicas para garantizar la calidad y seguridad de sus productos.

El proceso se puede dividir en las siguientes etapas principales:

  1. Salazón: Las piezas de jamón se cubren con sal marina durante un periodo de tiempo que varía en función del peso de la pieza y de las condiciones ambientales. Este proceso permite deshidratar la carne y favorecer su conservación.
  2. Lavado: Una vez finalizada la salazón, las piezas se lavan para eliminar el exceso de sal.
  3. Asentamiento: Las piezas se cuelgan en secaderos naturales durante varias semanas para que la sal se distribuya uniformemente por toda la pieza.
  4. Secado y Maduración: Las piezas se trasladan a bodegas naturales donde permanecen durante un periodo de tiempo que puede oscilar entre los 18 y los 36 meses. Durante este tiempo, el jamón va perdiendo humedad y adquiriendo su sabor y aroma característicos.
  5. Calado: Antes de salir al mercado, cada pieza de jamón es sometida a un calado, una técnica que consiste en introducir una fina aguja en diferentes puntos de la pieza para evaluar su aroma y determinar su calidad.

En cada una de estas etapas, Jamones Juan Márquez e Hijos aplica un control riguroso para garantizar la calidad y seguridad de sus productos.

El Maestro Jamonero: Un Guardián de la Tradición

El maestro jamonero es una figura clave en el proceso de elaboración del jamón ibérico. Es el encargado de supervisar cada una de las etapas, desde la selección de la materia prima hasta el calado final. Su experiencia y conocimientos son fundamentales para garantizar la calidad y autenticidad del producto.

En Jamones Juan Márquez e Hijos, los maestros jamoneros son auténticos guardianes de la tradición, transmitiendo sus conocimientos de generación en generación y garantizando que cada pieza de jamón sea una obra de arte.

Características Organolépticas: Un Festín para los Sentidos

El jamón ibérico es un producto único que ofrece un festín para los sentidos. Su sabor, aroma, textura y apariencia lo convierten en una experiencia gastronómica inigualable.

Entre sus características organolépticas más destacadas, se encuentran:

  • Sabor: Intenso, complejo y persistente, con notas a frutos secos, hierbas aromáticas y bellota.
  • Aroma: Fragante y envolvente, con matices a curado, bodega y especias.
  • Textura: Untuosa, jugosa y delicada, con una grasa infiltrada que se funde en la boca.
  • Apariencia: Veteado característico, con una grasa brillante y un color rojo intenso;

Cada pieza de jamón ibérico es única, con matices y particularidades que la hacen diferente a las demás. Descubrir estas diferencias es parte del placer de degustar un buen jamón ibérico.

Cómo Degustar el Jamón Ibérico: Un Ritual Gastronómico

Degustar el jamón ibérico es un ritual que requiere de cierta preparación y atención. Para apreciar plenamente sus cualidades, se recomienda seguir los siguientes consejos:

  1. Temperatura: El jamón debe servirse a temperatura ambiente (entre 20 y 25 grados Celsius) para que la grasa se funda y libere todo su aroma y sabor.
  2. Corte: El corte debe ser fino y uniforme, con un cuchillo jamonero bien afilado. Es importante seguir la dirección de las fibras musculares para obtener lonchas tiernas y jugosas.
  3. Presentación: Las lonchas se deben presentar en un plato caliente o templado para evitar que la grasa se solidifique.
  4. Acompañamiento: El jamón ibérico se puede degustar solo o acompañado de pan tostado, picos y un buen vino tinto.

La clave para disfrutar del jamón ibérico es la paciencia y la atención. Tómese su tiempo para apreciar su aroma, su sabor y su textura. Deje que se funda en su boca y descubra todos sus matices.

Maridaje: El Vino Perfecto para el Jamón Ibérico

El maridaje del jamón ibérico con el vino es un arte que requiere de cierto conocimiento y sensibilidad. En general, se recomienda maridar el jamón ibérico con vinos tintos jóvenes y afrutados, como un Rioja, un Ribera del Duero o un Priorat. También se puede maridar con vinos blancos secos y con cuerpo, como un Chardonnay o un Albariño. La clave es buscar un vino que complemente el sabor del jamón y que no lo opaque.

Jamones Juan Márquez e Hijos: Un Compromiso con la Sostenibilidad

Jamones Juan Márquez e Hijos está comprometida con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. La empresa utiliza prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, minimizando el impacto ambiental de su actividad y contribuyendo a la conservación de la dehesa.

Además, la empresa se preocupa por el bienestar animal, asegurando que los cerdos dispongan de espacio suficiente para moverse libremente y que reciban una alimentación adecuada. Este compromiso con la sostenibilidad y el bienestar animal se traduce en productos de mayor calidad y sabor.

Conclusión: Un Legado de Sabor y Tradición

Jamones Juan Márquez e Hijos representa la excelencia en el mundo del jamón ibérico. Su compromiso con la calidad, la tradición, la sostenibilidad y el bienestar animal lo convierten en una elección predilecta para los amantes del buen jamón. Degustar un jamón de Jamones Juan Márquez e Hijos es una experiencia gastronómica única que nos transporta a las dehesas ibéricas y nos permite apreciar el sabor auténtico de la tradición española.

Al elegir Jamones Juan Márquez e Hijos, no solo está adquiriendo un producto de alta calidad, sino que está apoyando a una empresa familiar que se preocupa por el medio ambiente, el bienestar animal y la conservación de las tradiciones. Es una inversión en sabor, en cultura y en sostenibilidad.

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