En el universo de la gastronomía española, el jamón ibérico ocupa un lugar de honor. Dentro de este selecto grupo, Jamones Cerezo se distingue por un compromiso inquebrantable con la calidad, que comienza desde la misma selección y recogida de los lotes de cerdos ibéricos. Este artículo explora en profundidad el proceso meticuloso que Jamones Cerezo sigue para garantizar que cada jamón que llega a su mesa cumpla con los más altos estándares de excelencia.
La calidad de un jamón ibérico excepcional no es fruto del azar, sino el resultado de un proceso cuidadosamente controlado que se inicia con la selección del lote de cerdos. Jamones Cerezo entiende que la genética, la alimentación y el manejo de los animales son factores determinantes en el sabor y la textura final del producto. Por ello, la selección de los lotes se realiza siguiendo criterios rigurosos, que incluyen:
Una vez seleccionados los lotes, los cerdos ibéricos de Jamones Cerezo disfrutan de una crianza en libertad en la dehesa, un ecosistema único en la Península Ibérica. La dehesa, con sus encinas, alcornoques y pastos, ofrece a los animales un entorno natural y rico en recursos, que influye positivamente en su bienestar y en la calidad de su carne.
Durante la montanera, la época de engorde que se extiende desde octubre hasta marzo, los cerdos se alimentan principalmente de bellotas, el fruto de las encinas y alcornoques. Las bellotas son ricas en ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que se infiltra en el músculo del animal, aportando al jamón su característico sabor y textura. Además de las bellotas, los cerdos complementan su dieta con pastos naturales, hierbas aromáticas y raíces, que contribuyen a la complejidad de su sabor.
Jamones Cerezo mantiene un compromiso con el manejo tradicional de los cerdos ibéricos, respetando sus ritmos naturales y evitando el uso de prácticas intensivas. Se prioriza el bienestar animal, proporcionando a los cerdos espacio suficiente para moverse libremente, acceso a agua limpia y refugio del sol y la lluvia.
El manejo tradicional también implica un respeto por el entorno natural. Se evita el uso de fertilizantes y pesticidas en la dehesa, preservando la biodiversidad y garantizando la sostenibilidad del ecosistema.
Una vez finalizada la montanera, los cerdos son transportados a las instalaciones de Jamones Cerezo para su sacrificio y procesamiento. El transporte es un eslabón crítico en la cadena de calidad, ya que un manejo inadecuado puede generar estrés en los animales y afectar negativamente a la calidad de la carne.
Jamones Cerezo utiliza vehículos especialmente diseñados para el transporte de animales, que garantizan su comodidad y seguridad durante el trayecto. Se minimiza el tiempo de transporte y se evita la sobrepoblación de los vehículos. Además, se cuenta con personal capacitado para el manejo de los animales durante el transporte, que vela por su bienestar en todo momento.
El sacrificio y despiece de los animales se realiza en instalaciones modernas y equipadas con la última tecnología, siguiendo estrictos protocolos de higiene y seguridad alimentaria. Se minimiza el sufrimiento de los animales durante el sacrificio y se asegura la máxima calidad de la carne.
El despiece se realiza por personal altamente cualificado, que separa las diferentes piezas del cerdo con precisión y cuidado. Se seleccionan las piezas destinadas a la elaboración del jamón ibérico, que son sometidas a un proceso de salazón y curación.
La salazón y curación son las etapas clave en la transformación de la carne de cerdo en jamón ibérico. Durante la salazón, las piezas de jamón se cubren con sal marina para deshidratarlas y conservarlas; La cantidad de sal y el tiempo de salazón varían en función del peso de la pieza y de las condiciones ambientales.
Una vez finalizada la salazón, las piezas se lavan para eliminar el exceso de sal y se cuelgan en secaderos naturales, donde se someten a un proceso de curación que puede durar entre 24 y 48 meses. Durante la curación, la carne pierde humedad y se concentra su sabor, adquiriendo la textura y el aroma característicos del jamón ibérico.
Jamones Cerezo utiliza métodos tradicionales de salazón y curación, que respetan los tiempos naturales y permiten que el jamón desarrolle todo su potencial. Se controla cuidadosamente la temperatura y la humedad de los secaderos, creando las condiciones óptimas para la curación del jamón.
Jamones Cerezo cuenta con un riguroso sistema de control de calidad que abarca todas las etapas del proceso, desde la selección del lote hasta la comercialización del producto final. Se realizan análisis periódicos de la carne y del jamón para garantizar su calidad y seguridad alimentaria.
Se controlan parámetros como el contenido de grasa, el nivel de sal, la humedad y la presencia de microorganismos. Además, se realiza una evaluación sensorial del jamón, en la que se valora su aspecto, aroma, sabor y textura.
Jamones Cerezo implementa un sistema de trazabilidad que permite conocer el origen de cada jamón, desde el lote de cerdos del que proviene hasta el punto de venta en el que se comercializa. Este sistema permite identificar rápidamente cualquier problema de calidad y tomar medidas correctivas.
La trazabilidad es una herramienta fundamental para garantizar la transparencia y la confianza del consumidor.
Jamones Cerezo presta especial atención a la presentación de sus productos, cuidando cada detalle para ofrecer una experiencia sensorial completa. Los jamones se presentan en estuches elegantes y funcionales, que protegen el producto y facilitan su conservación.
Se incluyen instrucciones detalladas sobre cómo cortar y conservar el jamón, para que el consumidor pueda disfrutarlo en óptimas condiciones.
Jamones Cerezo representa un legado de calidad y tradición, transmitido de generación en generación. El compromiso con la excelencia, el respeto por el animal y el entorno, y la pasión por el jamón ibérico son los pilares sobre los que se sustenta la marca.
Al elegir un jamón ibérico de Jamones Cerezo, usted elige un producto único y excepcional, que le transportará a los sabores y aromas de la dehesa.
Paraprincipiantes interesados en el jamón ibérico, el enfoque se centra en la claridad y sencillez de la información. Se explican los conceptos básicos, como la raza del cerdo, la alimentación en la dehesa y el proceso de curación, de forma accesible y sin tecnicismos. Se enfatiza la experiencia sensorial, invitando al lector a descubrir los sabores y aromas del jamón ibérico.
Paraprofesionales del sector, como chefs, restauradores y distribuidores, se profundiza en los aspectos técnicos del proceso de producción, como la genética de los animales, el manejo de la dehesa, el control de calidad y la trazabilidad. Se ofrecen datos precisos y análisis detallados, que permiten comprender la complejidad y el valor del jamón ibérico de Jamones Cerezo.
Es importante evitar clichés como "el mejor jamón del mundo" o "un manjar de dioses". En su lugar, se utilizan descripciones objetivas y detalladas, que permiten al lector formarse su propia opinión. Se desmitifican conceptos erróneos, como la creencia de que el jamón ibérico es siempre muy caro o que solo se puede disfrutar en ocasiones especiales. Se promueve un consumo responsable y consciente, destacando los beneficios nutricionales y el valor cultural del jamón ibérico.
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