Preparar pizza casera es una actividad deliciosa y gratificante, perfecta para disfrutar en familia o con amigos. La versatilidad de la pizza permite infinitas combinaciones de ingredientes, pero una de las opciones más populares y sencillas es la pizza de jamón y queso. Esta guía completa te proporcionará todos los detalles sobre los ingredientes necesarios, consejos para seleccionar los mejores productos y algunas variaciones creativas para que tu pizza sea inolvidable.
La base de una buena pizza es, sin duda, la masa. Aunque puedes optar por comprar una masa prefabricada, preparar la masa casera te permitirá controlar la calidad de los ingredientes y personalizar el sabor y la textura. Aquí tienes los ingredientes básicos:
La harina es el ingrediente principal de la masa. La harina de trigo tipo "00" (doble cero), también conocida como harina para pizza o harina italiana, es ideal porque contiene un alto contenido de gluten, lo que resulta en una masa elástica y fácil de trabajar. Sin embargo, la harina de trigo común (todo uso) también funciona, aunque la textura final podría ser ligeramente diferente. La harina de fuerza (con un alto contenido de proteína) también es una excelente opción, especialmente si buscas una masa crujiente.
Consideraciones Adicionales: La calidad de la harina es crucial. Opta por marcas reconocidas y verifica la fecha de caducidad para asegurar frescura. Si buscas una opción más saludable, puedes mezclar harina de trigo integral con harina blanca en una proporción de 1:3 (integral:blanca) para añadir fibra y nutrientes.
El agua es esencial para hidratar la harina y activar el gluten. La temperatura del agua es un factor importante. El agua tibia (alrededor de 30-35°C) es ideal para activar la levadura. Evita el agua caliente, ya que puede matar la levadura, y el agua fría, que ralentiza el proceso de fermentación.
La levadura es el ingrediente que hace que la masa suba y se vuelva esponjosa. Puedes utilizar levadura fresca o levadura seca activa. La levadura fresca debe disolverse en agua tibia antes de añadirla a la harina, mientras que la levadura seca activa puede mezclarse directamente con la harina.
Proporciones: Generalmente, se utiliza alrededor de 7 gramos de levadura seca activa o 25 gramos de levadura fresca por cada 500 gramos de harina. Ajusta la cantidad según las instrucciones del paquete y la duración de la fermentación deseada. Una fermentación más larga (por ejemplo, en el refrigerador durante la noche) requiere menos levadura.
La sal es importante para el sabor de la masa y también controla la actividad de la levadura. Añade la sal después de haber mezclado la harina y la levadura, ya que el contacto directo de la sal con la levadura puede inhibir su acción.
El aceite de oliva añade sabor y flexibilidad a la masa. También ayuda a que la masa sea más fácil de trabajar y a que se dore mejor durante la cocción. El aceite de oliva virgen extra es la mejor opción por su sabor y aroma.
La cobertura es donde puedes dejar volar tu creatividad. Para una pizza clásica de jamón y queso, necesitarás:
La salsa de tomate es la base de la cobertura. Puedes utilizar salsa de tomate comprada o preparar tu propia salsa casera. Una salsa casera simple puede hacerse con tomates triturados, ajo, aceite de oliva, orégano, sal y pimienta. Cocina la salsa a fuego lento durante unos 30 minutos para que los sabores se mezclen.
Consejo: Para evitar que la pizza quede aguada, reduce la salsa de tomate en una sartén antes de aplicarla sobre la masa.
El queso es un ingrediente fundamental en la pizza. La mozzarella es la opción más común, ya que se derrite bien y tiene un sabor suave que complementa otros ingredientes. Puedes utilizar mozzarella fresca (en bolas) o mozzarella rallada. Otras opciones populares incluyen provolone, queso cheddar, queso gouda o una mezcla de quesos.
Consideraciones: La mozzarella fresca contiene más humedad que la mozzarella rallada. Para evitar que la pizza quede aguada, exprime la mozzarella fresca para eliminar el exceso de agua antes de usarla.
El jamón es el ingrediente estrella de esta pizza. Puedes utilizar jamón cocido, jamón serrano o incluso jamón ahumado. El jamón cocido es la opción más común y económica. El jamón serrano aporta un sabor más intenso y sofisticado.
Corte: Puedes cortar el jamón en lonchas finas, dados o tiras, según tu preferencia.
Para personalizar tu pizza y añadir un toque extra de sabor, puedes incluir:
Una vez que domines la receta básica de la pizza de jamón y queso, puedes experimentar con diferentes variaciones:
Las siguientes cantidades son aproximadas y pueden variar según tus preferencias personales y el tamaño de la pizza:
La pizza casera es un plato que permite la experimentación y la personalización. No tengas miedo de probar diferentes ingredientes, técnicas y combinaciones para encontrar tu pizza perfecta. Recuerda que la clave está en utilizar ingredientes de buena calidad y disfrutar del proceso de preparación.
Consejos Adicionales:
¡Disfruta de tu deliciosa pizza casera de jamón y queso!