Los guisantes con jamón cocido son un plato sencillo y sabroso que evoca la cocina casera de nuestras abuelas. Es una receta versátil que se adapta a diferentes ocasiones, desde una comida rápida entre semana hasta un acompañamiento elegante para un plato principal más elaborado. La combinación del dulzor natural de los guisantes con el sabor salado y ahumado del jamón cocido crea una armonía de sabores que resulta irresistible. Además, es un plato relativamente económico y fácil de preparar, lo que lo convierte en una opción ideal para cualquier cocinero, independientemente de su nivel de experiencia.

Orígenes e Historia del Plato

La historia de los guisantes con jamón cocido se entrelaza con la historia de los ingredientes que lo componen. Los guisantes, originarios de Oriente Medio, se han cultivado durante miles de años. Su popularidad se extendió por todo el mundo, convirtiéndose en un alimento básico en muchas culturas. El jamón, por su parte, tiene una larga tradición en la cocina española, remontándose a la época romana. La combinación de ambos ingredientes es probablemente un desarrollo más reciente, fruto de la creatividad culinaria y la disponibilidad de productos en la cocina moderna. Si bien no existe una fecha precisa de su origen, se puede inferir que surgió como una forma de aprovechar los guisantes frescos de temporada, combinándolos con la practicidad y el sabor del jamón cocido, un embutido ampliamente disponible y de larga conservación.

Ingredientes Necesarios

  • 500g de guisantes frescos o congelados (preferiblemente frescos en temporada)
  • 200g de jamón cocido en tacos o lonchas gruesas
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 100 ml de vino blanco seco (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Perejil fresco picado (para decorar)
  • Un poco de caldo de pollo o verduras (opcional, para añadir jugosidad)

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de los ingredientes: Picar finamente la cebolla y los ajos. Si utilizas jamón en lonchas, córtalo en tacos o tiras. Desgranar los guisantes frescos (si los utilizas frescos).
  2. Sofrito: En una cazuela o sartén honda, calentar un poco de aceite de oliva a fuego medio. Añadir la cebolla picada y sofreír hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Agregar los ajos picados y cocinar durante un minuto más, cuidando que no se quemen.
  3. Incorporación del jamón: Añadir el jamón cocido a la cazuela y sofreír durante unos minutos, hasta que esté ligeramente dorado y haya liberado parte de su grasa. Esto aportará un sabor más intenso al plato.
  4. Añadir los guisantes: Incorporar los guisantes a la cazuela. Si utilizas vino blanco, verterlo en este momento y dejar que se evapore el alcohol durante un par de minutos.
  5. Cocción: Remover bien para que los guisantes se impregnen del sofrito y el sabor del jamón. Añadir un poco de caldo de pollo o verduras (si se desea) para dar más jugosidad al plato. Sazonar con sal y pimienta al gusto. Tener en cuenta que el jamón ya es salado, por lo que es importante probar antes de añadir sal adicional. Bajar el fuego a bajo, tapar la cazuela y cocinar durante unos 15-20 minutos, o hasta que los guisantes estén tiernos. El tiempo de cocción dependerá de si los guisantes son frescos o congelados. Los guisantes frescos suelen requerir menos tiempo de cocción.
  6. Rectificar la sazón: Probar y rectificar la sazón si es necesario. Añadir más sal, pimienta o incluso un poco de azúcar si los guisantes están demasiado amargos.
  7. Servir: Servir los guisantes con jamón cocido calientes, espolvoreados con perejil fresco picado. Se pueden acompañar con pan crujiente para mojar en la salsa.

Consejos y Variaciones

  • Guisantes frescos vs. congelados: Los guisantes frescos son, sin duda, la mejor opción cuando están en temporada. Sin embargo, los guisantes congelados son una alternativa práctica y accesible durante todo el año. Asegúrate de utilizar guisantes de buena calidad, preferiblemente de variedades dulces.
  • Tipo de jamón: El jamón cocido es el ingrediente tradicional, pero se puede experimentar con otras variedades de jamón, como el jamón serrano o el jamón ibérico, para darle un toque más sofisticado al plato. En este caso, es importante añadir el jamón al final de la cocción para que no se endurezca.
  • Añadir verduras: Se pueden añadir otras verduras al plato, como zanahorias, pimientos o alcachofas, para hacerlo más completo y nutritivo. Estas verduras se deben añadir al sofrito junto con la cebolla y el ajo.
  • Hierbas aromáticas: Además del perejil, se pueden utilizar otras hierbas aromáticas para dar un toque de sabor adicional al plato, como la menta, el tomillo o el orégano.
  • Huevo escalfado: Servir los guisantes con un huevo escalfado encima es una opción deliciosa y nutritiva. El huevo aporta cremosidad y enriquece el plato con proteínas.
  • Un toque picante: Para añadir un toque picante, se puede añadir una pizca de guindilla o unas gotas de salsa picante al sofrito.
  • Espesar la salsa: Si se desea una salsa más espesa, se puede añadir una cucharadita de harina al sofrito y cocinar durante un minuto antes de añadir los guisantes.
  • Para veganos: Se puede omitir el jamón y añadir setas salteadas o tofu ahumado para una versión vegana del plato.

Beneficios Nutricionales

Los guisantes con jamón cocido son un plato nutritivo que aporta una variedad de vitaminas, minerales y fibra. Los guisantes son una buena fuente de vitamina C, vitamina K, folato y manganeso. También son ricos en fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantenernos saciados. El jamón cocido aporta proteínas y hierro, aunque también es importante consumirlo con moderación debido a su contenido en sodio y grasas. Es importante tener en cuenta que, si bien el plato es nutritivo, su valor nutricional puede variar en función de los ingredientes utilizados y la forma de preparación. Por ejemplo, utilizar jamón de alta calidad con menor contenido en grasa y sodio, y cocinar con aceite de oliva virgen extra, contribuirá a una versión más saludable del plato.

Maridaje

Los guisantes con jamón cocido maridan bien con vinos blancos secos y ligeros, como un Albariño, un Verdejo o un Chardonnay sin crianza. La acidez del vino equilibra la riqueza del plato y realza los sabores de los guisantes y el jamón. También se pueden acompañar con una cerveza rubia suave o un vino rosado fresco.

Información Adicional y Consejos para Principiantes

Para aquellos que se inician en la cocina, esta receta es un excelente punto de partida. La clave del éxito reside en la calidad de los ingredientes y en seguir los pasos con atención. No tengas miedo de experimentar con diferentes variaciones para encontrar la que más te guste. Es importante recordar que cocinar es un proceso creativo, y cada persona puede adaptar las recetas a sus propios gustos y preferencias. Además, es fundamental prestar atención a la cocción de los guisantes, ya que si se cocinan demasiado, pueden perder su textura y sabor. Es preferible cocinarlos al dente, para que conserven su frescura y dulzor natural.

Conclusión

Los guisantes con jamón cocido son mucho más que una simple receta. Son un plato que nos conecta con nuestras raíces, nos recuerda los sabores de la infancia y nos invita a disfrutar de la cocina casera y reconfortante. Su versatilidad, sencillez y sabor lo convierten en un clásico atemporal que seguirá deleitando a generaciones futuras. Anímate a prepararlo y descubre por ti mismo la magia de este plato tradicional.

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