Los guisantes con jamón son un plato fundamental en la cocina española, un ejemplo de cómo la sencillez y la calidad de los ingredientes pueden confluir en una experiencia culinaria memorable. Esta receta, revisitada con un toque de horneado, intensifica los sabores y ofrece una textura aún más agradable. Olvidémonos de la rapidez y abracemos la paciencia; el horno transformará este humilde plato en algo extraordinario.

Historia y Origen

Los guisantes, legumbres cultivadas desde la antigüedad, llegaron a España a través de las múltiples influencias culturales que han moldeado la península ibérica. El jamón, producto estrella de la gastronomía española, aporta un sabor inconfundible y una riqueza que eleva cualquier plato. La combinación de ambos ingredientes, aunque sencilla, representa una parte importante de la identidad culinaria española, reflejando la tradición de aprovechar al máximo los recursos locales.

El guiso de guisantes con jamón ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a las diferentes regiones y a los gustos particulares de cada cocinero. La versión al horno, aunque menos común, ofrece una alternativa que potencia los sabores y añade una textura crujiente que contrasta con la suavidad de los guisantes.

Ingredientes (para 4 personas)

  • 1 kg de guisantes frescos desgranados (o 500g congelados de buena calidad)
  • 200g de jamón serrano en taquitos (o virutas)
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde italiano
  • 1 tomate maduro rallado
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal (con moderación, el jamón ya aporta sal)
  • Pimienta negra recién molida
  • 1 vaso de vino blanco seco (opcional)
  • Caldo de pollo o agua (cantidad necesaria)
  • Una ramita de perejil fresco picado
  • Una hoja de laurel (opcional)
  • Un poco de pimentón dulce (opcional)

Consideraciones sobre los Ingredientes

Guisantes: La calidad de los guisantes es crucial. Si son frescos, asegúrate de que estén tiernos y dulces. Los guisantes congelados de buena calidad son una alternativa viable, pero evita aquellos que presenten cristales de hielo o un aspecto descolorido. Si optas por guisantes secos, deberás remojarlos durante la noche y cocerlos previamente.

Jamón: El jamón serrano es la opción tradicional, pero puedes experimentar con jamón ibérico para un sabor más intenso y complejo. La cantidad de jamón puede ajustarse al gusto personal, pero recuerda que es el ingrediente que aporta el sabor principal al plato. Evita los jamones demasiado grasos o salados, ya que podrían desequilibrar el sabor final.

Verduras: La cebolla, el ajo y el pimiento verde aportan una base de sabor fundamental. Es importante que estén frescos y de buena calidad. El tomate rallado añade un toque de acidez que equilibra la riqueza del jamón. Puedes utilizar tomate frito de buena calidad como alternativa, pero el tomate natural rallado siempre será la mejor opción.

Vino Blanco: El vino blanco seco añade profundidad y complejidad al sabor del guiso. Puedes utilizar un vino blanco de mesa de buena calidad, como un Verdejo o un Albariño. Si prefieres no utilizar vino, puedes sustituirlo por caldo de pollo o agua.

Caldo: El caldo de pollo o agua es necesario para la cocción de los guisantes. Utiliza un caldo de pollo casero para un sabor más intenso y auténtico. Si utilizas caldo de pollo comprado, asegúrate de que sea de buena calidad y bajo en sal.

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de las verduras: Pica finamente la cebolla, el ajo y el pimiento verde. Ralla el tomate maduro.
  2. Sofrito: En una sartén grande o una cazuela apta para el horno, calienta un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Sofríe la cebolla, el ajo y el pimiento verde hasta que estén tiernos y ligeramente dorados. Añade el tomate rallado y cocina durante unos 5 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que el tomate pierda su acidez;
  3. Añadir el jamón: Incorpora el jamón serrano en taquitos o virutas al sofrito y cocina durante un par de minutos, hasta que se dore ligeramente y libere su aroma. Ten cuidado de no quemar el jamón, ya que podría amargar el plato.
  4. Incorporar los guisantes: Añade los guisantes frescos o congelados a la cazuela. Si utilizas guisantes frescos, puedes escaldarlos previamente durante un par de minutos en agua hirviendo con sal para que conserven su color verde brillante.
  5. Añadir el vino (opcional) y el caldo: Si deseas utilizar vino blanco, viértelo en la cazuela y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos. A continuación, añade el caldo de pollo o agua hasta cubrir los guisantes. Añade también la hoja de laurel (si la utilizas).
  6. Condimentar: Sazona con sal y pimienta negra recién molida. Ten en cuenta que el jamón ya aporta sal, así que añade sal con moderación. Si deseas, puedes añadir una pizca de pimentón dulce para darle un toque de color y sabor.
  7. Hornear: Precalienta el horno a 180ºC (calor arriba y abajo). Cubre la cazuela con una tapa o papel de aluminio y hornea durante unos 20-30 minutos, o hasta que los guisantes estén tiernos. Si utilizas guisantes congelados, el tiempo de cocción puede ser menor. Remueve ocasionalmente durante la cocción para asegurarte de que los guisantes se cocinan de manera uniforme.
  8. Gratinar (opcional): Si deseas, puedes retirar la tapa o el papel de aluminio durante los últimos 5-10 minutos de cocción y gratinar los guisantes para que adquieran un color dorado y una textura crujiente en la superficie. Vigila de cerca para que no se quemen.
  9. Servir: Retira la cazuela del horno y deja reposar durante unos minutos antes de servir. Espolvorea con perejil fresco picado y sirve caliente.

Consejos y Trucos

  • Para un plato más rico: Añade un huevo escalfado o frito a cada plato antes de servir. La yema líquida se mezclará con la salsa, creando una textura aún más cremosa y un sabor más intenso.
  • Para un plato más ligero: Utiliza caldo de verduras en lugar de caldo de pollo y reduce la cantidad de jamón. También puedes añadir otras verduras, como zanahorias o calabacín.
  • Para un plato más picante: Añade una pizca de guindilla o unas rodajas de chorizo picante al sofrito.
  • Para un plato más sabroso: Utiliza jamón ibérico en lugar de jamón serrano. También puedes añadir un hueso de jamón al caldo para intensificar el sabor;
  • Para conservar: Los guisantes con jamón al horno se pueden conservar en la nevera durante un máximo de 3 días. Para recalentar, calienta en el horno o en una sartén a fuego medio, añadiendo un poco de caldo si es necesario.
  • Congelación: No se recomienda congelar este plato, ya que los guisantes pueden perder su textura y sabor.
  • Evitar el exceso de sal: El jamón ya es salado, así que ten cuidado al añadir sal a la receta. Prueba el guiso antes de añadir más sal.
  • Guisantes frescos vs. congelados: Si utilizas guisantes frescos, asegúrate de que estén tiernos y dulces. Si utilizas guisantes congelados, no es necesario descongelarlos antes de añadirlos a la receta.

Variantes Regionales

Aunque la receta básica de guisantes con jamón es bastante estándar, existen algunas variaciones regionales. En algunas zonas de España, se añade un poco de chorizo o tocino al guiso. En otras, se utiliza vino tinto en lugar de vino blanco. También es común añadir un poco de azafrán para darle un toque de color y sabor.

En Andalucía, por ejemplo, es común añadir un poco de hierbabuena o menta al guiso. En el País Vasco, se utiliza sidra en lugar de vino blanco. En Galicia, se añade un poco de lacón o chorizo gallego.

Maridaje

Los guisantes con jamón al horno maridan muy bien con vinos blancos secos y frescos, como un Verdejo, un Albariño o un Ribeiro. También se pueden acompañar con un vino rosado ligero y afrutado. Si prefieres la cerveza, opta por una lager o una pilsner.

Para un maridaje más atrevido, puedes probar con un vino tinto joven y ligero, como un Mencía o un Garnacha. En este caso, es importante que el vino no sea demasiado tánico para que no opaque el sabor del jamón.

Beneficios Nutricionales

Los guisantes son una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales. Son ricos en vitamina K, vitamina C, ácido fólico y manganeso. También contienen antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo contra el daño celular.

El jamón serrano es una buena fuente de proteínas y grasas saludables. También contiene vitaminas y minerales, como hierro, zinc y vitamina B12. Sin embargo, es importante consumirlo con moderación debido a su alto contenido en sodio.

En conjunto, los guisantes con jamón al horno son un plato nutritivo y equilibrado que puede formar parte de una dieta saludable. Sin embargo, es importante tener en cuenta la cantidad de sal y grasa que contiene el jamón y ajustar el tamaño de la porción en consecuencia.

Conclusión

Los guisantes con jamón al horno son mucho más que un simple plato; son una celebración de la tradición, la calidad de los ingredientes y el arte de cocinar con paciencia. Esta receta, con su toque de horneado, eleva un clásico a nuevas alturas, ofreciendo una experiencia culinaria inolvidable. Anímate a prepararla y descubre por ti mismo la magia de este plato sencillo pero sofisticado.

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