La focaccia, ese pan plano italiano de textura esponjosa y sabor a aceite de oliva, se presta a infinitas variaciones. En esta receta, la fusionamos con el sabor inconfundible del jamón serrano español, creando una experiencia culinaria que celebra lo mejor de ambas culturas. Prepárate para un viaje de sabores que te transportará a la soleada Italia y a la vibrante España con cada mordisco.

¿Por qué esta receta es especial?

Más allá de la deliciosa combinación de ingredientes, esta focaccia rellena destaca por:

  • La calidad de los ingredientes: El jamón serrano, con su sabor curado y salado, contrasta a la perfección con la suavidad y el aroma del aceite de oliva de la focaccia.
  • La versatilidad: Perfecta como aperitivo, almuerzo ligero, o incluso para llevar de picnic.
  • La facilidad de preparación: Aunque requiere tiempo de reposo para la masa, el proceso es sencillo y gratificante.
  • La adaptabilidad: Puedes personalizarla con tus ingredientes favoritos, como queso manchego, aceitunas, tomates secos o rúcula.

Ingredientes: Un Encuentro de Sabores

Para la masa de la focaccia:

  • 500g de harina de fuerza (W300 o superior)
  • 350ml de agua tibia
  • 10g de levadura fresca (o 3.5g de levadura seca)
  • 10g de sal
  • 50ml de aceite de oliva virgen extra (y más para engrasar)
  • Una pizca de azúcar (opcional, para activar la levadura)

Para el relleno:

  • 200g de jamón serrano en lonchas finas
  • 100g de queso mozzarella rallado (opcional, pero recomendado)
  • Aceite de oliva virgen extra para rociar
  • Sal gruesa (opcional)
  • Romero fresco picado (opcional)

Preparación: Un Paso a Paso Sencillo

Paso 1: Preparación de la masa

En un bol grande, disuelve la levadura en el agua tibia con la pizca de azúcar (si la usas). Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que se forme una espuma.

Añade la harina y la sal al bol. Mezcla con una cuchara de madera o espátula hasta que se forme una masa pegajosa.

Incorpora el aceite de oliva y amasa durante unos 10-15 minutos. Puedes hacerlo a mano sobre una superficie enharinada o con una amasadora. La masa debe quedar elástica y suave.

Forma una bola con la masa, colócala en un bol engrasado con aceite de oliva, cúbrela con un paño húmedo y déjala reposar en un lugar cálido durante al menos 2 horas, o hasta que duplique su tamaño. Este proceso es crucial para desarrollar el sabor y la textura de la focaccia. Una fermentación lenta y prolongada permite que las enzimas de la harina descompongan los almidones, generando azúcares que alimentan la levadura y producen dióxido de carbono, que es lo que hace que la masa suba. Además, se desarrollan compuestos aromáticos que enriquecen el sabor final.

Paso 2: Rellenando la focaccia

Precalienta el horno a 220°C (430°F).

Engrasa una bandeja para hornear grande con aceite de oliva.

Divide la masa en dos partes iguales.

Extiende una de las partes de la masa sobre la bandeja para hornear, formando un rectángulo o un óvalo del tamaño deseado. La masa debe tener un grosor de aproximadamente 1 cm.

Cubre la masa con las lonchas de jamón serrano y el queso mozzarella rallado (si lo usas). Asegúrate de cubrir toda la superficie de la masa de manera uniforme.

Extiende la otra parte de la masa y colócala encima del relleno, sellando los bordes. Puedes usar un tenedor para presionar los bordes y asegurarte de que queden bien cerrados. Si la masa está muy pegajosa, puedes utilizar un poco de harina para extenderla más fácilmente. Es importante que la masa esté bien estirada para que no quede demasiado gruesa después de hornear.

Con los dedos, haz hoyuelos en la superficie de la focaccia. Esto ayudará a que el aceite de oliva se acumule en los huecos y le dé un sabor delicioso.

Rocía la focaccia con aceite de oliva virgen extra y espolvorea con sal gruesa y romero fresco picado (si lo usas).

Paso 3: Horneado y disfrute

Hornea la focaccia durante 20-25 minutos, o hasta que esté dorada y crujiente.

Retira la focaccia del horno y déjala enfriar ligeramente antes de cortarla en porciones y servir.

¡Disfruta de esta deliciosa focaccia rellena de jamón serrano con tus amigos y familiares! Puedes acompañarla con una copa de vino tinto español o italiano para una experiencia culinaria completa.

Consejos y Trucos para una Focaccia Perfecta

  • La calidad del aceite de oliva: Un buen aceite de oliva virgen extra es fundamental para el sabor de la focaccia. Utiliza un aceite con un sabor intenso y afrutado.
  • El tiempo de reposo: No te saltes el tiempo de reposo de la masa. Es crucial para que la focaccia quede esponjosa y sabrosa. Si tienes tiempo, puedes dejar la masa reposar en el refrigerador durante toda la noche. La fermentación lenta en frío realza el sabor de la masa y le da una textura aún más ligera.
  • La temperatura del horno: Asegúrate de que el horno esté bien caliente antes de hornear la focaccia. Esto ayudará a que la masa suba rápidamente y quede crujiente por fuera y suave por dentro.
  • La humedad en el horno: Para una corteza más crujiente, puedes colocar una bandeja con agua en la parte inferior del horno durante los primeros 10 minutos de horneado. El vapor ayudará a crear una corteza dorada y crujiente.
  • Experimenta con los ingredientes: No tengas miedo de experimentar con diferentes ingredientes para el relleno. Queso manchego, aceitunas, tomates secos, rúcula, pimientos asados… ¡las posibilidades son infinitas!
  • El grosor de la masa: Ajusta el grosor de la masa según tu preferencia. Si te gusta una focaccia más gruesa y esponjosa, extiéndela con un poco más de grosor. Si la prefieres más fina y crujiente, extiéndela más finamente.
  • La sal gruesa: La sal gruesa le da un toque crujiente y sabroso a la focaccia. Utiliza sal marina en escamas para obtener el mejor resultado.
  • El romero fresco: El romero fresco añade un aroma delicioso a la focaccia. Puedes sustituirlo por otras hierbas aromáticas, como orégano, tomillo o albahaca.

Variantes Creativas: Dale tu Toque Personal

La belleza de la focaccia radica en su versatilidad. Aquí te presentamos algunas ideas para personalizar tu receta:

  • Focaccia de aceitunas y tomate cherry: Añade aceitunas negras y tomates cherry cortados por la mitad al relleno.
  • Focaccia de queso manchego y pimientos asados: Sustituye la mozzarella por queso manchego curado y añade pimientos rojos asados en tiras.
  • Focaccia de rúcula y parmesano: Después de hornear la focaccia, añade rúcula fresca y virutas de parmesano.
  • Focaccia dulce: Sustituye el jamón serrano por frutas frescas como higos, uvas o manzanas, y espolvorea con azúcar moreno y canela.

Más allá de la receta: Un poco de historia y curiosidades

La focaccia tiene sus raíces en la antigua Grecia y Roma, donde se preparaban panes planos aderezados con aceite de oliva y hierbas aromáticas. Se cree que la focaccia moderna, tal como la conocemos hoy, se originó en la región italiana de Liguria. La palabra "focaccia" proviene del latín "focus," que significa "hogar" o "lugar de cocción." Originalmente, la focaccia se horneaba sobre piedras calientes en el hogar.

En diferentes regiones de Italia, la focaccia recibe diferentes nombres y se prepara de diferentes maneras. Por ejemplo, en la Toscana se conoce como "schiacciata," mientras que en Sicilia se llama "sfincione."

La focaccia es un alimento básico en la dieta italiana y se consume en una gran variedad de ocasiones, desde el desayuno hasta la cena. Es un pan versátil y delicioso que se adapta a cualquier paladar.

Conclusión: Un plato que une culturas y paladares

Esta receta de focaccia rellena de jamón serrano es mucho más que una simple combinación de ingredientes. Es un homenaje a la riqueza culinaria de Italia y España, una fusión de sabores que deleita los sentidos y evoca recuerdos de viajes y momentos especiales. Anímate a prepararla y descubre por ti mismo la magia de esta deliciosa creación. ¡Buen provecho!

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