Empanadas de Jamón y Queso: La Receta Clásica que Nunca Falla

(Sin Levadura ‒ Método Directo): En un bol grande‚ mezcla la harina‚ la sal y el azúcar (si la usas). Haz un hueco en el centro y añade el agua tibia y la grasa derretida (o el aceite). Mezcla con una cuchara de madera o espátula hasta que se forme una masa. Luego‚ pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10-15 minutos‚ hasta que esté suave y elástica. La clave está en la paciencia y en amasar con firmeza‚ pero sin rasgar la masa. Si la masa está muy pegajosa‚ añade un poco más de harina‚ de a cucharaditas‚ hasta que se despegue de las manos. Si está muy seca‚ añade un poco más de agua‚ también de a cucharaditas.

(Con Levadura): Disuelve la levadura en el agua tibia con una pizca de azúcar. Deja reposar unos 5-10 minutos hasta que se forme una espuma. En un bol grande‚ mezcla la harina‚ la sal y el azúcar (si la usas). Haz un hueco en el centro y añade la mezcla de levadura y la grasa derretida (o el aceite). Mezcla con una cuchara de madera o espátula hasta que se forme una masa. Luego‚ pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10-15 minutos‚ hasta que esté suave y elástica. Deja reposar la masa en un bol engrasado‚ cubierta con un paño húmedo‚ en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora‚ o hasta que duplique su tamaño. Este proceso de fermentación con levadura añade complejidad al sabor y mejora la textura de la masa.

Después de amasar (con o sin levadura)‚ forma una bola con la masa. Colócala en un bol ligeramente engrasado‚ cúbrela con un paño limpio y húmedo‚ y déjala reposar durante al menos 30 minutos. Este tiempo de reposo permite que el gluten se relaje‚ facilitando el estirado y previniendo que la masa se encoja al hornear. Si usaste levadura‚ este paso es crucial para que la masa leve. En climas fríos‚ puedes precalentar ligeramente el horno (muy suave) y colocar el bol dentro (apagado) para acelerar el proceso de levado.

Mientras la masa reposa‚ prepara el relleno. Si usas jamón en lonchas‚ córtalo en trozos pequeños o taquitos. Ralla el queso (si no lo compraste rallado). Mezcla el jamón y el queso en un bol. Puedes añadir una pizca de orégano y pimienta negra molida para realzar el sabor. Si quieres un relleno más cremoso‚ puedes añadir una cucharada de queso crema o mayonesa a la mezcla.

Precalienta el horno a 180°C (350°F). Divide la masa en porciones pequeñas‚ del tamaño de una pelota de golf o un poco más grande‚ dependiendo del tamaño que quieras para tus empanadas. Estira cada porción con un rodillo sobre una superficie enharinada hasta formar un círculo de aproximadamente 10-12 cm de diámetro. Para obtener círculos perfectos‚ puedes usar un cortador de galletas redondo o un plato como guía. Coloca una porción de relleno en el centro de cada círculo de masa. Humedece los bordes de la masa con un poco de agua o huevo batido para ayudar a sellar las empanadas. Dobla la masa por la mitad‚ formando una media luna‚ y presiona los bordes con un tenedor para sellarlos bien. Asegúrate de que no queden burbujas de aire dentro de las empanadas‚ ya que podrían explotar durante el horneado. Si quieres‚ puedes hacer un pequeño corte en la parte superior de cada empanada para que escape el vapor.

Coloca las empanadas en una bandeja para hornear cubierta con papel de hornear o ligeramente engrasada. Pinta la superficie de cada empanada con huevo batido para que adquieran un color dorado brillante durante el horneado. Para un acabado más crujiente‚ puedes espolvorear un poco de queso rallado o semillas de sésamo sobre las empanadas antes de hornear. Hornea durante 20-25 minutos‚ o hasta que estén doradas. El tiempo de horneado puede variar dependiendo de tu horno‚ así que vigila las empanadas y retíralas cuando tengan el color deseado. Deja enfriar las empanadas sobre una rejilla antes de servir. Esto evita que se humedezcan en la base.