En los días fríos, o simplemente cuando necesitamos un abrazo cálido para el alma, pocas cosas superan a un plato de crema de guisantes. Esta receta combina la dulzura natural de los guisantes con la intensidad salada del jamón crujiente, creando un contraste de sabores y texturas que deleitará tu paladar. Más allá de su delicioso sabor, esta crema es una opción nutritiva y fácil de preparar, perfecta para cualquier ocasión.
Para apreciar plenamente esta receta, es crucial entender la importancia de cada ingrediente. No se trata solo de mezclarlos; se trata de comprender cómo interactúan para crear una sinfonía de sabores.
Los guisantes son la estrella de este plato. Aunque solemos encontrarlos congelados, la diferencia entre guisantes frescos y congelados es notable. Los guisantes frescos ofrecen una dulzura y una textura crujiente que no se encuentran en los congelados. Sin embargo, los guisantes congelados, elegidos con cuidado, son una excelente alternativa, especialmente fuera de temporada. Busca guisantes congelados de buena calidad, que mantengan su color verde brillante y su forma.
Consideraciones sobre la variedad: Existen diferentes variedades de guisantes, como los tirabeques, los guisantes lágrima o los guisantes baby. Cada variedad aporta matices diferentes a la crema. Los guisantes lágrima, por ejemplo, son conocidos por su dulzura excepcional y su textura delicada, aunque son más difíciles de encontrar y suelen ser más caros.
El jamón crujiente no es solo una decoración; es un elemento fundamental que equilibra la dulzura de los guisantes. El jamón serrano es una excelente opción, pero también se puede utilizar jamón ibérico para un sabor más intenso y complejo. Lo importante es que sea un jamón de buena calidad, con un buen equilibrio entre grasa y carne.
Alternativas al jamón: Si eres vegetariano o simplemente prefieres evitar el jamón, puedes utilizar otras alternativas para añadir un toque crujiente y salado. Las setas shitake deshidratadas, remojadas y luego salteadas hasta que estén crujientes, son una excelente opción. También puedes utilizar tofu ahumado cortado en cubos pequeños y salteado con pimentón ahumado.
El caldo es la base líquida de la crema y contribuye significativamente a su sabor. Un caldo de pollo casero es ideal, pero un caldo de verduras de buena calidad también funciona muy bien. Evita los caldos en cubitos, ya que suelen tener un sabor demasiado salado y artificial.
La cebolla y el ajo son los aromáticos que dan profundidad al sabor de la crema. La cebolla dulce es una buena opción, pero también puedes utilizar cebolleta para un sabor más suave. El ajo debe utilizarse con moderación, ya que puede dominar el sabor de los guisantes.
Opciones para veganos: Sustituye el caldo de pollo por caldo de verduras. Asegúrate de que el jamón crujiente sea reemplazado por alguna opción vegana, como las setas shitake o el tofu ahumado.
La nata (crema de leche) aporta cremosidad y riqueza a la crema. Sin embargo, si prefieres una opción más ligera, puedes utilizar leche evaporada o leche de coco. La leche de coco, en particular, añade un sutil dulzor y un aroma exótico que complementa muy bien el sabor de los guisantes.
La belleza de esta receta radica en su versatilidad. Puedes adaptarla a tus gustos y preferencias personales, experimentando con diferentes ingredientes y técnicas.
Además de su delicioso sabor, la crema de guisantes ofrece una serie de beneficios nutricionales.
La crema de guisantes con jamón crujiente es un plato clásico que nunca pasa de moda. Su sabor reconfortante, su facilidad de preparación y sus beneficios nutricionales la convierten en una opción ideal para cualquier ocasión. Experimenta con diferentes variaciones y encuentra la combinación que mejor se adapte a tu gusto. ¡Disfruta de este delicioso plato!
Consejos para la presentación: Sirve la crema en cuencos individuales. Adorna con un remolino de nata (si la utilizas), unos trozos de jamón crujiente, unas hojas de menta fresca y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. También puedes añadir unos croutons caseros para darle un toque crujiente adicional.
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