La pizza de jamón y queso es un clásico indiscutible, un lienzo culinario donde la sencillez se encuentra con el sabor. Pero no todas las pizzas de jamón y queso son iguales. En este artículo, exploraremos cómo elevar esta receta básica a un nivel superior, transformándola en una experiencia gastronómica memorable. Desde la selección de ingredientes de calidad hasta técnicas de horneado que garantizan una corteza crujiente y un interior tierno, desglosaremos cada aspecto para que puedas crear la pizza perfecta en la comodidad de tu hogar.

Ingredientes: La Base de la Excelencia

La calidad de los ingredientes es fundamental para una pizza excepcional. No te conformes con lo básico; busca lo mejor que puedas encontrar.

Para la Masa:

  • Harina de fuerza (00): 500g. Una harina con alto contenido de gluten es crucial para una masa elástica y resistente. La harina 00 es ideal, pero la harina de fuerza tradicional también funciona bien.
  • Agua tibia: 325ml (aproximadamente). La temperatura del agua es importante para activar la levadura. Debe estar tibia, no caliente, para no matarla.
  • Levadura fresca: 15g (o 5g de levadura seca activa). La levadura fresca ofrece un sabor más pronunciado y una mejor textura.
  • Sal: 10g. La sal controla la fermentación y realza el sabor.
  • Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas. El aceite aporta sabor y flexibilidad a la masa.

Para la Salsa:

  • Tomates maduros: 800g (o una lata de tomate triturado de buena calidad). Los tomates frescos, escaldados y pelados, ofrecen el mejor sabor. Si usas tomate enlatado, busca marcas de confianza.
  • Ajo: 2 dientes, picados finamente. El ajo añade profundidad y aroma a la salsa.
  • Aceite de oliva virgen extra: 3 cucharadas. El aceite es la base de la salsa y ayuda a integrar los sabores.
  • Orégano seco: 1 cucharadita. El orégano es un clásico en la pizza y complementa muy bien el tomate.
  • Albahaca fresca: Unas hojas, picadas (opcional). La albahaca fresca añade un toque de frescura y aroma.
  • Sal y pimienta negra recién molida: Al gusto. Ajusta la sazón según tu preferencia.
  • Una pizca de azúcar: Para equilibrar la acidez del tomate.

Para el Relleno:

  • Queso mozzarella: 300g, rallado. La mozzarella fresca, rallada justo antes de usar, se derrite mejor y tiene un sabor superior. Evita la mozzarella pre-rallada, ya que contiene almidón que impide que se derrita adecuadamente.
  • Jamón cocido de calidad: 200g, en lonchas finas. Busca un jamón cocido artesanal, con un sabor suave y un aroma agradable. Evita las marcas industriales, que suelen ser demasiado saladas y procesadas.
  • Queso Parmesano rallado (opcional): 50g. El parmesano añade un toque de sabor umami y complejidad.
  • Aceitunas negras (opcional): Un puñado, sin hueso y cortadas por la mitad. Las aceitunas ofrecen un contraste de sabor y textura.

Elaboración Paso a Paso: Un Ritual de Sabor

Preparación de la Masa:

  1. Activar la levadura: Disuelve la levadura fresca en el agua tibia con una cucharadita de azúcar. Deja reposar durante 5-10 minutos, hasta que se forme una espuma en la superficie. Esto indica que la levadura está activa. Si utilizas levadura seca activa, sigue las instrucciones del fabricante.
  2. Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, mezcla la harina y la sal.
  3. Añadir los ingredientes líquidos: Haz un hueco en el centro de la harina y vierte la mezcla de levadura y el aceite de oliva.
  4. Amasar: Comienza a mezclar los ingredientes desde el centro hacia afuera, incorporando gradualmente la harina. Amasa durante 10-15 minutos, hasta obtener una masa suave, elástica y que no se pegue a las manos. Si utilizas una amasadora, amasa durante 8-10 minutos a velocidad media.
  5. Primer levado: Forma una bola con la masa, colócala en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva, cúbrelo con un paño húmedo o film transparente y deja reposar en un lugar cálido durante al menos 1 hora, o hasta que duplique su tamaño. Este proceso de fermentación es crucial para desarrollar el sabor y la textura de la masa.
  6. Segundo levado (opcional): Para un sabor aún más complejo, puedes desgasificar la masa después del primer levado y dejarla reposar en la nevera durante 24-48 horas. Este proceso de fermentación lenta mejora la digestibilidad de la masa y potencia su sabor.

Preparación de la Salsa:

  1. Preparar los tomates: Si utilizas tomates frescos, escáldalos en agua hirviendo durante unos segundos, luego enfríalos en agua con hielo y pélalos. Córtalos en cuartos y retira las semillas.
  2. Sofreír el ajo: En una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade el ajo picado y sofríe durante unos segundos, hasta que esté fragante, pero sin que se queme.
  3. Añadir los tomates: Incorpora los tomates (frescos o triturados) a la sartén. Añade el orégano, la sal, la pimienta y una pizca de azúcar.
  4. Cocinar a fuego lento: Reduce el fuego a bajo y cocina la salsa durante al menos 30 minutos, o hasta que se haya espesado y los sabores se hayan integrado. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue.
  5. Triturar (opcional): Si prefieres una salsa más suave, puedes triturarla con una batidora de mano.
  6. Añadir la albahaca: Justo antes de retirar la salsa del fuego, añade la albahaca fresca picada.

Montaje y Horneado de la Pizza:

  1. Precalentar el horno: Precalienta el horno a la temperatura más alta posible (generalmente entre 250°C y 300°C) con la piedra para pizza (si tienes una) dentro. Un horno muy caliente es esencial para obtener una corteza crujiente.
  2. Estirar la masa: Divide la masa en dos porciones (para dos pizzas medianas). Enharina ligeramente una superficie de trabajo y estira una porción de masa con un rodillo o con las manos, dándole la forma deseada (redonda, rectangular, etc.). Intenta no presionar demasiado la masa para no eliminar el aire.
  3. Añadir la salsa: Extiende una capa fina de salsa de tomate sobre la masa, dejando un borde libre para la corteza.
  4. Cubrir con queso: Espolvorea una capa generosa de queso mozzarella rallado sobre la salsa.
  5. Añadir el jamón: Distribuye las lonchas de jamón cocido sobre el queso.
  6. Añadir ingredientes opcionales: Si lo deseas, añade queso parmesano rallado y aceitunas negras.
  7. Hornear: Desliza la pizza sobre la piedra para pizza precalentada o colócala en una bandeja de horno. Hornea durante 8-12 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y el queso se haya derretido y burbujeado. Vigila la pizza de cerca para evitar que se queme.
  8. Servir: Retira la pizza del horno, córtala en porciones y sírvela inmediatamente.

Consejos y Trucos para una Pizza Perfecta

  • La hidratación de la masa: La cantidad de agua en la masa puede variar según la humedad del ambiente y la harina utilizada. Ajusta la cantidad de agua según sea necesario para obtener una masa suave y elástica.
  • El levado lento en frío: Como se mencionó anteriormente, el levado lento en la nevera mejora el sabor y la digestibilidad de la masa.
  • La piedra para pizza: Una piedra para pizza retiene el calor y lo transfiere directamente a la masa, lo que resulta en una corteza más crujiente.
  • El horneado con vapor: Para una corteza aún más crujiente, puedes añadir un poco de vapor al horno al principio del horneado. Simplemente vierte una taza de agua caliente en una bandeja en la parte inferior del horno. Ten cuidado al hacerlo, ya que el vapor puede quemar.
  • La mozzarella fresca: La mozzarella fresca es más húmeda que la mozzarella rallada. Si utilizas mozzarella fresca, asegúrate de escurrirla bien antes de usarla para evitar que la pizza quede aguada.
  • La calidad del jamón: No escatimes en la calidad del jamón. Un buen jamón cocido marcará la diferencia en el sabor final de la pizza.
  • Variaciones: Experimenta con diferentes tipos de queso, jamón y otros ingredientes para crear tu propia pizza personalizada.

Más Allá de la Receta: Reflexiones sobre la Pizza

La pizza es mucho más que una simple receta. Es un símbolo de unión, de celebración y de compartir. Su versatilidad la convierte en un plato adaptable a cualquier gusto y ocasión. Desde la humilde pizza de jamón y queso hasta las creaciones más sofisticadas, la pizza siempre tiene un lugar en nuestros corazones (y en nuestros estómagos).

La Pizza a Través de la Historia

Aunque la pizza tal como la conocemos hoy en día se originó en Nápoles, Italia, la idea de un pan plano cubierto con ingredientes se remonta a la antigüedad. Los antiguos egipcios, griegos y romanos ya consumían panes planos con hierbas y especias. Sin embargo, fue en Nápoles, en el siglo XVIII, donde la pizza comenzó a evolucionar hacia lo que es hoy. La pizza Margarita, con sus colores que representan la bandera italiana (rojo del tomate, blanco de la mozzarella y verde de la albahaca), es quizás la pizza más famosa del mundo y un símbolo de la cocina italiana.

El Secreto de una Buena Pizza: Equilibrio y Armonía

El secreto de una buena pizza reside en el equilibrio y la armonía de los ingredientes. La masa debe ser crujiente y ligera, la salsa debe ser sabrosa y no demasiado ácida, y el relleno debe complementar y realzar los sabores de los demás ingredientes. No se trata de utilizar la mayor cantidad posible de ingredientes, sino de elegir los adecuados y combinarlos de manera inteligente.

La Pizza como Expresión Cultural

La pizza ha trascendido su origen italiano y se ha convertido en un fenómeno global, adaptándose a los gustos y culturas de cada país. En Estados Unidos, por ejemplo, la pizza ha evolucionado hacia estilos propios, como la pizza de Chicago con su masa gruesa y su abundante relleno. En Japón, la pizza se puede encontrar con ingredientes como algas marinas y salsa teriyaki. Esta capacidad de adaptación es una de las razones por las que la pizza sigue siendo tan popular en todo el mundo.

Conclusión: Disfruta del Proceso y Comparte el Sabor

Hacer pizza casera es una experiencia gratificante que te permite conectar con la cocina y disfrutar del proceso creativo. No te preocupes si no te sale perfecta la primera vez. La práctica hace al maestro, y cada pizza que hagas te acercará más a la perfección. Lo más importante es disfrutar del proceso y compartir el sabor con tus seres queridos. ¡Buen provecho!

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