Las albóndigas de res caseras son un plato clásico y reconfortante, perfecto para una comida familiar o una ocasión especial. Esta receta es fácil de seguir y te garantiza unas albóndigas jugosas y llenas de sabor. Aquí te presentamos una receta completa y detallada para que prepares unas albóndigas de res irresistibles.

Ingredientes

  • Para las Albóndigas:
    • 500 gramos de carne molida de res (preferiblemente con un 80% de carne magra y 20% de grasa)
    • 1 huevo grande
    • 1/2 taza de pan rallado (puede ser pan rallado tradicional o panko para una textura más crujiente)
    • 1/4 taza de leche (entera o semi-desnatada)
    • 1/4 taza de cebolla finamente picada
    • 2 dientes de ajo picados finamente o prensados
    • 2 cucharadas de perejil fresco picado
    • 1 cucharadita de sal
    • 1/2 cucharadita de pimienta negra recién molida
    • 1/4 cucharadita de orégano seco (opcional)
    • Una pizca de nuez moscada (opcional)
  • Para la Salsa:
    • 1 cucharada de aceite de oliva
    • 1/2 cebolla picada
    • 2 dientes de ajo picados
    • 1 lata (400 gramos) de tomates triturados o en cubos
    • 1/2 taza de caldo de res o agua
    • 1 cucharadita de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate)
    • 1/2 cucharadita de orégano seco
    • 1/4 cucharadita de albahaca seca
    • Sal y pimienta al gusto
    • Unas hojas de laurel (opcional)

Preparación

Paso 1: Preparación de las Albóndigas

  1. Mezclar los ingredientes: En un tazón grande, combina la carne molida, el huevo, el pan rallado, la leche, la cebolla picada, el ajo picado, el perejil picado, la sal, la pimienta, el orégano (si lo usas) y la nuez moscada (si la usas). Es crucial no sobre mezclar la carne, ya que esto puede resultar en albóndigas duras. Mezcla hasta que los ingredientes estén combinados de manera uniforme.
  2. Formar las albóndigas: Con las manos húmedas, toma porciones de la mezcla de carne y forma bolitas del tamaño deseado. Generalmente, el tamaño de una nuez grande es ideal. Asegúrate de que todas las albóndigas tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme. Coloca las albóndigas en un plato o bandeja.
  3. Sellar las albóndigas (opcional pero recomendado): En una sartén grande a fuego medio-alto, calienta un poco de aceite de oliva. Sella las albóndigas por todos lados hasta que estén doradas. Este paso ayuda a sellar los jugos dentro de la albóndiga y le da un mejor sabor. No es necesario cocinarlas completamente en este paso, solo dorarlas. Retira las albóndigas de la sartén y reserva.

Paso 2: Preparación de la Salsa

  1. Sofríe la cebolla y el ajo: En la misma sartén donde sellaste las albóndigas, agrega un poco más de aceite de oliva si es necesario. Sofríe la cebolla picada hasta que esté transparente y suave (aproximadamente 5 minutos). Agrega el ajo picado y cocina por un minuto más hasta que esté fragante. Ten cuidado de no quemar el ajo.
  2. Agrega los tomates y condimentos: Agrega los tomates triturados o en cubos, el caldo de res o agua, el azúcar, el orégano seco, la albahaca seca, las hojas de laurel (si las usas), sal y pimienta al gusto. Remueve bien para combinar todos los ingredientes.
  3. Cocina a fuego lento: Lleva la salsa a ebullición y luego reduce el fuego a bajo. Deja que la salsa hierva a fuego lento durante al menos 15-20 minutos, o hasta que se haya espesado ligeramente y los sabores se hayan mezclado. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue al fondo de la sartén. Prueba la salsa y ajusta la sazón si es necesario.

Paso 3: Cocinar las Albóndigas en la Salsa

  1. Añade las albóndigas a la salsa: Con cuidado, coloca las albóndigas selladas (o crudas si no las sellaste) dentro de la salsa. Asegúrate de que las albóndigas estén bien cubiertas por la salsa.
  2. Cocina a fuego lento: Cubre la sartén y cocina a fuego lento durante al menos 30-40 minutos, o hasta que las albóndigas estén completamente cocidas y la salsa haya espesado. Remueve ocasionalmente para asegurarte de que las albóndigas se cocinen de manera uniforme y no se peguen al fondo de la sartén.
  3. Servir: Sirve las albóndigas de res caseras calientes con tu acompañamiento favorito.

Sugerencias para Servir

  • Pasta: Sirve las albóndigas con espagueti, linguini, penne u otra pasta de tu elección. Espolvorea queso parmesano rallado por encima.
  • Arroz: Acompaña las albóndigas con arroz blanco o arroz integral.
  • Puré de patatas: Un puré de patatas cremoso es un excelente acompañamiento para las albóndigas.
  • Pan: Sirve las albóndigas con pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa.
  • Verduras: Acompaña las albóndigas con una ensalada fresca o verduras al vapor.

Consejos y Trucos

  • Tipo de carne: La carne molida de res con un 80% de carne magra y 20% de grasa es ideal para las albóndigas, ya que proporciona suficiente grasa para mantenerlas jugosas y sabrosas. Si prefieres una opción más magra, puedes usar carne molida con menos grasa, pero es posible que necesites agregar un poco más de líquido (leche o caldo) a la mezcla para evitar que las albóndigas queden secas.
  • Pan rallado: El pan rallado ayuda a ligar los ingredientes y aporta humedad a las albóndigas. Puedes usar pan rallado tradicional o panko para una textura más crujiente. Si no tienes pan rallado, puedes usar galletas saladas trituradas o incluso avena molida.
  • Sabor adicional: Para un sabor más intenso, puedes agregar un poco de queso parmesano rallado a la mezcla de las albóndigas. También puedes agregar un poco de salsa Worcestershire o salsa de soja a la salsa para darle un toque umami.
  • Congelar: Las albóndigas de res caseras se pueden congelar tanto crudas como cocidas. Para congelar las albóndigas crudas, colócalas en una bandeja para hornear en una sola capa y congélalas hasta que estén sólidas. Luego, transfiérelas a una bolsa para congelar. Para congelar las albóndigas cocidas, déjalas enfriar completamente y luego colócalas en un recipiente hermético o una bolsa para congelar. Las albóndigas congeladas se pueden conservar en el congelador hasta por 3 meses. Para recalentar las albóndigas congeladas, puedes cocinarlas directamente en la salsa o descongelarlas en el refrigerador durante la noche.
  • Variaciones de la salsa: Puedes personalizar la salsa de tomate a tu gusto. Algunas variaciones populares incluyen agregar pimientos morrones picados, champiñones en rodajas, aceitunas o alcaparras. También puedes agregar un poco de vino tinto a la salsa para darle un sabor más profundo y complejo (añádelo después de sofreír la cebolla y déjalo reducir antes de agregar los tomates). Para una salsa más picante, puedes agregar una pizca de hojuelas de pimiento rojo.
  • Técnicas de cocción alternativas: Además de cocinarlas en la salsa en la estufa, también puedes hornear las albóndigas en el horno. Para hornear las albóndigas, precalienta el horno a 190°C (375°F). Coloca las albóndigas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y hornea durante 20-25 minutos, o hasta que estén doradas y completamente cocidas. También puedes cocinar las albóndigas en una olla de cocción lenta. Coloca las albóndigas y la salsa en la olla de cocción lenta y cocina a fuego lento durante 6-8 horas, o a fuego alto durante 3-4 horas.
  • Consideraciones nutricionales: Las albóndigas de res son una fuente de proteína, hierro y vitaminas del grupo B. Sin embargo, también pueden ser altas en grasa y sodio. Para una opción más saludable, puedes usar carne molida con menos grasa, reducir la cantidad de sal en la receta y usar pan rallado integral. También puedes agregar verduras picadas a la mezcla de las albóndigas para aumentar su contenido de fibra y nutrientes.
  • Evitar albóndigas duras: La clave para unas albóndigas jugosas es no sobre mezclar la carne. Mezclar en exceso desarrolla el gluten en la carne, lo que resulta en albóndigas duras. Mezcla solo hasta que los ingredientes estén combinados. Además, evita cocinar las albóndigas a fuego demasiado alto, ya que esto puede hacer que se sequen. Cocinarlas a fuego lento en la salsa permite que se mantengan húmedas y absorban el sabor de la salsa.

Conclusión

¡Disfruta de estas deliciosas albóndigas de res caseras! Esta receta es una base excelente, y puedes adaptarla a tus gustos personales añadiendo diferentes especias, hierbas o verduras. Experimenta y diviértete en la cocina creando tu propia versión de este plato clásico. ¡Buen provecho!

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