El jamón ibérico, una joya de la gastronomía española, merece ser tratado con el máximo respeto y cuidado. No basta con tener un jamón de excelente calidad; la forma en que lo colocamos en el jamonero y, posteriormente, lo cortamos, influye decisivamente en el sabor, la textura y la experiencia general. Esta guía exhaustiva te proporcionará los conocimientos necesarios para colocar el jamón correctamente y prepararlo para un corte perfecto.
La colocación del jamón en el jamonero no es un mero trámite; es el primer paso crucial para optimizar el corte y, por ende, el disfrute del producto. Una colocación incorrecta puede llevar a:
Existen diversos tipos de jamoneros, cada uno con sus propias características y ventajas. Elegir el adecuado es fundamental para una colocación segura y eficiente.
Son los más comunes y versátiles. Suelen consistir en una base de madera o metal con un soporte para la pezuña y un sistema de sujeción para la parte inferior del jamón. Son adecuados para la mayoría de los jamones.
Estos jamoneros sujetan el jamón en posición vertical. Ocupan menos espacio y son ideales para espacios reducidos. Pueden ser menos estables que los horizontales, por lo que es crucial asegurarse de que el sistema de sujeción sea robusto.
Ofrecen la posibilidad de girar el jamón, facilitando el acceso a diferentes áreas de la pieza sin necesidad de desmontarla. Son muy prácticos para profesionales y aficionados que buscan la máxima comodidad.
Construidos con materiales de alta calidad y diseñados para un uso intensivo. Suelen incorporar sistemas de sujeción más sofisticados y ajustes precisos para garantizar la estabilidad y la seguridad durante el corte.
Antes de colocar el jamón en el jamonero, es importante realizar una serie de preparativos:
Con un cuchillo afilado, retira la corteza exterior y la grasa rancia de la zona que vas a cortar. No elimines toda la grasa, ya que contribuye al sabor y la jugosidad del jamón. Solo retira la parte que esté seca o en mal estado.
La elección del lado por el que empezar a cortar depende del tiempo que vayas a tardar en consumir el jamón. Si prevees consumirlo en pocos días, empieza por la maza (la parte más ancha y jugosa). Si vas a tardar más tiempo, empieza por la contramaza (la parte más estrecha y curada) para evitar que se seque.
Ahora, vamos a detallar los pasos para colocar el jamón correctamente, independientemente del tipo de jamonero que utilices:
Además de un buen jamonero, contar con las herramientas adecuadas es esencial para un corte perfecto:
Un cuchillo jamonero de hoja larga, estrecha y flexible es imprescindible. Debe estar bien afilado para realizar cortes finos y limpios.
Un cuchillo deshuesador, más corto y robusto, es útil para limpiar el jamón y separar la carne del hueso.
Una chaira te permitirá mantener el filo del cuchillo jamonero a lo largo del corte. Pasa el cuchillo por la chaira antes de empezar y durante el corte para asegurarte de que esté siempre afilado.
Las pinzas son útiles para servir las lonchas de jamón de forma elegante e higiénica.
Una vez que el jamón está correctamente colocado, es hora de hablar de las técnicas de corte:
El objetivo es obtener lonchas finas, casi translúcidas, de unos 5-7 cm de largo. El corte debe ser paralelo a la superficie y seguir la dirección de las fibras musculares. Evita cortar lonchas gruesas o irregulares.
Colócate frente al jamón con los pies ligeramente separados y una postura cómoda. Sujeta el cuchillo con firmeza y utiliza movimientos suaves y controlados.
A medida que avances en el corte, adapta la posición del jamón en el jamonero para facilitar el acceso a las diferentes áreas. Aprovecha al máximo la pieza, incluso las zonas más cercanas al hueso, que suelen tener un sabor más intenso.
Una vez empezado, el jamón debe conservarse adecuadamente para mantener su frescura y sabor:
Cubre la zona de corte con la propia grasa del jamón o con un paño de algodón limpio para evitar que se seque. También puedes utilizar film transparente, pero asegúrate de que esté bien adherido para evitar la formación de condensación.
Guarda el jamón en un lugar fresco, seco y oscuro, idealmente entre 15 y 20 grados Celsius. Evita la exposición directa a la luz solar y a fuentes de calor.
Lo ideal es consumir el jamón en un plazo de 2-3 semanas una vez empezado. Si no vas a consumirlo en ese tiempo, puedes congelar las lonchas individualmente para conservarlas durante más tiempo.
Incluso con la mejor intención, es fácil cometer errores al colocar y cortar el jamón. Aquí te presentamos algunos errores comunes y cómo evitarlos:
Un cuchillo sin filo dificulta el corte y aumenta el riesgo de accidentes. Afila el cuchillo regularmente con una chaira o un afilador.
Una colocación incorrecta puede provocar cortes irregulares y desperdicio de jamón. Sigue los pasos detallados en esta guía para asegurarte de que el jamón esté bien sujeto y estable.
Las lonchas gruesas son menos sabrosas y difíciles de masticar. Corta lonchas finas y translúcidas para disfrutar al máximo del sabor del jamón.
La grasa del jamón es una parte importante de su sabor y jugosidad. No retires toda la grasa, solo la parte que esté rancia o en mal estado.
El jamón no solo sabe bien, sino que también debe presentarse de forma atractiva. Sirve las lonchas en un plato llano, dispuestas de forma elegante y ordenada. Acompaña el jamón con pan tostado, picos, o un buen vino tinto o fino.
Colocar el jamón en el jamonero y cortarlo correctamente es un arte que requiere práctica y paciencia. Sin embargo, con los conocimientos y las herramientas adecuadas, cualquiera puede dominar esta técnica y disfrutar del delicioso sabor del jamón ibérico en su máxima expresión. Recuerda que la clave está en la atención al detalle, la precisión y el respeto por este producto excepcional.
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