La pizza rellena de jamón y queso es una reinterpretación deliciosa y abundante del clásico plato italiano. Esta guía detallada te llevará a través de cada paso, desde la preparación de la masa hasta el horneado perfecto, garantizando un resultado que deleitará a todos.
Activación de la Levadura (si usas levadura seca): En un bol pequeño, disuelve la levadura seca en agua tibia con una pizca de azúcar. Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que se forme una espuma en la superficie. Esto indica que la levadura está activa.
Mezcla de Ingredientes Secos: En un bol grande, mezcla la harina y la sal.
Incorporación de Ingredientes Húmedos: Haz un hueco en el centro de los ingredientes secos y vierte la mezcla de levadura activada y el aceite de oliva. Comienza a incorporar los ingredientes secos desde los bordes hacia el centro, mezclando con una cuchara de madera o con las manos.
Amasado: Una vez que los ingredientes estén integrados, amasa la masa sobre una superficie ligeramente enharinada durante 10-15 minutos, hasta que esté suave, elástica y ya no se pegue a las manos. Si utilizas una amasadora, amasa a velocidad media durante unos 8-10 minutos.
Primer Levado: Forma una bola con la masa, colócala en un bol ligeramente engrasado, cúbrela con un paño húmedo o film transparente, y déjala levar en un lugar cálido (aproximadamente 25-30°C) durante 1-2 horas, o hasta que duplique su volumen. El tiempo de levado dependerá de la temperatura ambiente y de la calidad de la levadura. Un levado lento beneficia el sabor y la textura final de la masa.
Sofrito: En una sartén a fuego medio, calienta el aceite de oliva. Añade el ajo picado y sofríe durante 1-2 minutos, hasta que esté fragante, pero sin que se queme. Un ajo quemado amargaría la salsa.
Cocción de la Salsa: Vierte el tomate triturado en la sartén. Añade el azúcar, la sal, la pimienta y el orégano. Remueve bien y cocina a fuego lento durante unos 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa se haya espesado ligeramente y los sabores se hayan integrado. Si utilizas albahaca fresca, añádela al final de la cocción.
Enfriamiento: Deja que la salsa de tomate se enfríe por completo antes de usarla para rellenar la pizza. Una salsa caliente podría humedecer demasiado la masa.
División de la Masa: Una vez que la masa haya levado, desgasifícala suavemente presionándola con los dedos. Divide la masa en dos porciones iguales.
Estirado de la Masa: Sobre una superficie ligeramente enharinada, estira cada porción de masa con un rodillo hasta obtener dos círculos de aproximadamente 30 cm de diámetro. Uno de los círculos será la base de la pizza y el otro la tapa.
Colocación de la Base: Coloca uno de los círculos de masa en una bandeja para pizza previamente engrasada o cubierta con papel de horno. Asegúrate de que la masa cubra toda la superficie de la bandeja.
Relleno: Extiende una capa uniforme de salsa de tomate sobre la base de la pizza, dejando un borde de aproximadamente 2 cm sin cubrir. Espolvorea una parte del queso mozzarella rallado sobre la salsa. A continuación, distribuye las lonchas de jamón cocido sobre el queso. Si utilizas queso ricotta, distribuye pequeñas cucharadas sobre el jamón. Por último, cubre con el resto del queso mozzarella y, si lo deseas, espolvorea con queso parmesano rallado, orégano seco y pimienta negra.
Cubierta: Coloca el segundo círculo de masa sobre el relleno, cubriendo toda la superficie. Presiona suavemente los bordes de la masa para sellar la pizza.
Sellado de los Bordes: Para asegurar que el relleno no se escape durante el horneado, sella los bordes de la pizza con un tenedor, presionando a lo largo de todo el perímetro. También puedes enrollar los bordes hacia adentro para crear un borde más grueso y decorativo.
Pintado y Decoración: Bate un huevo en un bol pequeño y pinta la superficie de la pizza con un pincel de cocina. Esto le dará un color dorado brillante durante el horneado. Si lo deseas, espolvorea semillas de sésamo sobre la superficie.
Perforaciones: Con un cuchillo afilado, haz pequeñas incisiones en la superficie de la pizza para permitir que escape el vapor durante el horneado y evitar que la masa se hinche demasiado.
Precalentamiento del Horno: Precalienta el horno a 220°C (430°F) durante al menos 30 minutos. Es crucial que el horno esté bien caliente para que la pizza se cocine de manera uniforme y la masa quede crujiente.
Horneado: Hornea la pizza rellena durante 20-25 minutos, o hasta que la masa esté dorada y el queso se haya derretido y burbujeado. Vigila la pizza durante el horneado para evitar que se queme. Si es necesario, reduce la temperatura del horno ligeramente.
Reposo: Una vez horneada, retira la pizza del horno y déjala reposar durante unos 5-10 minutos antes de cortarla. Esto permitirá que el relleno se asiente y sea más fácil de cortar.
Servido: Corta la pizza rellena en porciones y sírvela caliente. Puedes rociarla con un poco de aceite de oliva virgen extra antes de servirla.
La pizza rellena de jamón y queso es una opción fantástica para una comida abundante y reconfortante. Siguiendo esta receta detallada, podrás crear una pizza casera deliciosa que impresionará a tus amigos y familiares. ¡Anímate a probarla y experimenta con tus propios rellenos favoritos!