Los guisantes frescos con jamón son un plato clásico de la cocina española, especialmente apreciado en primavera, cuando los guisantes están en su mejor momento․ Esta receta sencilla, pero llena de sabor, destaca por la combinación de la dulzura natural de los guisantes y el toque salado y ahumado del jamón․ A continuación, exploraremos una receta detallada, desde la selección de los ingredientes hasta los trucos para conseguir un plato perfecto․

Ingredientes: La Base del Sabor

  • Guisantes frescos: 1 kg (desgranados, aproximadamente 300-400g de guisantes)․ La frescura es clave․ Busca vainas de color verde brillante, firmes y llenas․ Evita las vainas amarillentas o blandas․ Si no encuentras guisantes frescos, puedes usar congelados de buena calidad, pero el sabor no será el mismo․
  • Jamón serrano: 150-200g, en taquitos o lonchas gruesas cortadas en dados․ El jamón serrano aporta un sabor intenso y salado que contrasta maravillosamente con la dulzura de los guisantes․ Opta por un jamón de buena calidad; la diferencia en el sabor final será notable․
  • Cebolla: 1 mediana, finamente picada․ La cebolla es la base del sofrito y aporta un dulzor sutil al plato․
  • Ajo: 2 dientes, picados․ El ajo añade un toque aromático y picante que complementa los demás sabores․
  • Aceite de oliva virgen extra: 4-5 cucharadas․ El aceite de oliva virgen extra es fundamental en la cocina española․ Aporta sabor y ayuda a sofreír los ingredientes de manera uniforme․
  • Caldo de pollo o verduras: 200-300 ml․ El caldo ayuda a cocinar los guisantes y aporta humedad al plato․ Utiliza caldo casero si es posible, o un caldo de buena calidad comprado en la tienda․
  • Vino blanco seco (opcional): 50 ml․ Un chorrito de vino blanco seco puede añadir complejidad al sabor․
  • Perejil fresco: Unas ramitas, picado․ El perejil fresco aporta frescura y un toque de color al plato․
  • Sal y pimienta negra recién molida: Al gusto․ La sal y la pimienta realzan los sabores de los ingredientes․ Ten cuidado con la sal, ya que el jamón ya es salado․
  • Azúcar (opcional): Una pizca, para corregir la acidez․ Si los guisantes son muy dulces, no será necesaria․
  • Huevo (opcional): 1-2 huevos, escalfados o fritos, para servir․ Añade un toque de riqueza y cremosidad al plato․

Preparación Paso a Paso: El Arte de Cocinar con Sencillez

  1. Preparación de los guisantes: Desgrana los guisantes․ Si son frescos, lávalos bien bajo agua fría․ Si son congelados, no es necesario descongelarlos previamente․ Asegúrate de eliminar cualquier vaina o resto vegetal․
  2. Preparación de los ingredientes: Pica finamente la cebolla y el ajo․ Corta el jamón en taquitos o dados pequeños․ Pica el perejil fresco․
  3. Sofrito: En una cazuela o sartén grande, calienta el aceite de oliva virgen extra a fuego medio․ Añade la cebolla picada y sofríe hasta que esté transparente y blanda, unos 5-7 minutos․ No dejes que se dore demasiado․
  4. Añadir el ajo y el jamón: Incorpora el ajo picado y sofríe durante un minuto más, hasta que desprenda su aroma․ Agrega el jamón y sofríe durante un par de minutos, hasta que esté ligeramente dorado y haya liberado su grasa․
  5. Cocinar los guisantes: Añade los guisantes a la cazuela y remueve para que se impregnen con los sabores del sofrito y el jamón․ Si usas vino blanco, añádelo ahora y deja que se evapore el alcohol durante un minuto․
  6. Añadir el caldo: Vierte el caldo de pollo o verduras en la cazuela, suficiente para cubrir los guisantes․ Reduce el fuego a bajo, tapa la cazuela y cocina a fuego lento durante unos 15-20 minutos, o hasta que los guisantes estén tiernos․ Remueve ocasionalmente para evitar que se peguen al fondo․
  7. Sazonar y ajustar: Prueba los guisantes y sazona con sal y pimienta negra recién molida al gusto․ Si están demasiado ácidos, añade una pizca de azúcar․ Si están demasiado secos, añade un poco más de caldo․
  8. Servir: Sirve los guisantes frescos con jamón calientes, espolvoreados con perejil fresco picado․ Si lo deseas, acompaña cada plato con un huevo escalfado o frito․

Trucos y Consejos: Elevando el Plato a la Perfección

  • La calidad de los ingredientes: Como en cualquier receta sencilla, la calidad de los ingredientes es crucial․ Utiliza guisantes frescos de temporada, jamón serrano de buena calidad y aceite de oliva virgen extra․
  • El punto de cocción de los guisantes: No cocines los guisantes en exceso, ya que perderán su color y textura․ Deben estar tiernos pero aún ligeramente firmes․
  • El sofrito perfecto: Un buen sofrito es la base del sabor de este plato․ Sofríe la cebolla y el ajo a fuego lento, sin que se quemen, hasta que estén blandos y transparentes․
  • El toque final: Un chorrito de vino blanco seco, una pizca de azúcar para corregir la acidez, y un huevo escalfado o frito para servir pueden elevar este plato a la perfección․
  • Variaciones: Puedes añadir otros ingredientes a este plato, como alcachofas, habitas baby, espárragos trigueros, o incluso un poco de chorizo․
  • Presentación: Sirve los guisantes en platos hondos, decorados con perejil fresco picado y un chorrito de aceite de oliva virgen extra․

Variaciones Creativas: Adaptando la Receta a tu Gusto

La receta de guisantes frescos con jamón es muy versátil y se puede adaptar a diferentes gustos y preferencias․ Aquí te presento algunas ideas para variar la receta:

  • Guisantes con chorizo: Sustituye el jamón serrano por chorizo ibérico en taquitos․ El chorizo aportará un sabor más intenso y picante al plato․
  • Guisantes con alcachofas: Añade alcachofas limpias y cortadas en cuartos a la cazuela junto con los guisantes․ Las alcachofas aportarán un sabor amargo y una textura diferente․
  • Guisantes con habitas baby: Añade habitas baby desgranadas a la cazuela junto con los guisantes․ Las habitas baby aportarán un sabor dulce y una textura suave․
  • Guisantes con espárragos trigueros: Añade espárragos trigueros troceados a la cazuela junto con los guisantes․ Los espárragos trigueros aportarán un sabor amargo y una textura crujiente․
  • Guisantes a la menta: Añade unas hojas de menta fresca picada a la cazuela al final de la cocción․ La menta aportará un sabor fresco y aromático․
  • Guisantes con huevo poché: Sirve los guisantes con un huevo poché encima․ La yema del huevo se mezclará con la salsa y aportará cremosidad al plato․
  • Guisantes veganos: Sustituye el jamón por setas salteadas o tofu ahumado․ Utiliza caldo de verduras en lugar de caldo de pollo․

Más allá de la receta: El origen y la cultura de los guisantes con jamón

Los guisantes con jamón son mucho más que una simple receta; representan una parte importante de la cultura gastronómica española․ Su origen se remonta a la época en que los guisantes eran un alimento básico en la dieta mediterránea, especialmente en las zonas rurales․ La combinación con el jamón, un producto de la matanza del cerdo, era una forma de añadir sabor y nutrientes a este plato sencillo;

Con el tiempo, los guisantes con jamón se han convertido en un plato muy apreciado en toda España, y cada región tiene su propia versión․ En algunas zonas se añaden otros ingredientes, como alcachofas, habitas o espárragos, mientras que en otras se prefiere una receta más sencilla, con solo guisantes, jamón y cebolla․

Independientemente de la receta, los guisantes con jamón siempre evocan recuerdos de la infancia, de la cocina de la abuela, de los sabores auténticos y de la tradición culinaria española․

Consideraciones nutricionales: Un plato equilibrado y saludable

Los guisantes con jamón, además de ser deliciosos, son un plato nutritivo y equilibrado․ Los guisantes son una buena fuente de fibra, vitaminas (especialmente vitamina K y vitamina C) y minerales (como hierro y magnesio)․ El jamón aporta proteínas y grasas saludables․

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el jamón es un alimento rico en sodio, por lo que se debe consumir con moderación, especialmente si se tienen problemas de hipertensión․ También se debe tener en cuenta el contenido calórico del plato, especialmente si se añade huevo o se utiliza mucho aceite de oliva․

En general, los guisantes con jamón son un plato saludable que se puede disfrutar como parte de una dieta equilibrada․ Se recomienda utilizar ingredientes frescos y de buena calidad, y cocinar con moderación para preservar los nutrientes y el sabor de los alimentos․

Conclusión: Un Clásico Inolvidable

Los guisantes frescos con jamón son un plato que trasciende las modas y las tendencias culinarias․ Su sabor auténtico, su sencillez y su versatilidad lo convierten en un clásico inolvidable que siempre es bienvenido en la mesa․ Ya sea en una comida familiar, una cena con amigos o un menú de restaurante, los guisantes con jamón siempre son una apuesta segura․

Así que, anímate a preparar esta receta y descubre por qué los guisantes con jamón son uno de los platos más queridos de la cocina española․ ¡Buen provecho!

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