La carne con tomate es mucho más que un plato; es un pedazo de historia, un abrazo cálido de la abuela, un recuerdo imborrable de comidas familiares. Esta receta, transmitida de generación en generación, encierra secretos culinarios que la hacen única. Prepárate para descubrir cómo transformar ingredientes sencillos en una explosión de sabor que te transportará a los domingos en casa de la abuela.

Ingredientes: La Base del Éxito

  • 1 kg de carne de ternera (preferiblemente falda, aguja o morcillo, cortada en trozos de bocado). La elección de la carne es crucial. La falda, por ejemplo, se deshace al cocinarse lentamente, mientras que el morcillo aporta un sabor intenso y una textura melosa.
  • 1 kg de tomates maduros (o 800 gr de tomate triturado en conserva). La calidad del tomate es fundamental. Si utilizas tomates frescos, asegúrate de que estén bien maduros y jugosos. Si optas por tomate triturado en conserva, busca una marca de confianza que no añada azúcares ni conservantes innecesarios.
  • 1 cebolla grande (picada finamente). La cebolla es la base del sofrito, así que no escatimes en cantidad. Pícala finamente para que se deshaga durante la cocción y aporte sabor sin resultar molesta.
  • 2 dientes de ajo (picados finamente). El ajo añade un toque de sabor picante y aromático que complementa a la perfección el tomate y la carne. Si te gusta el sabor intenso del ajo, puedes añadir un diente más.
  • 1 pimiento verde (opcional, picado finamente). El pimiento verde aporta un toque de frescura y un ligero amargor que equilibra la dulzura del tomate. Si no te gusta el pimiento, puedes omitirlo.
  • 1 vaso de vino blanco (seco). El vino blanco realza los sabores de la carne y el tomate, y ayuda a desglasar la sartén, recogiendo todos los jugos caramelizados. Si no tienes vino blanco, puedes sustituirlo por caldo de carne.
  • Aceite de oliva virgen extra. El aceite de oliva virgen extra es la grasa ideal para cocinar este plato, ya que aporta sabor y beneficios para la salud. No escatimes en cantidad, ya que la carne necesita estar bien cubierta durante la cocción.
  • Sal ypimienta negra (al gusto). La sal y la pimienta son fundamentales para sazonar la carne y el tomate. Añade sal al principio de la cocción para que la carne se impregne bien del sabor, y pimienta al final para que conserve su aroma.
  • 1 hoja de laurel. La hoja de laurel aporta un aroma sutil y un sabor ligeramente amargo que complementa a la perfección los demás ingredientes. Añádela al principio de la cocción y retírala antes de servir.
  • 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional). El pimentón dulce aporta un toque de color y un sabor ahumado que realza el sabor de la carne. Si te gusta el sabor del pimentón, puedes utilizar pimentón ahumado en lugar de pimentón dulce.
  • Hierbas provenzales (opcional). Las hierbas provenzales aportan un aroma y un sabor mediterráneo que complementan a la perfección la carne con tomate. Si no tienes hierbas provenzales, puedes utilizar orégano, tomillo o romero.

Preparación: El Arte de la Paciencia

  1. Preparación de la carne: Salpimienta los trozos de carne. Este paso es crucial para que la carne se impregne de sabor desde el principio. Asegúrate de salpimentar todos los lados de la carne.
  2. Sellado de la carne: En una olla grande o cazuela, calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. Sella la carne por todos los lados hasta que esté dorada. Este paso ayuda a sellar los jugos de la carne y a darle un color apetitoso. Retira la carne y reserva. Es importante no sobrecargar la olla, ya que la carne se cocería en lugar de dorarse. Si es necesario, sella la carne en lotes.
  3. Sofrito: En la misma olla, añade un poco más de aceite de oliva si es necesario. Sofríe la cebolla picada hasta que esté transparente y blanda. Añade el ajo picado y el pimiento verde (si lo usas) y sofríe durante un par de minutos más, hasta que estén fragantes. El sofrito es la base del sabor de este plato, así que tómate tu tiempo para hacerlo bien. La cebolla debe estar bien pochada antes de añadir el ajo y el pimiento.
  4. Tomate: Añade el tomate triturado (o los tomates maduros pelados y troceados) a la olla. Añade la hoja de laurel, el pimentón dulce (si lo usas) y las hierbas provenzales (si las usas). Cocina a fuego lento durante unos 30 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que el tomate haya reducido y espesado. Es importante cocinar el tomate a fuego lento para que se concentre el sabor y se elimine la acidez. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue al fondo de la olla.
  5. Integración: Vierte el vino blanco en la olla y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos. Este paso ayuda a desglasar la sartén y a recoger todos los jugos caramelizados. Añade la carne a la olla.
  6. Cocción lenta: Cubre la olla y cocina a fuego muy lento durante al menos 2 horas, o hasta que la carne esté muy tierna y se deshaga fácilmente con un tenedor. Remueve ocasionalmente y añade un poco de agua o caldo si es necesario para evitar que se seque. La cocción lenta es la clave para que la carne quede tierna y jugosa. Cuanto más tiempo se cocine, más sabrosa estará.
  7. Rectificación: Prueba la salsa y ajusta la sal y la pimienta si es necesario. Retira la hoja de laurel antes de servir. La sal es un potenciador de sabor, así que añade poca cantidad al principio y rectifica al final.

Servir: El Momento de Disfrutar

Sirve la carne con tomate bien caliente, acompañada de patatas fritas, arroz blanco, puré de patatas o pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa. También puedes servirla con una ensalada fresca para equilibrar el plato. La carne con tomate es un plato versátil que se puede disfrutar de muchas maneras diferentes. Experimenta con diferentes acompañamientos y encuentra tu combinación favorita.

Consejos y Trucos de la Abuela: El Secreto del Sabor Auténtico

  • La calidad de la carne: Utiliza carne de ternera de buena calidad, preferiblemente de una raza autóctona. La calidad de la carne es fundamental para el sabor final del plato. Busca carne con grasa infiltrada, ya que esto le dará más sabor y jugosidad.
  • El tomate: Utiliza tomates maduros y de temporada. Si no tienes tomates frescos, puedes utilizar tomate triturado en conserva de buena calidad. Evita los tomates verdes o poco maduros, ya que tienen un sabor ácido y poco agradable.
  • El sofrito: No tengas prisa en el sofrito. Cocina la cebolla y el ajo a fuego lento hasta que estén bien pochados y fragantes. El sofrito es la base del sabor de este plato, así que tómate tu tiempo para hacerlo bien.
  • La cocción lenta: Cocina la carne a fuego muy lento durante el mayor tiempo posible. La cocción lenta es la clave para que la carne quede tierna y jugosa. Cuanto más tiempo se cocine, más sabrosa estará.
  • El reposo: Deja reposar la carne con tomate durante unos minutos antes de servir. Esto permite que los sabores se asienten y se intensifiquen.
  • Un truco de la abuela: Añade una cucharadita de azúcar a la salsa de tomate para equilibrar la acidez. Este truco es especialmente útil si utilizas tomates de conserva.
  • Otro truco de la abuela: Añade un trozo de pan duro a la salsa de tomate durante la cocción. El pan absorberá el exceso de acidez y le dará a la salsa una textura más espesa y cremosa. Retira el pan antes de servir.

Variaciones Creativas: Adaptando la Receta a tu Gusto

  • Carne con tomate picante: Añade una guindilla picante al sofrito para darle un toque de picante. Puedes utilizar guindilla fresca o seca, según tu preferencia.
  • Carne con tomate y champiñones: Añade champiñones laminados a la olla junto con la carne. Los champiñones aportan un sabor terroso y una textura suave que complementan a la perfección la carne con tomate.
  • Carne con tomate y patatas: Añade patatas peladas y troceadas a la olla junto con la carne. Las patatas se cocinarán en la salsa y absorberán todo el sabor.
  • Carne con tomate al vino tinto: Sustituye el vino blanco por vino tinto para darle a la salsa un sabor más intenso y complejo. Utiliza un vino tinto de buena calidad, preferiblemente un Rioja o un Ribera del Duero.
  • Carne con tomate a la cerveza: Sustituye el vino blanco por cerveza para darle a la salsa un sabor más amargo y refrescante. Utiliza una cerveza tipo lager o pilsner.

Más allá de la Receta: Reflexiones sobre la Cocina Tradicional

La carne con tomate de la abuela es mucho más que una simple receta; es un legado cultural, una tradición familiar que se transmite de generación en generación. Es un plato que evoca recuerdos de infancia, de comidas compartidas con seres queridos, de sabores auténticos y reconfortantes. En un mundo cada vez más globalizado y homogeneizado, es importante preservar estas recetas tradicionales, ya que son un reflejo de nuestra identidad y de nuestra historia.

La cocina tradicional se caracteriza por la utilización de ingredientes frescos y de temporada, por la elaboración cuidadosa y paciente, y por la transmisión oral de los conocimientos culinarios. Es una cocina que se adapta a los recursos disponibles y a las costumbres locales, y que se enriquece con las aportaciones de cada generación. Es una cocina que nos conecta con nuestras raíces y que nos recuerda la importancia de compartir la comida con los demás.

En la actualidad, la cocina tradicional está experimentando un resurgimiento, gracias al interés de muchos cocineros y comensales por recuperar los sabores auténticos y por valorar la calidad de los ingredientes. Cada vez son más los restaurantes que ofrecen platos tradicionales elaborados con técnicas modernas, y cada vez son más las personas que se animan a cocinar en casa recetas de sus abuelos.

La carne con tomate de la abuela es un ejemplo perfecto de cómo un plato sencillo puede convertirse en una experiencia culinaria inolvidable. Es un plato que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la cocina tradicional, sobre el valor de los ingredientes frescos y de temporada, y sobre la necesidad de preservar nuestro patrimonio cultural.

Conclusión: Un Tesoro Culinario para Compartir

La receta de carne con tomate de la abuela es un tesoro culinario que merece ser compartido y disfrutado. Es un plato que nos conecta con nuestras raíces, que nos recuerda la importancia de la cocina tradicional, y que nos invita a disfrutar de los sabores auténticos y reconfortantes. Anímate a prepararla y a compartirla con tus seres queridos. ¡Seguro que les encantará!

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