El redondo de pollo relleno de jamón y queso es una opción deliciosa y versátil para cualquier ocasión. Es perfecto para una cena familiar, una comida festiva o incluso para preparar con antelación y disfrutar durante la semana. Esta receta, pensada para ser jugosa y fácil de seguir, te guiará paso a paso para crear un plato que impresionará a todos.
El primer paso, y quizás el más importante, es preparar la pechuga de pollo. Debemos transformarla en una lámina uniforme para facilitar el relleno y el enrollado. Para ello, coloca una de las pechugas sobre una tabla de cortar. Con un cuchillo afilado, corta horizontalmente la pechuga por la mitad, pero sin llegar a separarla completamente. Ábrela como si fuera un libro. Repite este proceso con la otra pechuga. Ahora, cubre las pechugas abiertas con film transparente y golpéalas suavemente con un mazo de cocina o un rodillo para igualar el grosor y ablandarlas. Este paso es crucial para obtener un redondo de pollo jugoso y tierno.
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada y sofríe hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Incorpora el ajo picado y cocina por un minuto más, teniendo cuidado de que no se queme para evitar un sabor amargo. Si deseas añadir pimiento o champiñones, este es el momento de incorporarlos al sofrito y cocinar hasta que estén tiernos. Retira la sartén del fuego y deja enfriar ligeramente.
Extiende las pechugas de pollo sobre una superficie limpia. Salpimenta cada pechuga al gusto y espolvorea con hierbas provenzales. Distribuye uniformemente el sofrito de cebolla y ajo sobre las pechugas. Cubre con las lonchas de jamón cocido y luego con las lonchas de queso. Asegúrate de no sobrecargar el relleno para que el redondo de pollo se cierre correctamente.
Comienza a enrollar las pechugas cuidadosamente, formando un cilindro compacto. Asegura el rollo con hilo de cocina, atando a intervalos regulares para mantener la forma. Si es necesario, utiliza palillos de dientes para asegurar los extremos.
Calienta un poco más de aceite de oliva en la misma sartén donde hiciste el sofrito. Sella el redondo de pollo por todos los lados, dorándolo uniformemente. Este paso es importante para sellar los jugos y darle un bonito color. Si lo deseas, puedes añadir el vino blanco a la sartén después de sellar el pollo. Deja que se evapore el alcohol y luego transfiere el redondo de pollo a una fuente para horno.
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Hornea el redondo de pollo durante aproximadamente 45-60 minutos, o hasta que esté completamente cocido. El tiempo de cocción puede variar dependiendo del tamaño del redondo de pollo. Para asegurarte de que está cocido, puedes usar un termómetro de cocina. La temperatura interna debe ser de 75°C (165°F).
Una vez que el redondo de pollo esté cocido, retíralo del horno y déjalo reposar durante al menos 10-15 minutos antes de cortarlo. Este paso es crucial para que los jugos se redistribuyan y el redondo de pollo quede más jugoso. Retira el hilo de cocina y corta el redondo de pollo en rodajas de aproximadamente 1-2 cm de grosor.
Un vino blanco seco y afrutado, como un Chardonnay o un Sauvignon Blanc, complementará a la perfección el sabor del pollo y el queso. Si prefieres un vino tinto, opta por un Pinot Noir ligero y afrutado.
El redondo de pollo relleno de jamón y queso es una receta versátil y deliciosa que se adapta a cualquier ocasión. Con esta guía paso a paso y estos consejos, podrás crear un plato que impresionará a tus invitados y satisfará a tu familia. ¡Anímate a probarla y experimenta con diferentes rellenos y salsas para crear tu propia versión personalizada!