La carne guisada es un plato clásico reconfortante, perfecto para cualquier época del año․ Esta versión utiliza menestra congelada para simplificar la preparación, haciéndola ideal para cenas rápidas entre semana․ A continuación, te guiaremos paso a paso para crear esta deliciosa receta, explorando variaciones, consejos y la ciencia detrás de un buen guiso․

Ingredientes

  • 500g de carne para guisar (ternera, cerdo o cordero), cortada en dados de 2-3 cm
  • 1 cebolla grande, picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 1 pimiento verde, picado (opcional)
  • 1 pimiento rojo, picado (opcional)
  • 400g de tomate triturado o una lata de tomate troceado
  • 500g de menestra congelada
  • 1 vaso de vino tinto (opcional)
  • Caldo de carne o agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • Hierbas provenzales, laurel o tomillo (opcional)
  • 1 cucharadita de pimentón dulce o picante (opcional)
  • Harina (para enharinar la carne, opcional)

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de la carne: Seca bien los dados de carne con papel de cocina․ Si deseas, puedes enharinarlos ligeramente․ Esto ayudará a sellar la carne y a espesar la salsa․ Calienta una generosa cantidad de aceite de oliva en una olla grande o cazuela de fondo grueso․ Sella la carne por todos lados hasta que esté dorada․ Retira la carne y reserva․ Este paso realza el sabor de la carne mediante la reacción de Maillard․
  2. Sofrito: En la misma olla, añade un poco más de aceite si es necesario․ Sofríe la cebolla picada a fuego medio hasta que esté transparente y comience a dorarse․ Añade el ajo picado y, si los usas, los pimientos picados․ Cocina por unos minutos más hasta que estén blandos․ El sofrito es la base de sabor del guiso, así que tómate tu tiempo para hacerlo bien․
  3. Añadir el tomate y el vino: Incorpora el tomate triturado o troceado a la olla․ Si usas vino tinto, añádelo ahora y deja que se evapore el alcohol durante unos minutos․ El vino tinto aporta profundidad y acidez a la salsa․ Raspa el fondo de la olla para despegar cualquier trozo de carne caramelizada, ya que esto potenciará el sabor del guiso․
  4. Incorporar la carne y el caldo: Vuelve a colocar la carne en la olla․ Añade las hierbas provenzales, el laurel o el tomillo, y el pimentón (si lo usas)․ Cubre la carne con caldo de carne o agua․ Asegúrate de que la carne esté casi completamente cubierta para que se cocine de manera uniforme․
  5. Cocción a fuego lento: Lleva la olla a ebullición, luego reduce el fuego a bajo, tapa y cocina a fuego lento durante al menos 1․5 – 2 horas, o hasta que la carne esté muy tierna․ El tiempo de cocción dependerá del tipo de carne que uses y del tamaño de los dados․ La cocción lenta permite que la carne se ablande y que los sabores se mezclen y desarrollen plenamente․ Revisa ocasionalmente y añade más caldo si es necesario․
  6. Añadir la menestra congelada: Añade la menestra congelada a la olla unos 20-30 minutos antes de finalizar la cocción․ Remueve para que se distribuya uniformemente․ Cocina hasta que las verduras estén tiernas pero no demasiado blandas․
  7. Ajustar el sazón y servir: Prueba y ajusta la sal y la pimienta al gusto․ Si la salsa está demasiado líquida, puedes retirarla un poco de la olla y reducirla en una cacerola aparte hasta obtener la consistencia deseada․ Sirve la carne guisada caliente, acompañada de arroz blanco, puré de patatas, patatas fritas o pan crujiente para mojar en la salsa․

Variaciones y Consejos

  • Tipo de carne: Puedes usar ternera (morcillo, aguja), cerdo (carrillada, secreto) o cordero (paletilla, cuello)․ Cada tipo de carne aportará un sabor diferente al guiso․ El morcillo de ternera es una opción popular por su textura y sabor․ La carrillada de cerdo es muy tierna después de una cocción lenta․
  • Verduras: Puedes añadir otras verduras a la menestra, como champiñones, calabacín o berenjena․ También puedes usar verduras frescas en lugar de congeladas, pero ten en cuenta que el tiempo de cocción puede variar․
  • Especias: Experimenta con diferentes especias, como comino, cilantro, pimentón ahumado o un toque de chile․ El laurel y el tomillo son hierbas clásicas que complementan muy bien el sabor de la carne․
  • Espesantes: Si prefieres una salsa más espesa, puedes añadir una cucharadita de maicena disuelta en un poco de agua fría al final de la cocción․ Otra opción es triturar una parte de las verduras cocidas con una batidora de mano y volver a incorporarlas al guiso․
  • Cocción lenta: La cocción lenta es clave para obtener una carne tierna y sabrosa․ Puedes usar una olla de cocción lenta (slow cooker) para cocinar el guiso durante 6-8 horas a baja temperatura․
  • Congelar: La carne guisada se puede congelar fácilmente․ Deja que se enfríe completamente antes de transferirla a un recipiente hermético o bolsas para congelar․ Descongela en el refrigerador durante la noche y recalienta a fuego lento antes de servir․
  • Maridaje: Un vino tinto robusto, como un Rioja o un Ribera del Duero, marida muy bien con la carne guisada․ También puedes servirlo con una cerveza artesanal tipo ale․

La Ciencia Detrás del Guiso Perfecto

El guiso es una técnica culinaria que se basa en la cocción lenta de alimentos en un líquido, lo que permite que los sabores se mezclen y se desarrollen․ La reacción de Maillard, que ocurre al dorar la carne, es fundamental para crear sabores complejos y profundos․ La cocción lenta también ayuda a romper las fibras de la carne, haciéndola más tierna y jugosa․

El sofrito, la base de muchos guisos, es una técnica que consiste en cocinar lentamente verduras en aceite a baja temperatura․ Esto permite que las verduras liberen sus azúcares naturales y se caramelicen, aportando un sabor dulce y umami al plato․

El uso de vino tinto en el guiso añade acidez y taninos, que ayudan a equilibrar el sabor de la carne y las verduras․ El alcohol se evapora durante la cocción, dejando solo el sabor del vino․

La menestra congelada es una opción práctica y conveniente para añadir verduras al guiso․ Las verduras congeladas suelen ser tan nutritivas como las frescas, ya que se congelan poco después de ser cosechadas․

Consideraciones Nutricionales

La carne guisada con menestra congelada es un plato nutritivo que aporta proteínas, vitaminas, minerales y fibra․ La carne es una buena fuente de proteínas, hierro y zinc․ La menestra congelada aporta vitaminas A, C y K, así como fibra y antioxidantes․

Para hacer este plato más saludable, puedes usar carne magra, como ternera de la parte del muslo o cerdo ibérico magro․ También puedes reducir la cantidad de aceite utilizada para cocinar y añadir más verduras a la menestra․

Es importante tener en cuenta el contenido de sodio del caldo de carne o agua que uses․ Si estás siguiendo una dieta baja en sodio, usa caldo casero sin sal o agua․ También puedes reducir la cantidad de sal que añades al guiso․

Conclusión

La carne guisada con menestra congelada es una receta versátil, fácil de preparar y deliciosa․ Puedes adaptarla a tus gustos y preferencias, usando diferentes tipos de carne, verduras y especias․ Es un plato perfecto para disfrutar en familia o con amigos, especialmente en los días fríos․ ¡Anímate a probar esta receta y descubre el placer de un buen guiso casero!

Preguntas Frecuentes (FAQ)

  1. ¿Puedo usar otro tipo de carne?

    Sí, puedes usar pollo, pavo, conejo o incluso carne vegetal como seitán o soja texturizada․

  2. ¿Qué hago si no tengo vino tinto?

    Puedes sustituirlo por caldo de carne, jugo de tomate o una cucharada de vinagre balsámico․

  3. ¿Puedo hacer este plato en una olla a presión?

    Sí, reduce el tiempo de cocción a unos 30-40 minutos después de que la olla alcance la presión․

  4. ¿Cómo puedo evitar que la carne quede dura?

    Asegúrate de sellar bien la carne antes de guisarla y cocinarla a fuego lento durante el tiempo suficiente․ También puedes marinar la carne durante unas horas antes de cocinarla․

  5. ¿Se puede añadir patatas al guiso?

    Sí, puedes añadir patatas peladas y cortadas en trozos grandes unos 30 minutos antes de que termine la cocción․

Recuerda que la clave de un buen guiso es la paciencia y el cariño․ Tómate tu tiempo para preparar el sofrito y cocinar la carne a fuego lento, y el resultado será un plato delicioso y reconfortante․

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