La carne guisada con alcachofas y guisantes es un plato reconfortante y lleno de sabor, profundamente arraigado en la cocina tradicional española. Es una receta que evoca recuerdos de comidas familiares, de cocciones lentas y aromas que impregnan toda la casa. Más que un simple plato, es una experiencia culinaria que nos conecta con nuestras raíces y nos brinda una sensación de bienestar.

Esta receta, aunque sencilla en su esencia, permite múltiples variaciones y adaptaciones según los gustos y la disponibilidad de ingredientes. En este artículo, exploraremos la receta tradicional, desglosando cada paso y ofreciendo consejos para lograr un guiso perfecto, desde la selección de la carne hasta el punto justo de cocción de las alcachofas y guisantes.

Orígenes e Historia del Plato

La carne guisada, como concepto, es una técnica culinaria ancestral presente en diversas culturas. Consiste en cocinar la carne a fuego lento en un líquido, lo que permite ablandar las fibras y desarrollar sabores profundos. La adición de verduras como alcachofas y guisantes, legumbres y tubérculos, es una adaptación regional que refleja la disponibilidad de productos frescos de temporada.

En España, la carne guisada con alcachofas y guisantes es particularmente popular en regiones como la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, donde la alcachofa y el guisante son ingredientes estrella de la gastronomía local. Cada región, e incluso cada familia, tiene su propia versión de la receta, con pequeñas variaciones en los ingredientes y las técnicas de cocción.

Ingredientes (para 4 personas)

  • 800g de carne para guisar (ternera, cerdo o cordero), cortada en trozos de 2-3 cm
  • 8 alcachofas
  • 200g de guisantes frescos o congelados
  • 1 cebolla grande, picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 1 pimiento verde, picado (opcional)
  • 1 tomate maduro, rallado
  • 1 vaso de vino blanco seco
  • 500ml de caldo de carne o agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Harina (para rebozar la carne)
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Laurel (1 hoja)
  • Perejil fresco picado (para decorar)
  • Azafrán (opcional, para dar color y sabor)

Preparación Paso a Paso

  1. Preparar la carne: Salpimentar los trozos de carne y enharinarlos ligeramente. Sacudir el exceso de harina. Este paso ayuda a sellar la carne y a espesar la salsa.
  2. Sellar la carne: Calentar un poco de aceite de oliva en una olla grande a fuego medio-alto. Dorar la carne por todos los lados hasta que esté bien sellada. Retirar la carne de la olla y reservar.
  3. Sofrito: En la misma olla, añadir un poco más de aceite de oliva si es necesario; Sofreír la cebolla picada hasta que esté transparente. Añadir el ajo picado y el pimiento verde (si se usa) y cocinar por un par de minutos más, hasta que estén blandos.
  4. Añadir el tomate: Incorporar el tomate rallado al sofrito y cocinar a fuego lento durante unos 10 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que el tomate haya perdido acidez y se haya concentrado su sabor. Un buen sofrito es la base de un guiso sabroso.
  5. Desglasar con vino blanco: Verter el vino blanco en la olla y raspar el fondo para despegar los trozos caramelizados. Dejar que el vino se evapore durante un par de minutos.
  6. Incorporar la carne y el caldo: Volver a colocar la carne en la olla. Añadir el caldo de carne o agua hasta cubrir la carne. Añadir la hoja de laurel y el azafrán (si se usa).
  7. Cocción a fuego lento: Llevar a ebullición, luego reducir el fuego a bajo, tapar la olla y cocinar a fuego lento durante al menos 1.5 ⎯ 2 horas, o hasta que la carne esté muy tierna. Este tiempo puede variar dependiendo del tipo de carne y del tamaño de los trozos. Es crucial que la carne se cocine lentamente para que quede jugosa y sabrosa.
  8. Preparar las alcachofas: Mientras la carne se cocina, limpiar las alcachofas. Retirar las hojas exteriores duras y cortar la parte superior (aproximadamente 1/3 de la alcachofa). Frotar las alcachofas con limón para evitar que se oxiden. Cortar las alcachofas en cuartos o en octavos, dependiendo de su tamaño.
  9. Añadir las alcachofas y los guisantes: Añadir las alcachofas y los guisantes a la olla con la carne aproximadamente 30 minutos antes de que termine la cocción. Esto asegura que las verduras queden tiernas pero no demasiado blandas.
  10. Rectificar de sal y pimienta: Probar y ajustar la sazón con sal y pimienta al gusto.
  11. Servir: Servir caliente, espolvoreado con perejil fresco picado.

Consejos y Trucos para un Guiso Perfecto

  • La calidad de la carne: Elegir una carne de buena calidad es fundamental para un guiso sabroso. Para ternera, la aguja, el morcillo o la falda son buenas opciones. Para cerdo, la carrillera o la presa son ideales. Para cordero, la falda o el cuello son opciones económicas y sabrosas.
  • El sofrito: Un buen sofrito es la base de un buen guiso. Cocinar las verduras a fuego lento permite que desarrollen sus sabores y aromas. No hay que apresurarse en este paso.
  • La cocción lenta: La cocción lenta es clave para ablandar la carne y desarrollar los sabores del guiso. Si se tiene tiempo, se puede cocinar el guiso a fuego muy bajo durante más tiempo, incluso en una olla de cocción lenta (slow cooker).
  • Las alcachofas: Las alcachofas tienden a oxidarse rápidamente, por lo que es importante frotarlas con limón inmediatamente después de cortarlas. También se pueden sumergir en agua con limón. Para evitar que amarguen, se puede añadir un poco de harina al agua de cocción.
  • Los guisantes: Si se usan guisantes frescos, es importante desgranarlos justo antes de añadirlos al guiso. Si se usan guisantes congelados, no es necesario descongelarlos antes de añadirlos.
  • El vino: Utilizar un vino blanco seco de buena calidad para desglasar la olla. El vino añade sabor y complejidad al guiso. Si no se quiere usar vino, se puede sustituir por un poco más de caldo.
  • El caldo: Utilizar un caldo de carne casero o de buena calidad. El caldo añade sabor y profundidad al guiso. Si no se tiene caldo de carne, se puede usar agua, pero el guiso tendrá menos sabor.
  • El azafrán: El azafrán añade color y sabor al guiso. Si no se tiene azafrán, se puede sustituir por un poco de pimentón dulce.
  • El espesor de la salsa: Si la salsa queda demasiado líquida, se puede espesar añadiendo un poco de harina de maíz disuelta en agua fría. También se puede triturar una pequeña cantidad de verduras del guiso y añadirla a la salsa.
  • Reposar el guiso: Dejar reposar el guiso durante unos minutos antes de servirlo permite que los sabores se asienten y se mezclen. Incluso, el guiso suele estar más sabroso al día siguiente.

Variaciones de la Receta

  • Con patatas: Añadir patatas cortadas en trozos medianos a la olla junto con las alcachofas y los guisantes.
  • Con zanahorias: Añadir zanahorias cortadas en rodajas junto con la cebolla y el pimiento al sofrito.
  • Con champiñones: Añadir champiñones laminados a la olla junto con las alcachofas y los guisantes.
  • Con chorizo: Añadir chorizo en rodajas a la olla junto con la carne al principio de la cocción.
  • Con arroz: Servir el guiso con arroz blanco cocido.
  • Guiso de cordero: Sustituir la carne de ternera por carne de cordero. El cordero le da un sabor más intenso al guiso.
  • Guiso de cerdo: Sustituir la carne de ternera por carne de cerdo. La carrillera de cerdo es una excelente opción para este guiso.

Maridaje: ¿Con qué vino acompañar la carne guisada?

La carne guisada con alcachofas y guisantes, con su sabor rico y complejo, marida bien con vinos tintos de cuerpo medio, con taninos suaves y buena acidez. Un Rioja joven, un Ribera del Duero Roble o un vino de la denominación de origen Priorat pueden ser excelentes opciones. También se puede optar por un vino blanco con cuerpo, como un Chardonnay fermentado en barrica. La elección del vino dependerá del tipo de carne utilizada y de las preferencias personales.

Beneficios Nutricionales

La carne guisada con alcachofas y guisantes es un plato nutritivo que aporta proteínas, vitaminas, minerales y fibra. La carne es una fuente importante de proteínas de alta calidad, hierro y vitaminas del grupo B. Las alcachofas son ricas en fibra, antioxidantes y cinarina, una sustancia que estimula la función hepática. Los guisantes son una buena fuente de fibra, vitaminas C y K, y minerales como el hierro y el magnesio.

Conclusión

La carne guisada con alcachofas y guisantes es un plato clásico y reconfortante que merece la pena cocinar y disfrutar. Su sabor delicioso y sus beneficios nutricionales lo convierten en una opción ideal para una comida familiar o una ocasión especial. Animémonos a preparar esta receta tradicional y a adaptarla a nuestros gustos y preferencias, experimentando con diferentes ingredientes y técnicas de cocción. El resultado será un guiso lleno de sabor y tradición, que nos conectará con nuestras raíces y nos brindará una experiencia culinaria inolvidable.

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