El calabacín con jamón y queso es una receta versátil, ideal tanto para una cena rápida entre semana como para un almuerzo ligero. Su sencillez no compromete su sabor; al contrario, la combinación del calabacín tierno, el jamón salado y el queso fundido crea una experiencia culinaria muy satisfactoria. Este plato es también una excelente manera de incorporar verduras a la dieta, incluso para aquellos que no son grandes fanáticos de ellas.

Ingredientes

  • 2 calabacines medianos
  • 150g de jamón serrano o jamón cocido (en lonchas)
  • 150g de queso (mozzarella, emmental, cheddar, o una mezcla de quesos rallados)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • Opcional: hierbas provenzales, ajo en polvo, cebolla en polvo, pimentón dulce.

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación del calabacín: Lava y seca los calabacines. Córtalos en rodajas finas (aproximadamente 3-5 mm de grosor). Puedes usar una mandolina para asegurar que las rodajas sean uniformes. Si el calabacín es muy grande, puedes cortarlo a lo largo y luego en medias lunas. Un grosor adecuado es crucial para una cocción uniforme y evitar que el plato quede aguado.
  2. Saltear el calabacín: Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Añade las rodajas de calabacín y saltea durante unos 5-7 minutos, hasta que estén tiernas pero no blandas. Remueve ocasionalmente para evitar que se quemen. No sobrecargues la sartén; si es necesario, cocina el calabacín en lotes para asegurar que se dore de manera uniforme. Sazona con sal, pimienta y, si lo deseas, hierbas provenzales, ajo en polvo o cebolla en polvo. El punto de sal es importante; ten en cuenta que el jamón ya aportará sal al plato.
  3. Montaje: Precalienta el horno a 180°C (350°F). En una fuente para horno, coloca una capa de rodajas de calabacín salteadas. Cubre con lonchas de jamón y luego con queso rallado o en lonchas. Repite las capas hasta agotar los ingredientes, terminando con una capa de queso. La disposición de las capas depende de la forma de la fuente. En una fuente redonda, puedes crear un patrón concéntrico. En una fuente rectangular, puedes hacer filas.
  4. Gratinar: Hornea durante 10-15 minutos, o hasta que el queso esté completamente derretido y dorado. Vigila de cerca para evitar que el queso se queme. Si el queso se dora demasiado rápido, puedes cubrir la fuente con papel de aluminio durante los últimos minutos de cocción.
  5. Servir: Sirve el calabacín con jamón y queso caliente. Puedes decorar con perejil fresco picado o unas hojas de albahaca. Este plato se puede servir solo, como acompañamiento de carne o pescado, o como parte de una tabla de quesos y embutidos.

Variaciones y Consejos

  • Tipo de queso: La mozzarella proporciona una textura cremosa y un sabor suave. El emmental añade un toque más intenso. El cheddar le da un color vibrante y un sabor más pronunciado. También puedes usar queso provolone, gruyere, o incluso queso de cabra para un sabor más sofisticado. La combinación de varios quesos puede enriquecer el sabor del plato.
  • Tipo de jamón: El jamón serrano aporta un sabor más intenso y salado. El jamón cocido es más suave y delicado. También puedes usar prosciutto, panceta o incluso chorizo para un toque más picante. Considera el contenido de sal del jamón al sazonar el calabacín.
  • Vegetales adicionales: Puedes añadir otros vegetales a la receta, como cebolla, pimiento, tomate o champiñones. Saltea los vegetales junto con el calabacín para integrarlos al plato. El pimiento rojo asado combina especialmente bien con el calabacín, el jamón y el queso.
  • Hierbas y especias: Experimenta con diferentes hierbas y especias para personalizar el sabor del plato. El orégano, el tomillo, el romero, la albahaca y el perejil son excelentes opciones. También puedes añadir un poco de pimentón ahumado o chile en polvo para un toque picante. La nuez moscada rallada añade un toque cálido y especiado.
  • Opción vegetariana: Para una versión vegetariana, omite el jamón y añade más vegetales o sustitutos de carne a base de plantas. Los champiñones portobello, el tofu ahumado o las berenjenas a la parrilla son excelentes opciones. También puedes usar queso ricotta o mozzarella fresca para un sabor más cremoso.
  • Preparación anticipada: Puedes preparar el plato con antelación y guardarlo en el refrigerador hasta el momento de hornearlo. Esto es ideal para cuando tienes poco tiempo durante la semana. Asegúrate de cubrir bien la fuente para evitar que el calabacín se seque.
  • Congelación: No se recomienda congelar este plato, ya que el calabacín y el queso pueden perder su textura al descongelarse. Sin embargo, si necesitas congelarlo, asegúrate de envolverlo bien en papel film y luego en papel de aluminio para minimizar la pérdida de humedad.
  • Presentación: Para una presentación más elegante, puedes usar un plato individual para cada porción. Decora con hierbas frescas y una reducción de vinagre balsámico. Sirve con una ensalada verde para un almuerzo ligero y equilibrado.

Consideraciones de Salud y Nutrición

El calabacín es una verdura baja en calorías y rica en nutrientes. Es una buena fuente de vitamina C, vitamina B6, potasio y fibra. El jamón aporta proteínas, pero también es rico en sodio y grasas saturadas. El queso también proporciona proteínas y calcio, pero puede ser alto en grasas saturadas. Al preparar este plato, es importante considerar el equilibrio nutricional.

  • Control de sodio: Elige jamón bajo en sodio y modera la cantidad de sal que añades al plato.
  • Grasas saludables: Utiliza aceite de oliva virgen extra en lugar de otros aceites procesados.
  • Porciones moderadas: Sirve porciones moderadas para controlar la ingesta de calorías y grasas.
  • Acompañamiento saludable: Acompaña el plato con una ensalada verde o vegetales al vapor para aumentar la ingesta de fibra y nutrientes.

De Particular a General: La Historia y Cultivo del Calabacín

Mientras que disfrutamos de esta receta con calabacín, jamón y queso, vale la pena considerar la historia y el cultivo de este versátil vegetal. El calabacín, miembro de la familia de las cucurbitáceas, tiene sus raíces en América Central y del Sur. Sin embargo, la variedad que conocemos hoy en día, con su forma alargada y color verde oscuro, fue desarrollada en Italia en el siglo XIX. De hecho, la palabra "calabacín" proviene del italiano "zucchina", que significa "calabaza pequeña".

El calabacín se cultiva ampliamente en todo el mundo, especialmente en climas cálidos y templados. Es una planta de crecimiento rápido y fácil de cultivar, lo que la convierte en una opción popular para jardineros principiantes. Existen numerosas variedades de calabacín, que varían en color, forma y tamaño. Algunas variedades son de color amarillo, otras son rayadas, y algunas tienen forma redonda.

El cultivo del calabacín requiere un suelo bien drenado y rico en materia orgánica. Las plantas necesitan pleno sol y riego regular. La cosecha se realiza cuando los frutos están tiernos y jóvenes, generalmente entre 15 y 20 cm de longitud. Si se dejan madurar demasiado, los calabacines pueden volverse amargos y fibrosos.

Más allá de la Receta: Usos Creativos del Calabacín

El calabacín es un ingrediente increíblemente versátil que se puede usar en una amplia variedad de platos. Además de la receta que hemos presentado, aquí hay algunas ideas para inspirarte:

  • Calabacín rallado en muffins y panes: El calabacín rallado añade humedad y nutrientes a los muffins, panes y bizcochos. Es una excelente manera de incorporar verduras a los postres sin que los niños se den cuenta.
  • Calabacín en espiral (zoodles): Usa un espiralizador para convertir el calabacín en fideos. Los zoodles son una alternativa baja en carbohidratos a la pasta tradicional. Puedes servirlos con salsa de tomate, pesto o cualquier otra salsa que te guste.
  • Flores de calabacín rellenas: Las flores de calabacín son una delicadeza culinaria. Se pueden rellenar con queso ricotta, hierbas y especias, y luego freír o hornear.
  • Calabacín a la parrilla: Corta el calabacín en rodajas gruesas y ásalas a la parrilla. Sazona con aceite de oliva, sal, pimienta y tus hierbas favoritas.
  • Sopa de calabacín: El calabacín es un excelente ingrediente para sopas cremosas. Combínalo con cebolla, ajo, caldo de pollo o vegetales, y crema para una sopa reconfortante y nutritiva.
  • Calabacín encurtido: El calabacín se puede encurtir para crear un aperitivo crujiente y sabroso.

Conclusión: Un Plato Sencillo, un Ingrediente Versátil

El calabacín con jamón y queso es una receta sencilla pero deliciosa que destaca la versatilidad del calabacín. Desde su humilde origen en América hasta su adopción en la cocina italiana y su popularidad global, el calabacín ha demostrado ser un ingrediente valioso y adaptable. Ya sea que lo disfrutes en esta receta, en zoodles, en sopas o en cualquier otra preparación, el calabacín ofrece una forma nutritiva y deliciosa de incorporar verduras a tu dieta.

Así que, la próxima vez que busques una comida rápida, fácil y deliciosa, considera preparar calabacín con jamón y queso. Experimenta con diferentes tipos de queso, jamón y especias para crear tu propia versión única de este plato clásico. ¡Buen provecho!

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