El arroz con níscalos y jamón es un plato que celebra la llegada del otoño, una época donde los bosques se llenan de estos deliciosos hongos y los sabores se vuelven más intensos y reconfortantes․ Esta receta, sencilla pero elegante, combina la textura cremosa del arroz con el sabor terroso de los níscalos y el toque salado y ahumado del jamón․ Es una sinfonía de sabores que evoca la tradición y la calidez del hogar․

Ingredientes

  • 300g de arroz bomba (o arroz redondo de calidad)
  • 400g de níscalos frescos (Lactarius deliciosus)
  • 150g de jamón serrano en taquitos
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde italiano
  • 1 tomate maduro rallado
  • 1․2 litros de caldo de pollo o verduras (preferiblemente casero)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Perejil fresco picado (opcional)
  • Una pizca de azafrán (opcional)
  • Vino blanco seco (opcional, un chorrito)

Preparación Paso a Paso

  1. Preparación de los Níscalos: Limpiar los níscalos cuidadosamente․ Es crucial eliminar cualquier resto de tierra, hojas o ramitas․ Se pueden limpiar con un cepillo suave o un paño húmedo․ Evitar sumergirlos en agua por mucho tiempo, ya que absorben la humedad y pierden sabor․ Cortarlos en trozos medianos, reservando algunos enteros para la decoración final․ Es importante inspeccionar cada níscalo para descartar aquellos que tengan gusanos o estén demasiado blandos․
  2. Sofrito Base: En una paellera o cazuela ancha, calentar un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio․ Añadir la cebolla picada finamente y sofreír hasta que esté transparente y ligeramente dorada․ Agregar los ajos picados y sofreír por un minuto más, cuidando que no se quemen․ Incorporar el pimiento verde picado en trozos pequeños y cocinar hasta que esté tierno․ Este sofrito es la base del sabor del arroz, así que es importante hacerlo con paciencia y cuidado;
  3. Añadir el Tomate y el Jamón: Incorporar el tomate rallado al sofrito y cocinar a fuego lento durante unos 10 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que el tomate haya perdido su acidez y se haya concentrado el sabor․ Añadir los taquitos de jamón serrano y sofreír durante unos minutos más hasta que el jamón esté ligeramente dorado y haya liberado su sabor en el aceite․ El jamón aportará un toque salado y un aroma ahumado que realzará el sabor de los níscalos․
  4. Incorporar los Níscalos: Añadir los níscalos troceados a la paellera y sofreír a fuego medio durante unos 10-15 minutos, removiendo con frecuencia, hasta que estén tiernos y hayan soltado su jugo․ Si se desea, añadir un chorrito de vino blanco seco y dejar que se evapore el alcohol․ Es importante cocinar los níscalos a fuego medio para que no se quemen y para que suelten todo su sabor․
  5. Añadir el Arroz: Incorporar el arroz a la paellera y sofreír durante un par de minutos, removiendo para que se impregne de los sabores del sofrito y los níscalos․ Este paso es crucial para sellar el arroz y que quede suelto y en su punto․ Una pizca de azafrán añadida en este momento aportará color y un aroma característico․
  6. Añadir el Caldo: Verter el caldo caliente sobre el arroz, asegurándose de que lo cubra por completo․ Añadir sal y pimienta al gusto․ Llevar a ebullición y luego reducir el fuego a medio-bajo․ Cocinar durante unos 18-20 minutos, o hasta que el arroz esté en su punto y el caldo se haya absorbido casi por completo․ Es importante no remover el arroz durante la cocción, ya que esto puede liberar el almidón y hacer que quede pastoso․
  7. Reposo y Decoración: Una vez que el arroz esté cocido, retirar la paellera del fuego, cubrirla con un paño limpio y dejar reposar durante unos 5-10 minutos․ Este reposo permite que el arroz termine de absorber el caldo y se asienten los sabores․ Decorar con los níscalos enteros reservados y perejil fresco picado antes de servir․

Consejos y Variaciones

  • Calidad de los Ingredientes: La calidad de los ingredientes es fundamental para el éxito de este plato․ Utilizar arroz bomba de buena calidad, níscalos frescos y jamón serrano de primera․ Un caldo casero de pollo o verduras realzará el sabor del arroz․
  • El Punto del Arroz: El punto ideal del arroz es al dente, es decir, que esté cocido pero con un ligero toque de firmeza en el centro․ Es importante controlar la cantidad de caldo y el tiempo de cocción para lograr este punto․
  • Variaciones: Esta receta admite variaciones según el gusto personal․ Se puede añadir un poco de chorizo ibérico en lugar de jamón, o utilizar setas variadas en lugar de solo níscalos․ Algunos cocineros añaden un poco de pimentón dulce al sofrito para darle un toque ahumado․
  • Maridaje: Este arroz marida muy bien con un vino blanco seco y afrutado, como un Albariño o un Verdejo․ También se puede acompañar con un vino tinto joven y ligero․
  • Congelación: No se recomienda congelar el arroz con níscalos, ya que la textura del arroz y de los níscalos puede verse afectada․ Es mejor consumirlo recién hecho․

Profundizando en los Níscalos (Lactarius deliciosus)

ElLactarius deliciosus, comúnmente conocido como níscalo, robellón o mízcalo, es un hongo comestible muy apreciado en la gastronomía española․ Pertenece a la familia Russulaceae y se caracteriza por su color anaranjado vivo y su látex anaranjado que segrega al corte․ Crece en pinares y bosques mixtos, en simbiosis con las raíces de los árboles․ Su temporada de recolección es principalmente en otoño, después de las primeras lluvias․

Características Distintivas

  • Sombrero: De 5 a 15 cm de diámetro, de forma convexa a plana, con el borde enrollado al principio y luego extendido․ Su color varía del naranja al rojizo, con zonas concéntricas más oscuras․
  • Láminas: Adherentes al pie, apretadas y de color naranja vivo․
  • Pie: Cilíndrico, corto y robusto, de color naranja pálido, con pequeñas depresiones (escobiculado)․
  • Carne: Firme y compacta, de color naranja pálido, con un olor suave y agradable․
  • Látex: Anaranjado, que se vuelve verdoso al contacto con el aire․ Tiene un sabor dulce al principio y ligeramente amargo después․

Identificación y Precauciones

Es fundamental identificar correctamente los níscalos antes de consumirlos, ya que existen otras especies de hongos similares que pueden ser tóxicos․ Es recomendable buscar la ayuda de un experto o utilizar guías de identificación confiables․ Algunas características a tener en cuenta son:

  • El látex anaranjado que segrega al corte․
  • Las zonas concéntricas en el sombrero․
  • El crecimiento en pinares y bosques mixtos․

Es importante evitar recolectar níscalos en zonas contaminadas o cerca de carreteras, ya que pueden acumular metales pesados y otras sustancias tóxicas․ También se recomienda cocinar los níscalos antes de consumirlos, ya que contienen sustancias que pueden ser irritantes para el estómago en algunas personas․

De la Tradición a la Innovación: El Arroz con Níscalos en la Cocina Moderna

Si bien el arroz con níscalos es un plato tradicional con profundas raíces en la cocina española, también ha encontrado su lugar en la cocina moderna, donde chefs innovadores experimentan con nuevas técnicas y presentaciones․ Se pueden encontrar versiones de arroz con níscalos en restaurantes de alta cocina, con ingredientes de primera calidad y técnicas de cocción sofisticadas․

Ejemplos de Innovación

  • Arroz Meloso con Níscalos y Foie Gras: Una versión lujosa del arroz con níscalos, que combina la cremosidad del arroz meloso con el sabor intenso del foie gras․
  • Arroz Seco con Níscalos y Alioli de Ajo Negro: Un arroz seco con un toque moderno, acompañado de un alioli de ajo negro que aporta un sabor ahumado y dulce․
  • Croquetas de Arroz con Níscalos: Una forma original de presentar el arroz con níscalos como aperitivo, en forma de croquetas crujientes y cremosas․
  • Risotto de Níscalos con Queso Parmesano y Trufa Negra: Una adaptación de la receta italiana del risotto, utilizando níscalos en lugar de setas tradicionales, y añadiendo queso parmesano y trufa negra para un toque de sofisticación․

Conclusión

El arroz con níscalos y jamón es mucho más que una simple receta; es una experiencia sensorial que nos conecta con la naturaleza, la tradición y el sabor auténtico del otoño․ Ya sea preparado de forma tradicional o con un toque moderno, este plato siempre será un éxito en la mesa, deleitando a los comensales con su aroma, textura y sabor inigualables․ Es una celebración de la cocina de temporada y un homenaje a los productos de la tierra․

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