Las albóndigas con tomate son un plato clásico de la cocina casera, apreciado por su sencillez, sabor reconfortante y versatilidad․ Esta receta te guiará paso a paso para preparar unas albóndigas jugosas y un tomate natural que deleitará a toda la familia․ Olvídate de las versiones prefabricadas y descubre el placer de un plato hecho con ingredientes frescos y cariño․ Prepárate para un viaje culinario que te transportará a los sabores de la infancia․

Ingredientes

  • Para las Albóndigas:
    • 500g de carne picada mixta (ternera y cerdo)
    • 1 huevo grande
    • 50g de pan rallado
    • 1/4 taza de leche
    • 1 diente de ajo, picado finamente
    • 1/4 cebolla pequeña, picada finamente
    • Perejil fresco picado (al gusto)
    • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
    • Aceite de oliva virgen extra (para freír)
  • Para la Salsa de Tomate Natural:
    • 1 kg de tomates maduros
    • 1/2 cebolla mediana, picada finamente
    • 1 diente de ajo, picado finamente
    • 1 cucharadita de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
    • Orégano seco (al gusto)
    • Albahaca fresca (opcional, para un toque aromático)
    • Aceite de oliva virgen extra
    • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)

Preparación

Paso 1: Preparación de las Albóndigas

En un bol grande, combina la carne picada, el huevo, el pan rallado, la leche, el ajo picado, la cebolla picada, el perejil fresco, la sal y la pimienta․ Mezcla bien con las manos hasta obtener una masa homogénea․ Es importante no amasar en exceso, ya que las albóndigas podrían quedar duras․ La clave está en integrar todos los ingredientes de manera uniforme․

Deja reposar la mezcla durante unos 15-20 minutos․ Esto permitirá que el pan rallado absorba la humedad y las albóndigas mantengan su forma durante la cocción․ La leche actúa como un agente hidratante, asegurando que la carne conserve su jugosidad․

Paso 2: Formar las Albóndigas

Con las manos ligeramente humedecidas, toma porciones de la mezcla y forma bolitas del tamaño deseado․ Un tamaño medio, similar al de una nuez grande, suele ser ideal․ Coloca las albóndigas en un plato o bandeja mientras las formas․ Asegúrate de que tengan una forma redondeada y uniforme para que se cocinen de manera pareja․

Variación: Para un toque extra de sabor, puedes introducir un pequeño trozo de queso manchego o jamón serrano en el centro de cada albóndiga antes de darles forma․ Esto añadirá una sorpresa deliciosa en cada bocado․

Paso 3: Freír las Albóndigas

Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio-alto․ El aceite debe estar lo suficientemente caliente para que las albóndigas se doren rápidamente por fuera, pero no tanto como para que se quemen․ Una temperatura de alrededor de 170-180°C suele ser ideal․

Fríe las albóndigas en tandas, sin sobrecargar la sartén, hasta que estén doradas por todos lados․ Esto suele tardar unos 5-7 minutos por tanda․ Retira las albóndigas de la sartén con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa․ La clave está en dorarlas bien por fuera, creando una costra que sellará los jugos en su interior․

Paso 4: Preparación de la Salsa de Tomate Natural

Lava los tomates y hazles un corte en forma de cruz en la base․ Escáldalos en agua hirviendo durante unos 30 segundos, luego enfríalos rápidamente en agua con hielo․ Esto facilitará la tarea de pelarlos․ La técnica del escaldado es fundamental para obtener una salsa suave y sin pieles․

Pela los tomates y córtalos en trozos pequeños․ En una olla grande, calienta un poco de aceite de oliva virgen extra a fuego medio․ Sofríe la cebolla y el ajo picados hasta que estén transparentes y fragantes․ No dejes que se doren en exceso, ya que podrían amargar la salsa․

Añade los tomates troceados a la olla, junto con el azúcar (si se utiliza), el orégano seco, la sal y la pimienta․ Cocina a fuego lento durante al menos 30-45 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa se haya espesado y los tomates se hayan deshecho․ Cuanto más tiempo se cocine la salsa, más concentrado será su sabor․ La paciencia es clave para obtener una salsa de tomate excepcional․

Variación: Para una salsa más sofisticada, puedes añadir un chorrito de vino tinto durante la cocción․ El vino aportará profundidad y complejidad al sabor de la salsa․ También puedes agregar otras verduras, como pimientos o zanahorias, para enriquecer aún más el sabor․

Paso 5: Cocinar las Albóndigas en la Salsa de Tomate

Añade las albóndigas doradas a la olla con la salsa de tomate․ Remueve suavemente para que se impregnen bien de la salsa․ Cocina a fuego lento durante unos 15-20 minutos más, para que las albóndigas se terminen de cocinar por dentro y absorban el sabor de la salsa․ La cocción lenta es fundamental para que las albóndigas queden tiernas y jugosas․

Prueba la salsa y rectifica de sal y pimienta si es necesario․ Si la salsa está demasiado ácida, puedes añadir un poco más de azúcar o una pizca de bicarbonato de sodio para equilibrar el sabor․ La clave está en ajustar el sabor a tu gusto personal․

Paso 6: Servir

Sirve las albóndigas con tomate natural caseras calientes, espolvoreadas con albahaca fresca picada (si se utiliza)․ Puedes acompañarlas con arroz blanco, pasta, puré de patatas o simplemente con un buen trozo de pan para mojar en la deliciosa salsa․ ¡Disfruta de este plato clásico y reconfortante!

Consejos y Trucos

  • Calidad de la carne: Utiliza carne picada de buena calidad para obtener mejores resultados․ Lo ideal es pedirle al carnicero que te pique la carne en el momento, utilizando una mezcla de ternera y cerdo․
  • Pan rallado: El pan rallado casero es preferible al industrial, ya que suele tener más sabor y textura․ Puedes hacerlo tostando pan duro en el horno y luego rallándolo․
  • Tomates: Utiliza tomates maduros y de buena calidad para obtener una salsa de tomate con un sabor intenso y dulce․ Los tomates pera suelen ser ideales para hacer salsa․
  • Congelación: Las albóndigas con tomate se pueden congelar tanto crudas como cocinadas․ Para congelarlas crudas, forma las albóndigas y colócalas en una bandeja cubierta con papel de hornear․ Congélalas durante unas horas hasta que estén sólidas, luego transfiérelas a una bolsa de congelación․ Para congelarlas cocinadas, déjalas enfriar completamente antes de meterlas en un recipiente hermético y congelarlas․
  • Para niños: Para que las albóndigas sean más atractivas para los niños, puedes utilizar moldes de galletas para darles formas divertidas․ También puedes añadir verduras picadas finamente a la mezcla de la carne, como zanahoria, calabacín o pimiento․

Variaciones

  • Albóndigas en salsa de almendras: Sustituye la salsa de tomate por una salsa de almendras hecha con almendras tostadas, ajo, pan frito, perejil y caldo de pollo․
  • Albóndigas con sepia: Añade sepia troceada a la salsa de tomate para darle un toque marinero․
  • Albóndigas picantes: Añade guindilla picada a la salsa de tomate para darle un toque de calor․
  • Albóndigas vegetarianas: Sustituye la carne picada por lentejas cocidas, arroz integral, quinoa o tofu desmenuzado․

Beneficios Nutricionales

Las albóndigas con tomate natural caseras son una fuente de proteínas, vitaminas y minerales․ La carne picada aporta proteínas de alto valor biológico, esenciales para la construcción y reparación de tejidos․ Los tomates son ricos en vitamina C, licopeno (un potente antioxidante) y fibra․ La cebolla y el ajo contienen compuestos sulfurados que tienen propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas․

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las albóndigas fritas pueden ser altas en grasas saturadas․ Para reducir el contenido de grasa, se pueden hornear en lugar de freír․ También es importante controlar la cantidad de sal utilizada en la receta, especialmente si se tienen problemas de hipertensión․

Conclusión

Las albóndigas con tomate natural caseras son un plato delicioso, nutritivo y versátil que puede disfrutarse en cualquier época del año․ Con esta receta fácil y detallada, podrás preparar unas albóndigas jugosas y una salsa de tomate natural que deleitará a toda la familia․ ¡Anímate a probarla y descubre el placer de cocinar en casa!

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