Las albóndigas con tomate son un plato clásico y reconfortante que evoca recuerdos de la infancia. Tradicionalmente, preparar la salsa de tomate desde cero requiere tiempo y paciencia. Sin embargo, recurrir a una lata de tomate triturado o entero puede simplificar enormemente el proceso, sin sacrificar el sabor. Esta receta ofrece una versión rápida y deliciosa de las albóndigas en salsa de tomate, ideal para una comida entre semana o cuando se dispone de poco tiempo.

Ingredientes:

  • Para las albóndigas:
    • 500g de carne picada mixta (ternera y cerdo)
    • 1 huevo
    • 50g de pan rallado
    • 2 dientes de ajo, picados finamente
    • 1/4 de cebolla, picada finamente
    • Perejil fresco picado (al gusto)
    • Sal y pimienta al gusto
    • Aceite de oliva virgen extra para freír
  • Para la salsa de tomate:
    • 1 lata grande (800g) de tomate triturado o entero pelado
    • 1/2 cebolla, picada finamente
    • 1 diente de ajo, picado finamente
    • 1 cucharadita de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate)
    • 1 cucharadita de orégano seco
    • 1 hoja de laurel
    • Aceite de oliva virgen extra
    • Sal y pimienta al gusto

Preparación:

  1. Preparación de las albóndigas: En un bol grande, mezclar la carne picada, el huevo, el pan rallado, el ajo picado, la cebolla picada y el perejil. Sazonar con sal y pimienta. Mezclar bien con las manos hasta obtener una masa homogénea. Es importante no sobremezclar para que las albóndigas queden tiernas.
  2. Formar las albóndigas: Con las manos, tomar porciones de la masa y formar albóndigas del tamaño deseado (aproximadamente del tamaño de una nuez o un poco más grandes). Si la masa está demasiado pegajosa, humedecerse las manos con un poco de agua.
  3. Freír las albóndigas: Calentar abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio-alto. Freír las albóndigas en tandas, asegurándose de no sobrecargar la sartén, hasta que estén doradas por todos lados. Retirar las albóndigas de la sartén y colocarlas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Este paso no es estrictamente necesario, pero ayuda a sellar las albóndigas y darles un color dorado atractivo. Alternativamente, se pueden hornear en el horno a 180°C durante unos 20-25 minutos.
  4. Preparación de la salsa de tomate: En la misma sartén (después de retirar el exceso de aceite) o en otra cacerola, calentar un poco de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Sofreír la cebolla picada y el ajo picado hasta que estén transparentes y fragantes. Añadir el tomate triturado o entero pelado (si se usa tomate entero, triturarlo con un tenedor). Añadir el azúcar, el orégano seco y la hoja de laurel. Sazonar con sal y pimienta.
  5. Cocinar la salsa: Llevar la salsa a ebullición, luego reducir el fuego a bajo y cocinar a fuego lento durante al menos 20-30 minutos, removiendo ocasionalmente, para que los sabores se mezclen y la salsa se espese ligeramente. Cuanto más tiempo se cocine la salsa, más rica y sabrosa será. Si la salsa se espesa demasiado, añadir un poco de agua.
  6. Añadir las albóndigas a la salsa: Una vez que la salsa esté lista, añadir las albóndigas fritas (o horneadas) a la cacerola. Remover suavemente para cubrirlas con la salsa. Cocinar a fuego lento durante otros 10-15 minutos, para que las albóndigas se impregnen del sabor de la salsa.
  7. Servir: Servir las albóndigas con tomate calientes, acompañadas de arroz blanco, pasta, puré de patatas o pan crujiente para mojar en la salsa. Espolvorear con perejil fresco picado para decorar.

Consejos y Variaciones:

  • Tipo de carne: Se puede utilizar cualquier tipo de carne picada para las albóndigas, como ternera, cerdo, pollo, cordero o una mezcla de varias carnes. La mezcla de ternera y cerdo suele ser la más popular. Para una opción más ligera, se puede utilizar carne picada de pavo o pollo.
  • Pan rallado: Se puede utilizar pan rallado normal o pan rallado integral. También se puede utilizar pan remojado en leche y luego escurrido; Esto ayuda a que las albóndigas queden más tiernas.
  • Hierbas y especias: Se pueden añadir otras hierbas y especias a las albóndigas y a la salsa de tomate, como albahaca fresca picada, romero picado, tomillo, pimentón dulce o picante, comino, etc. La elección de las hierbas y especias dependerá del gusto personal.
  • Verduras: Se pueden añadir otras verduras a la salsa de tomate, como pimiento rojo o verde picado, zanahoria rallada, calabacín picado, etc. Estas verduras añadirán sabor y textura a la salsa.
  • Vino: Se puede añadir un chorrito de vino tinto o blanco a la salsa de tomate para darle un sabor más profundo y complejo. Añadir el vino después de sofreír la cebolla y el ajo, y dejar que se evapore el alcohol antes de añadir el tomate.
  • Picante: Para darle un toque picante a las albóndigas con tomate, añadir una pizca de guindilla o unas gotas de salsa picante a la salsa de tomate.
  • Queso: Se puede añadir queso rallado a las albóndigas antes de freírlas o hornearlas, o espolvorear queso rallado sobre las albóndigas con tomate antes de servirlas. El queso parmesano, el queso mozzarella o el queso cheddar son buenas opciones.
  • Espesar la salsa: Si la salsa de tomate está demasiado líquida, se puede espesar añadiendo una cucharadita de maicena disuelta en un poco de agua fría, o cocinando la salsa a fuego lento durante más tiempo hasta que se espese. También se puede añadir un poco de pan rallado o puré de patatas para espesar la salsa.
  • Congelar: Las albóndigas con tomate se pueden congelar para consumirlas más tarde. Dejar enfriar completamente antes de congelarlas en un recipiente hermético o en bolsas de congelación. Para descongelar, pasar las albóndigas con tomate al frigorífico la noche anterior o calentarlas directamente en una cacerola a fuego lento.

Consideraciones Adicionales para un Plato Más Completo:

  • Calidad del Tomate: Aunque esta receta utiliza tomate de lata para mayor rapidez, la calidad del tomate influye significativamente en el sabor final. Optar por tomates de lata de marcas reconocidas y que indiquen su origen (por ejemplo, tomates italianos) puede marcar la diferencia. Leer la etiqueta para evitar tomates con exceso de azúcares añadidos.
  • Equilibrio de Sabores: La cucharadita de azúcar es crucial para contrarrestar la acidez natural del tomate. Sin embargo, probar la salsa y ajustar la cantidad de azúcar según el sabor del tomate es fundamental. Un exceso de azúcar puede hacer que la salsa sea empalagosa.
  • El Sofrito: El sofrito de cebolla y ajo es la base de la salsa. Cocinarlo lentamente a fuego bajo permite que los sabores se desarrollen plenamente. Evitar que se quemen, ya que esto amargaría la salsa. Algunas recetas añaden pimiento verde o rojo al sofrito para un sabor más complejo.
  • Técnicas de Cocción de las Albóndigas: Además de freír y hornear, las albóndigas se pueden cocinar directamente en la salsa de tomate. Esto requiere más tiempo de cocción, pero resulta en albóndigas más tiernas y jugosas, ya que absorben el sabor de la salsa. Si se opta por esta técnica, sellar ligeramente las albóndigas en una sartén antes de añadirlas a la salsa para que mantengan su forma.
  • Presentación: La presentación del plato también es importante. Servir las albóndigas con tomate en un plato hondo, decoradas con perejil fresco picado y un chorrito de aceite de oliva virgen extra, realza su atractivo visual. Acompañar el plato con una guarnición adecuada, como arroz basmati, pasta fresca o pan de masa madre, completa la experiencia gastronómica.
  • Adaptación para Diferentes Dietas: Esta receta se puede adaptar para diferentes dietas. Para una versión sin gluten, utilizar pan rallado sin gluten. Para una versión vegetariana, sustituir la carne picada por lentejas cocidas o proteína vegetal texturizada (TVP). Para una versión baja en carbohidratos, servir las albóndigas con tomate sobre una cama de coliflor rallada o espaguetis de calabacín.

Conclusión:

Las albóndigas con tomate de lata son una solución culinaria práctica y deliciosa para cualquier ocasión. Con ingredientes sencillos y un proceso de preparación rápido, este plato clásico se puede adaptar a diferentes gustos y preferencias. Experimentar con diferentes hierbas, especias y verduras para crear una versión personalizada de las albóndigas con tomate que se ajuste a su paladar y a sus necesidades dietéticas. Disfrute de este plato reconfortante y versátil que seguramente complacerá a toda la familia.

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